Escenario

‘La Caja’ es como un western, pero donde en vez de Clint Eastwood, el protagonista es un niño: Lorenzo Vigas

COBERTURA. Después de recorrer varios festivales y algunos estrenos comerciales en otros países el filme del cineasta venezolano se estrena en salas mexicanas el cual cierra una trilogía cinematográfica iniciado en 2004 con ‘Los elefantes nunca olvidan’

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“Cuando llegué a México hace 20 años, me afectó esa realidad tan dura del país (las fosas comunes). Y este tema entró de una forma natural a la historia”, dijo Lorenzo Vigas

“Cuando llegué a México hace 20 años, me afectó esa realidad tan dura del país (las fosas comunes). Y este tema entró de una forma natural a la historia”, dijo Lorenzo Vigas

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A partir de hoy, en pantallas nacionales se puede ver La Caja (México-Venezuela-EUA), el más reciente filme del venezolano Lorenzo Vigas, con el cual cierra un tríptico cinematográfico iniciado en 2004 con Los elefantes nunca olvidan.

Este es el final de una trilogía que desarrollé sobre este tema, y estoy muy contento de que el final de la trilogía yo pueda filmarlo aquí en México, un país adonde llegué hace 20 años, donde me hice como director de cine”, comenta el cineasta. “Yo llegué aquí con el sueño de convertirme en un director de cine, y aquí logré sacar adelante mi carrera, entonces estoy muy contento de poder cerrar mi trilogía aquí en México”.

Vigas ve a esta conclusión como un cierre importante de un ciclo. “Siento que llegué a la culminación de una etapa de mi trabajo, y me siento aliviado en realidad. Contento y aliviado de haber podido hablar sobre un tema del cual, la gente me pregunta si tuve un tema o una experiencia parecida con mi padre. Y no fue el caso, porque yo tengo una relación muy cercana y afectiva con él. Pero hay algo que me hizo conectar con este arquetipo de padre ausente en Latinoamérica, y me obsesioné, y ahorita siento una gran libertad de poder seguir haciendo otras cosas”, afirmó.

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Asimismo, el director junto con los actores Hernán Mendoza y Hatzin Navarrete (protagonistas del filme) se congratularon de que por fin se estrene en el país donde fue rodado, tras un largo peregrinar por diversos puntos del orbe. “Después de un recorrido largo en festivales y algunos estrenos comerciales en otros países, es muy emocionante para nosotros que finalmente la película se vea en México. En general, yo creo que es un sentimiento de alivio que finalmente, la gente de aquí pueda verla”, expresó Lorenzo.

Estamos muy contentos, muy emocionados de que esta película finalmente la podamos ver aquí en cines”, dijo Hernán. “Estoy muy contento por la película, porque ya por fin ya todo este proceso largo de espera por verla haya terminado, y que puedan disfrutarla todos”, declaró Hatzin.

Filmada en locaciones del estado de Chihuahua, narra la historia de un jovencito (Navarrete), el cual viaja a esa región a recoger los aparentes restos mortales de su padre, rescatados de una fosa clandestina. Pero cuando viaja de regreso, se topa con Mario (Mendoza) un hombre que se parece muchísimo a su padre, e intenta acercarse a él primero para corroborar su identidad, y luego para entablar una relación de tipo paternal. Todo ello teniendo como trasfondo el mundo de las maquiladoras, la explotación laboral, y las desapariciones de personas.

“Fue filmada en condiciones muy duras en el estado de Chihuahua, en locaciones muy apartadas las unas de las otras”, describió

“Fue filmada en condiciones muy duras en el estado de Chihuahua, en locaciones muy apartadas las unas de las otras”, describió

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Lorenzo Vigas describe la película como “un coming-of-age. Es también como una especie de western, pero donde el protagonista en vez de Clint Eastwood es un niño, que consigue madurar, y consigue convertirse en un adulto a través de esta dura y emocionante historia, y de todas las cosas que le pasan” dijo.

Sobre la producción, Vigas afirma que esta fue muy complicada, y esto llena de varios riesgos. “Fue concebida como una producción muy compleja, desde muchos puntos de vista, filmada en condiciones muy duras en el estado de Chihuahua, en locaciones muy apartadas las unas de las otras. La maquiladora estaba en Ciudad Juárez, pero necesitábamos una tormenta de nieve que para mí era muy importante para la historia, y sabemos que en Creel nieva, pero había que estar muy atentos a esa nevada. Estuvimos de cazador de tormentas. Y en general fue muy complejo por las grandes distancias que teníamos que recorrer”, describió.

