Escenario

Carlos Cortés y ‘El sublime arte de contar la historia a través del sonido’

COBERTURA. Hace unos días el mexicano ganador del Oscar a Mejor Sonido ofreció una conferencia magistral sobre su trabajo en el marco del FICG 37. Conoce los detalles

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Carlos Cortés dio consejos a los estudiantes de cine para mejorar sus filmes.

Carlos Cortés dio consejos a los estudiantes de cine para mejorar sus filmes.

ESPECIAL

“Cuando empecé a grabar fue en la casetera de mi padre”, recordó Carlos Cortés, el ingeniero de audio mexicano, ganador del Oscar por su trabajo en el filme El sonido del metal, al momento de recordar cómo se adentró en el arte de los sonidos durante la conferencia magistral El sublime arte de contar la historia a través del sonido, que ofreció hace unos días en el marco de la edición 37 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).

“A los dos años tenía un tocadiscos de la marca Fisher Price. Tenía mis discos de los Looney tunes e incluso de Kiss. Me acuerdo que me llamaban mucho la atención. Más adelante, mi papá tenía una casetera que tenía unos canales para grabar, izquierdo, derecho, jugaba mucho con eso”, dijo.

Su amor por el sonido y la música lo heredó de sus padres que son melómanos. Desde niño sintió fascinación por el sonido y solía pasar horas jugando con un pequeño tocadiscos. Al crecer se unió a una banda, donde él era el encargado de grabar. Años después su pasión por la música evolucionó a otras áreas del sonido.

“Llegaron muchos años después los convertidores digitales. La primera vez que lo hice se distorsionó todo porque tenía cero rango dinámico pero lo aprendes (...) Originalmente quería estudiar música, me acerqué al sonido por la música. tuve la oportunidad de salir del país luego de la prepa. Cuando regresé a México estudié Ingeniería electrónica y mientras más seguía decía que no quería diseñar teléfonos. Luego me fui al extranjero a hacer un curso pequeño de audio y de ahí me agarré”, dijo.

Una vez que comenzó a trabajar en el séptimo arte expresó que mantiene firme una misión para cada trabajo fílmico: “Lo sublime está en hacer sentir”, enfatizó. “Hay cierto tipo de convenciones, por llamarlo de alguna manera. Hay que encontrar el lenguaje de cada proyecto, saber qué necesitan porque hay escenas que no necesitan música. Esa es la parte que hay que descubrir. Es cierto que hay convenciones como el sobresalto en una película de terror como bajar y bajar y bajar todos los elementos, para que después te aparezca la imagen y dos cuadros después los sonidos, para tener un impacto visual y uno auditivo”, explicó.

“Para mí la comedia tiene un ritmo muy claro y forma de abordarse, pero hay otras películas que no se pueden abordar igual y ahí viene el ingenio para darle la vuelta y la experimentación y tiene que ver con el ritmo y lo que perfilas. Es un reto de cómo resolver. Si hay música, el resolverlo parte de cómo me comunico con el compositor. El sonido es una constante búsqueda. Lo que me interesa es que he hecho películas de muchos lados y al final lo que importa es la forma en que traduces”, destacó.

Imagen especial de la conferencia magistral que ofreció en el FICG.

Imagen especial de la conferencia magistral que ofreció en el FICG.

ESPECIAL

El realizador expresó que dentro de esa interpretación de la historia hay elementos que facilitan el trabajo del ingeniero de sonido desde el saber la historia o el lugar: “Lo importante es conocer el guion. Si vas a estar en una locación, por ejemplo, la selva Lacandona, hay que capturar ambientes. Debemos buscar algún formato de diferente sonoridad para dar la espacialidad adecuada. Así te acercas más a la esencia de lo que estás filmando. Además esos registros se los puedes compartir al editor y eso les ayuda a familiarizarse”, mencionó.

Aunque cabe destacar que el ingeniero de audio también debe tener un aporte creativo en el filme y para ello hay distintas formas de trabajo que va dando la experiencia: “Eso lo vas descubriendo, antes era más malabarear y resolver. Te vas dando cuenta que ciertas cosas las puedes prever. No todo. Hoy en día, trato de no ver las películas, quiero llegar con sonidos frescos, porque la materialización de los sonidos puede ser muy distinta en el corte. Me quiero sentir una herramienta fresca para ese proceso”, dijo.

“Lo que sí necesitamos es tiempo para poder crear, no estar bajo presión. Necesitamos un espacio creativo, uno físico y uno mental. Así en lugar de resolver al momento lo mejor es resolver previamente (...) Cada diseñador se aproxima de manera distinta pero la conceptualización y el flujo de trabajo es el mismo. Eso me permite ver que sí hay un universo particular de cada uno en el cual buscar esas fortalezas y, claro, tener una colaboración te amplía el panorama”, añadió.

En esta charla dedicada a estudiantes de cine de Guadalajara el ganador del Oscar dio un par de consejos para aquellos que quieran explorar este departamento poco visitado del cine. El primero de ellos fue cuidar el oído: “Antes no había disciplina. Al final el oído se fatiga. El silencio es muy importante. Me ayuda mucho hablar con el supervisor sobre su percepción y ya me habla de las secuencias y de lo que lleva. Para eso debo tener una organización y ponerme horarios, trabajar ocho o diez horas al día, no más porque la apreciación ya no es la misma”, dijo.

El otro consejo fue aprender de todos lados: “Antes era anti Hollywood y ahora lo disfruto mucho. Ampliar el panorama ayuda mucho, tener el oficio de clavarte de cómo hacen las cosas aunque no sea de tu agrado es tener un valor. Lo que me ayuda mucho ahora es escuchar música nueva, porque lo empiezas a relacionar con otras artes. Nutrirte de lo otro te ayuda a percibir y plantear nuevas posibilidades”, concluyó.