Escenario

‘Celeste Soledad’, un relato sobre la hermandad, las soledades y los duelos

ENTREVISTA. El cineasta Alex Arguelles y las actrices Fernanda Echevarria y Michelle Betancourt nos hablan del filme que compitió en la más reciente edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara

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Los personajes protagónicos fueron escritos especialmente para las actrices Fernanda Echevarria y Michelle Betancourt.

Los personajes protagónicos fueron escritos especialmente para las actrices Fernanda Echevarria y Michelle Betancourt.

CORTESIA

Dos hermanas con un serio problema de incompatibilidad se ven obligadas a vivir juntas a partir de la repentina muerte de sus padres. La necesaria convivencia se complica aún más con la imprevisible enfermedad mental de una de ellas, que la llevará a un mundo personal cada vez más tenebroso. Ambas se empeñan por vivir su duelo alejadas, pero irremediablemente terminarán encontrándose para unir sus propias soledades. Esa es la premisa de la ópera prima de Alex Arguelles, Celeste Soledad, presentada en el marco del 37 Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) y Crónica Escenario tuvimos el gusto de charlar con su director y las protagonistas, Fernanda Echevarria y Michelle Betancourt acerca de este relato de hermandad que se desarrolla entre luz y oscuridad.

ORIGEN DEL FILME

“El proyecto nace en el 2013 a partir de anécdotas que me contaba la que en ese entonces era mi pareja, que perdió a su familia de manera trágica y se tuvo que enfrentar al mundo adulto siendo muy joven, completamente sola en una casa muy grande. Era muy conmovedor lo que me contó y quería capturar esas atmósferas y representarlas. Después el relato fue cambiando pues originalmente se basaba sólo en Soledad y su trastorno psicótico contra el que tiene que pelear solitaria en su casa”, explicó Arguelles acerca de la creación de esta historia.

Un detalle particular es que, desde su concepción, el realizador tuvo en mente a las dos protagonistas del filme. “Escribí la historia para ellas. Me sorprendió mucho la labor de Fernanda (Echevarria), que es familiar mía. Pero verla como actriz fue algo grato y quería trabajar con ella. Con Michelle (Betancourt), la conocí cuando aún era estudiante y me gustaba su labor y desde siempre sabía que ella era Soledad. Fui planteando la historia para ese camino en el que ambas fueran la guía, por lo que cambié el nombre a Celeste Soledad pues me di cuenta que me interesaban las dos, estas dos seres humanas que no tenían nada en común más que esa soledad que de alguna manera las une”, explicó.

CONSTRUCCIÓN DE PERSONAJES

Parte fundamental de esta historia es la relación distante entre Celeste y Soledad, misma que refleja cierta química entre ambas a pesar de su distanciamiento. Fernanda Echevarria nos habló de la construcción de ese vínculo y, sobre todo, de su rol. “A nivel de personaje, es obvio que el agotamiento físico y psicológico como proceso actoral, no lo padecí igual que Michelle. En mi caso me enfrenté a otro tipo de dificultad, algo que no había experimentado. Me tocó poder empatizar por primera vez con las personas que no dialogan con su dolor, que lo ignoran. Celeste no se toma a sí misma como un individuo, tiene una sobre atención de sí misma que la lleva a una depresión. Todo el tiempo contiene algo tan triste, tan fuerte, no sabe que hacer junto a la presión de ser la hermana mayor y ser tan patética, eso hace que no tenga deseos de existir. Ese fue el desafío, no poder conmoverme cuando así lo sentía profundamente”.

Fernanda Echevarria da vida a Celeste.

Fernanda Echevarria da vida a Celeste.

CORTESIA

Además, la talentosa actriz añadió: “Que fuéramos tan diferentes en todo sentido me dio una alegría inmensa por el proyecto de Alex. No conocía a Michelle antes, pero conocía su trabajo y me entusiasmó hacer este rol con ella. Al final, la ñoñez y encanto de estar en este proyecto forjó una relación amorosa de una profundidad que a la fecha sigue. Pero es muy bello saber que a pesar de ese odio que se tienen durante la película, transmite ese lazo de luz y química entre ambas”.

Para Michelle Betancourt fue algo completamente diferente, pues hacer de Soledad implicaba desafíos contrarios, más allá de la gran química que se percibe entre ambas actrices. “Era algo que sentíamos porque la relación estaba ahí, se generó y trascendió el rodaje. Creo que el punto de partida fue justo que Alex escribió todo con nosotras en mente. Había algo que observó que no sabíamos cómo iba a funcionar pero que al juntarlas salió de maravilla. A pesar de que podría afirmar que las dos filmamos películas distintas, porque tenemos pocas escenas donde estemos juntas, lo cual añade mérito al trabajo de la relación de hermanas”, comentó.

“Con Soledad, ha sido el papel más demandante que me ha tocado interpretar no sólo por el lugar al que llega, ese punto álgido y climático que uno difícilmente experimenta en roles. Es un personaje un tanto oscuro pero me parece que a pesar de ello, es un relato de amor pues si bien es verdad que la tragedia hermana y que se puede encontrar belleza en el error, también lo es que las soledades se puedan abrazar. Además se necesitan dos lados para la historia, porque no hay Celeste sin Soledad”, mencionó.