Pero el realizador afirma que el mayor riesgo lo corrió con Hatzin, ya que era un actor sin experiencia previa alguna. “Me preocupaba el peso emocional que tenía que soportar Hatzin, quien en ese momento era mucho menor que ahora. Y que todo el peso de la producción, de un equipo grande –éramos casi 90 personas-, estaba en los hombros de un niño que nunca había hecho una película en su vida. Nunca había estado ni siquiera en un cortometraje. Eso también fue en cierta forma riesgoso. Pero yo estaba convencido de que él iba a ser un gran personaje. Y afortunadamente teníamos a Hernán Mendoza, quien le brindó a Hatzin la solidez y la confianza para que poco a poco se fuera soltando” comentó.

“Todos de alguna manera tenemos una caja, con deseos, frustraciones, sueños, lo que ustedes quieran. Tenemos una caja. La pregunta es ¿Qué tan pesada está esa caja?”, dijo Hernán Mendoza

“Todos de alguna manera tenemos una caja, con deseos, frustraciones, sueños, lo que ustedes quieran. Tenemos una caja. La pregunta es ¿Qué tan pesada está esa caja?”, dijo Hernán Mendoza

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Por su parte, Hatzin hizo referencia a su propia experiencia al trabajar en este largometraje. “Fue un proceso duro y un poco difícil, precisamente por no tener yo algún tipo de experiencia. El trabajar con Lorenzo y con Hernán fue un proceso muy intensivo, de estar trabajando muy duro con ellos, estar ensayando con Lorenzo las emociones que me pedía. E igual trabajar con Hernán esa conexión que tengo con él para darle ese sentimiento de credibilidad a la película” sostuvo.

Sobre el tema que el filme aborda y la forma como lo hace, Hernán Mendoza comenta “Para mí es una película muy interesante. La búsqueda de la identidad. Todos de alguna manera tenemos una caja, con deseos, frustraciones, sueños, lo que ustedes quieran. Tenemos una caja. La pregunta es ¿Qué tan pesada está esa caja? y si tenemos el valor de abrirla y ver lo que hay allá adentro. O de meter más cosas, cerrarla, y seguir adelante con nuestras vidas. Y Hatzin en su caja tiene una falta de padre, y vemos lo que es capaz de hacer para lograr tener uno, y si vale la pena o no. Creo que es una película que nos enseña mucho de nosotros mismos, como seres humanos que tratamos de buscarnos en esta vida”.

Al respecto, Vigas puntualizó: “Lo que dice Hernán es muy cierto. Todos tenemos una caja. Y eso es un poco la película. Estoy también obsesionado por el tema de cuáles son las consecuencias de no haber tenido un padre en la casa, y luego cómo sustituimos a esa figura paterna que no tuvimos, porque de alguna manera la tenemos que sustituir, y a veces corremos el riesgo de idealizar esa figura paterna, porque como no la tuvimos, es ideal, perfecta. Y corremos el riesgo de que nos encontremos a un Mario o a un político -que también puede ser una sustitución-, y le aceptamos todo lo que nos diga. Es un tema que me apasiona” resaltó.

“Pero, si se ponen a pensar, La Caja al final es una historia sobre la identidad. Un niño que busca su identidad, porque no tiene una figura paterna” aseguró

“Pero, si se ponen a pensar, La Caja al final es una historia sobre la identidad. Un niño que busca su identidad, porque no tiene una figura paterna” aseguró

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Respecto al contexto social en el cual se desarrolla la trama, Lorenzo explica “Cuando decido adaptar la historia a Chihuahua, el tema de las fosas comunes en el norte de México era inevitable. Cuando llegue a México hace 20 años, me afectó esa realidad tan dura del país. Y este tema entró de una forma natural a la historia. Siento que ni yo ni los escritores que colaboraron conmigo -Paula Markovitch y Laura Santullo-, tratamos de que no se sintiera impuesto, sino que se sintiera naturalmente tratado. Sin sobre dramatizar, sino sencillamente el punto de inicio de esta historia”.

Y añade: “Pero, si se ponen a pensar, La Caja al final es una historia sobre la identidad. Un niño que busca su identidad, porque no tiene una figura paterna. Pero también la identidad de los desaparecidos. Y también la identidad de los miles de personas que pierden su identidad al trabajar en las maquiladoras. Todos esos elementos tienen que ver con la identidad, y por eso pienso que no se sienten forzados en la historia” aseguró.

Hernán Mendoza expresó también su opinión al respecto. “Para mí es muy fuerte ese tema. Como dice Lorenzo, uno piensa en la identidad de las personas en una fosa común. Pero lo terrible es que el mayor porcentaje jamás se sabe de quienes son esos restos. Y eso es lo que verdaderamente es muy triste y muy terrible” reflexionó.

“Para mi es algo importante el tocar estos temas”, afirmó Hatzin Navarrete. “Y justamente pueden ser tan difíciles, pueden ser tan duros, pero creo que dan esa parte interesante a la película, porque todos esos temas de las desapariciones, el tema con los trabajadores de la maquila, va girando en torno a la relación que yo estoy llevando con el personaje de Mario, y creo que Lorenzo aborda muy bien todos esos temas, que son muy importantes hablar de ellos”, finalizó.

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