Escenario

‘Cabezones’, un cortometraje sobre el exilio en España desde una ferretería

ENTREVISTA. Es la historia que el escritor y dramaturgo Luis Enrique Valdés y el actor Alberto Maceo, exiliados cubanos afincados en España y Alemania

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El escritor y dramaturgo Luis Enrique Valdés y el actor Alberto Maceo.

El escritor y dramaturgo Luis Enrique Valdés y el actor Alberto Maceo.

EFE/Fernando Sanz

El viaje de ida y vuelta que arranca en el pequeño municipio de Pobladura de Sotiedra, en la comarca española de Tierra de Campos, y que culmina con la revolución cubana que supone el regreso a España y un segundo exilio hacia Estados Unidos para Nicolás Cabezón, el fundador de la ferretería más famosa del centro de La Habana, se documenta en el corto Cabezones, que se estrenó en Valladolid (España).

Esa es la historia que el escritor y dramaturgo Luis Enrique Valdés y el actor Alberto Maceo, exiliados cubanos afincados en España y Alemania, respectivamente, han recogido en su cortometraje documental, que les sirve para reflexionar sobre su condición de exiliados, según explican en una entrevista con EFE.

El corto, en blanco y negro y de menos de veinte minutos, cuenta con imágenes de archivo y testimonios de sus descendientes Constancio, Mercedes y Gloria, los tres Cabezón Carmona, y Mari Pinilla, que también ponen voz a la España interior de la posguerra y a la memoria de la emigración de los que cruzaron el Atlántico para “hacer las Américas”.

“La inmigración siempre es dura y siempre tiene un montón de matices, pero creo que siempre es forzada y tiene un matiz político grande y si vienes de Cuba, económico también”, plantea Valdés, que ve paralelismo entre su propio exilio y el de Nicolás Cabezón, que falleció hace décadas aunque sus descendientes no sepan cuándo.

“Hay mucho de contacto entre la historia de Nicolás y la nuestra: el irse forzosamente de tu país, dejar a tu familia y a tus vecinos para levantarte en otro lugar del mundo”, reflexiona.

En esa línea, Maceo señala el paralelismo de la situación que vivió Cabezón “cuando volvió a casa y encontró las cosas mal” con la suya propia, que cuando ha vuelto a Cuba ha encontrado “las cosas peor”, lo que le ha obligado a volver a salir.

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Imagen del cortometraje

De botones a conducir un ‘haiga’

La historia de Nicolás Cabezón comienza en la posguerra española, cuando, según recuerda su sobrino Constancio, marchó de Pobladura de Sotiedra para hacer las Américas en un barco y empezó a trabajar “como botones” hasta crecer económica y socialmente hasta el punto de abrir la ferretería más conocida de La Habana, hoy llamada ‘La cubana’ pero que la mayoría de los habaneros aún llaman ‘Cabezón y Feito’, en la esquina de las calles Reina y Lealtad.

“Cuando vivíamos en La Habana íbamos mucho a una ferretería que había sido la más importante de la ciudad y siempre nos habíamos preguntado por qué ese nombre, porque los negocios de la época prerrevolucionaria solían llevar el nombre de las calles, el nombre de sus esquinas, y vino la suposición de que el ferretero podía tener esas características físicas y no le importaba”, bromea Valdés.

“La ferretería además era un símbolo de la prosperidad de la sociedad cubana y hasta día de hoy se la conoce con ese nombre”, apostilla Maceo, encargado de grabar las imágenes a ambos lados del Atlántico.

La respuesta llegó muchos años después cuando Valdés, ya afincado en el municipio español de Urueña (norte), descubrió que el dueño – Nicolás Cabezón – había salido del pueblo de al lado, de Pobladura de Sotiedra.

Es allí donde los sobrinos de Cabezón en 2021 recordaron ante la cámara de Maceo los baúles llenos de regalos, las bolsas de café, guayaba o los ‘haiga’, “automóvil muy grande y ostentoso, normalmente de origen norteamericano”.

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Entre dictaduras

Nicolás Cabezón abandonó la España de la primeros años de la dictadura del general Franco, llegó a la isla caribeña en los años 40 y con unos 16 años, se instaló en la Cuba de Fulgencia Batista, que tras un período de presidencia constitucional dio su segundo golpe de Estado para erigirse dictador hasta la revolución de 1959.

La posterior dictadura de Fidel Castro, que ejerció el poder desde 1959 hasta 2008, supuso el fin de la experiencia de Cabezón en Cuba y su familia: le expropiaron todos sus bienes y sus descendientes, que varios de ellos acudieron al estreno, reconocen que no quieren volver hasta que haya un cambio de régimen, hoy liderado por Miguel Díaz-Canel.

Cabezón volvió a abrir una ferretería, esta vez en Miami (Estados Unidos).