INSPIRACIÓN DE LOS GRANDES

Alex Arguelles también confesó que, para escribir este relato, se inspiró en las palabras que escuchó durante una clase en el CUEC, ahora ENAC, de un director bastante importante. “Esta película la veo como una analogía que alguna vez nos contó Alfonso Cuarón en una clase magistral, que es que en el punto en que estaba en su carrera le interesaban los conceptos. De ahí que aparentemente este relato sea una cosa pero resulte en otra. La historia es una cuerda donde los conceptos son prendas que cuelgan de ella y si esa cuerda está floja, los conceptos alrededor de ella se van a caer pero si tienes una cuerda preciosa sin prendas pues sólo es una más. Eso me sirvió para crear toda la idea, ver esos conceptos sonoros, visuales, estructurales, de tono, géneros e incluso los temas. Luego definí lo que iba a ser esa cuerda, que francamente fue algo que se dio solito”, afirmó.

Michelle Betancourt da vida a Soledad.

Michelle Betancourt da vida a Soledad.

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Otra bella situación que se vive a través de esta película es el énfasis que existe acerca de la luz y la oscuridad y su relación tan cercana, algo en lo que Michelle ahondó. “En la vida siempre hay ambos espectros, además de que por más que uno pueda estar en relación con otro, siempre habrá algo que no va a permitir ver el mundo de la misma forma. Ese juego de la percepción está presente, la cuestión de la realidad sobre todo en Soledad pues no importa si lo que pasa con ella lo es o no, pues de todas formas lo padece igual”.

En esta ópera prima también se percibe una mezcla de géneros, resaltando un poco el thriller/terror que detona en una espiral bastante compleja. “Creo que existen muchos prejuicios en torno a los géneros y nosotros nunca hablamos de eso en el trabajo de mesa. Una tiene que habitar la situación y dejar de pensar en qué género va, así que en mi caso, para abordar la actuación los géneros no funcionan”, aseveró Betancourt.

Arguelles agregó al respecto de este tema y las atmósferas que genera: “No sentí la necesidad de hablar de géneros en el proyecto. De hecho tengo una relación de amor/odio con ello. Vengo de una familia de actores y artistas que en la sobremesa discutían a gritos de estos enfoques”, dijo.

“Aunque he de admitir que a mi me encanta ese cine de género, el gore, terror, thriller y demás porque me gusta la idea de las reglas que tienen y cómo puedes jugar con ellas, sobre todo cuando las rompes y las cambias pues se vuelve algo que deja al espectador desprevenido al inicio y después, ya con las defensas bajas, lo metes en pasillos más oscuros. Fue un proceso terrorífico, pero quería transmitir esa sensación de pánico absoluto, de horror irracional al sentir que tu mente te traiciona y la impotencia derivada de no poder hacer nada porque eres tú el propio enemigo. Eso es algo que me interesaba abordar”, agregó.

El cineasta Alex Arguelles en el rodaje.

El cineasta Alex Arguelles en el rodaje.

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Incluso, el joven realizador enfatizó una anécdota acerca de una escena particular que fue muy dura de hacer. “Estaba en el guion y me la brincaba en la filmación porque me daba náuseas solo leerla. Cuando pasamos a la edición de la misma, pasaba de nuevo porque no podía verla porque me era demasiado cercano y resultaba muy incómodo todo”, dijo.

HABLAR A PROFUNDIDAD DE LA SOLEDAD

Más allá de la narrativa, la luz y oscuridad de la película, la cinta toma la soledad como uno de los ejes principales, un concepto del cual tanto las actrices como el director nos regalaron su punto de vista. “Celeste hace un aislamiento a conciencia. Está con su pareja pero ya no tienen química y sigue ahí por costumbre. Ella prefiere irse a vivir en soledad aunque la esté pasando pésimo. Pero a nivel personal, habito la soledad muy frecuentemente. Aunque soy alguien muy social y me gusta la compañía de la gente, hay un momento donde de pronto estás contigo y sabemos que existe esa voz muy interna que solo uno mismo conoce porque no se puede verbalizar. Después de una experiencia que viví, he aprendido a saber amar u odiarla de vez en cuando para reconciliarnos después. Es una sensación muy particular y poética, me parece que es algo que todos los seremos humanos sentimos cotidianamente”, comenzó aportando Fernanda.

Michelle continuó con la idea, recordando de manera emotiva cómo a pesar de lo duro y de la soledad experimentada, existe ese aire de esperanza. “Todo lo que hago artísticamente, el punto de partida que tengo, es tratar de compartir esa soledad y que la necesidad viene de tenerla junto con lo que no podemos nombrar para ver de qué manera puedes transmitirlo en palabra, cuerpo o imagen, como sublimarlo. Hablando de mi personaje, el año que grabamos la cinta, mi hermano tuvo un incidente que lo tuvo un largo tiempo en el hospital y me pasó algo similar a lo que vive Soledad. Pensaba que este dolor que vivía no lo podía explicar o llorar. Que esta película se estrene después de ese evento y el tiempo que ha pasado y que la gente la reciba como lo ha hecho, me resulta esperanzador como la misma cinta”.

Finalmente, Arguelles liga mucho los conceptos de la soledad con otro tema: la percepción de la realidad. “La definición de la realidad es que es algo inaccesible, algo que percibimos con nuestros sentidos. Es algo que realmente no conocemos, es una convención que está ahí afuera y eso se liga a otra idea: todos estamos solos pero al mismo tiempo somos muy empáticos. Justo en la cinta hay dos soledades en medio de un mundo hostil así que para protegernos nos hacemos una compañía necesaria para que no nos arrase con todo”, concluyó.

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