Escenario

‘El Halcón’, reviviendo el cine de luchadores

CORTE Y QUEDA. La cinta es dirigida por Eduardo Valenzuela quien toma la arriesgada decisión de no revitalizar el género sino de continuar con lo hecho en otras épocas

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Fotograma de 'El Halcón'.

Fotograma de 'El Halcón'.

CORTESIA

Uno de los géneros por excelencia denostados, criticados, vapuleados, por la crítica seria en México es el de luchadores, ¿cómo decir es buena o interesante una película que aborde las inverosímiles aventuras de un tipo forzudo marca Schwarzenegger/Stallone que usa máscara y es mexicano, cuando ya tenemos a Batman y Spider-Man? Claro, hay que alabar las cintas clásicas de El Santo, al final ya fueron santificadas por la crítica europea y eso permite ser benevolentes con ellas. Ante esa mirada, que se estrene este 2024 El Halcón, cinta que abraza el género sin ser un pastiche de referencias, es una apuesta complicada, pero que, sin duda, logra darle una esperanza nueva al género.

Los enmascarados de la lucha libre en México están vedados desde que “El Halcón” aprovechando el poder tenía, les había prohibido, pero cuando su antiguo némesis, “El Capitán”, quien domina el bajo mundo de Tijuana, secuestra a su hijo, deberá reunir a todos para hacerle frente y sacar del ostracismo la lucha libre.

La cinta es dirigida por Eduardo Valenzuela quien toma la arriesgada decisión de no revitalizar el género sino de continuar, es decir, la cinta no tiene lo que se podría esperar de una película moderna, no, en lugar de ello decide continuar con la hechura técnica tenían estas películas en su auge, con una trama inverosímil pero factible, con buenos más buenos que el tequila y con villanos tan malos como la carne de puerco en mal estado. 

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Fotograma del filme.

La dirección puede parecer descuidada, pero en realidad recrea de forma correcta la forma en que se ve el cine de luchadores, no cae en el error de Octagon y Atlantis: La Revancha (1992, Pérez) que buscaba hacerle ver como una cinta actual y, en eso, recae uno de sus méritos, estamos ante una cinta que bien podría ser hecha en los 70.

El Halcón es protagonizado por Guillermo Quintanilla, quien en la actualidad vende tacos lejos de la lucha pero que conserva su físico. El papel de su hijo recae en Ianis Guerrero, quien harto ante la pasividad de las autoridades frente a los criminales busca hacerles frente, sólo para tener que afrontar la consecuencia de sus actos y comprender el peso de usar la máscara. Ana Jimena Villanueva da vida a una policía que esconde un gran secreto que le permitirá congeniar con El Halcón. El villano es interpretado por Said Sandoval.

Es muy interesante el planteamiento hace el guión sobre la noche negra de la lucha libre, una noche en la cual muchos enmascarados fueron asesinados y los restantes desaparecidos, haciendo una analogía con la desaparición de las películas de luchadores en esos años, siendo sustituidas por el género de ficheras. Que el enemigo en la cinta sea el crimen organizado como lo vivimos hoy en día, con sus lazos con el gobierno y las autoridades, donde se erigen como los dueños absolutos del país, mientras la única posibilidad de vencerlos son ciudadanos honestos dispuestos a enfrentarlos.

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El Halcón peca de inocente, como lo hacían las cintas clásicas del género. Es un divertimento inverosímil, con diálogos infames dichos de la forma más seria posible, con actuaciones caricaturescas pero adecuadas a las situaciones, con lucha que no se ven estilizadas, que son sucias. 

Una película que, al final de cuentas, sirve como una presentación del personaje, narrando su origen y dándole el motivo para retomar la lucha y salvar al país, una primera parte de lo que se espera sea una trilogía que busca, de nueva cuenta, atrapar a los aficionados de estas películas, pero no al que se dice serlo porque es intelectual decir que se aprecia el cine de antaño, sino al que sí disfruta verlos sin importarle sus fallos y decadencias.