Como parte de la ola de adaptaciones cinematográficas que llegan cada semana a la cartelera, se ha estrenado en cines mexicanos Carmen, película que tuvo su premier mundial durante la pasada edición del prestigioso Festival Internacional de Cine de Toronto y marca el debut como director de Benjamin Millepied, experimentado y talentoso bailarín de danza, convertido en coreógrafo, quien, tras colaborar en cintas como El cisne negro (2010), nos regala una versión libre de una historia bastante conocida.
En los años 1,800, Prosper Mérimée escribió una novela corta que tiempo después se convertiría en una obra de ópera de la mano del compositor Georges Bizet; ambos autores contaron una trama llamativa cuya trascendencia e influencia le han traído al séptimo arte para ser reinventada en una cinta protagonizada por la actriz mexicana Melissa Barrera y el actor recién nominado al Oscar por su trabajo en Aftersun (2022), Paul Mescal, y que además cuenta con la participación especial de la reconocida artista española y “Chica Almodóvar” Rossy de Palma.
Los destinos de dos espíritus jóvenes y rebeldes atrapados en sus propias vidas, se cruzan a partir de las decisiones que toman en afán de poder tener algo mejor. Por una parte tenemos a Carmen (Barrera), una joven mexicana que cruza la frontera hacia Estados Unidos para escapar de las injusticias que son comunes en el lugar en el que creció. Mientras que del otro lado, literalmente, se encuentra Aidan (Mescal), un soldado recién regresado de la guerra que, al no tener un empleo fijo, se ve obligado a incorporarse a un grupo que patrulla en el desierto para capturar inmigrantes.
Ambos personajes inesperadamente se conocen en medio de una situación complicada que les pone en la mira del sistema de justicia estadounidense y deciden recorrer juntos un camino que aparentemente les llevará a liberarse de todo el sufrimiento con el que cargan, ella nota que siente cierta tranquilidad al estar con él, pero él no es capaz de alejarse de esos demonios que le atormentan y cada uno debe decidir qué hará para poder seguir adelante, en lo que termina siendo una emotiva y dolorosa historia de amor.
Carmen es un drama musical que muestra que el amor puede surgir incluso en las situaciones más adversas, justo cuando uno más lo necesita y aún sin saber que es ese algo que le falta para seguir. Al ritmo de la música compuesta por Nicholas Britell y canciones originales creadas por Taura Stinson, Julieta Venegas y The D.O.C., esta cinta nos da un recorrido por lugares tan mágicos como oscuros, en los que todo es posible y hay muchos caminos para elegir, siendo un dilema el saber elegir el adecuado.
La música es brillante y logra convertirse en un personaje más, las secuencias musicales acompañadas por toda clase de simbolismos son lo mejor de esta producción cuya propuesta visual resulta también interesante y llama la atención gracias a la estética lograda a través del maravilloso trabajo del equipo a cargo del diseño de producción.
A pesar de que esta película no es capaz de consolidarse del todo al final, sí logra mantener atento en todo momento a quien la ve en la pantalla grande, una en la que sus detalles visuales lucen al máximo, mientras que cada número musical atrapa al espectador. Sin duda, Carmen es una cinta hecha con mucho corazón, al igual que se trata de un ejercicio cinematográfico arriesgado.
Quienes busquen una propuesta diferente y vistosa al acudir estos días a una sala de cine, vale la pena que le den una oportunidad a la ópera prima de Benjamin Millepied.
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