Escenario

‘Heroico’ de David Zonana, una historia de violencia y crueldad

CORTE y QUEDA. El más reciente filme de Zonana se estrenó simultáneamente en marco de dos de los festivales más importantes del país: FICUNAM y el FICG>

Conferencia de prensa del Festival Internacional de Cine en Guadalajara
El director David Zonana (centro) junto al elenco de ‘Heroico’ El director David Zonana (centro) junto al elenco de ‘Heroico’ (Cortesía/FICG)

Después de sorprender a propios y extraños en el cine mexicano con su ópera prima Mano de Obra (2019), el director y guionista David Zonana regresa con otro proyecto donde nuevamente muestra una crítica social, enfocándose ahora en la milicia con Heroico, que debuta en el marco de dos de los festivales más importantes del país: FICUNAM y el FICG. ¿Es tan buena como su anterior cinta?

Luis (Santiago Sandoval Carbajal) es un adolescente mexicano que decide entrar al Heroico Colegio Militar pensando en un mejor futuro para su madre y él mismo. Sin embargo, poco a poco descubrirá que el sistema para forjar militares con ‘carácter’ implica muchas actitudes nada agradables. Sometido física y psicológicamente hasta ser moldeado por el sistema y transformado en un soldado perfecto, Luis aprenderá que formar parte de este mundo es todo menos heroico.

En medio de la búsqueda por entender la vida militar desde su propia raíz, Zonana expone la violencia y crueldad que ronda el formar parte de esta comunidad que, tristemente, suele ser una de las únicas oportunidades que tienen algunos jóvenes para poder tener una mejor perspectiva de vida. Sin embargo, las consecuencias de este maltrato exhiben que el gran problema del poder militar radica en sí mismo.

De alguna forma, a través de este pequeño estudio de personaje, Zonana señala cómo la violencia y deshumanización de los que forman parte de este proceso, o los que aguantan toda la clase de burlas, torturas y demás por parte de los oficiales mismos, genera una sensación de inseguridad más que de justicia y paz. Durante gran parte del primer acto, el realizador pone en el centro a Luis y sus amigos, que pasan por tremendas bajezas de todo tipo, mostrando sus debilidades hasta llevarlos al límite.

Esa mirada brutal e inquietante emula un poco a otra gran cinta que crítica la milicia, Cara de Guerra (1987) de Stanley Kubrick. Sin embargo, Zonana no se atreve a mostrar de lleno todas las consecuencias, inclinándose por sueños repetitivos acerca de los destinos que los compañeros de Luis sufren. Si bien no se busca mostrar algo explícitamente gráfico, se siente que el filme no se atreve a ir más allá para morder la mano del sistema militar mexicano. Y es ahí donde la cinta pierde fuerza.

El director mexicano intenta entender por qué o de dónde vienen las motivaciones de Luis y sus compañeros para tener que caer en ello pero no deja de darle un aire un tanto clasista y fría. Mientras las vejaciones continúan, el realizador prefiere optar por mostrar constantemente la belleza del Colegio Militar en planos de gran angular o se desvía descaradamente de las penas de los demás mientras el protagonista no hace absolutamente nada.

He aquí que encontramos uno de los principales problemas del relato más allá de sus detalles en el guion. Si bien la tibieza de las consecuencias de los terribles actos de los heroicos generales y altos mandos del ejército es algo conflictivo, ver el nulo arco o reacción por parte de Luis ante todo lo que ve, hace y oye, no funciona del todo. Es increíble que, durante un año, pueda aguantar todo lo que le pasa sin mostrar un vistazo de reacción ante todo.

En contraparte, tenemos un actor que se roba por completo la película sin ser el protagonista: Fernando Cuautle, que como la figura del superior de Luis genera una tensión y muestra ese lado oscuro del poder militar a través de sus actitudes y expresiones. Destaca verlo como una figura opuesta al típico gruñón gritón, sino que se muestra siempre con un aire siniestro que oculta detrás de su aparente calma y sonrisa.

Triste es que Zonana no se atreva a explorar más a este personaje ni sus impulsos claramente homosexuales hacia este joven recluta, mostrando nuevamente la falta de mordacidad en su crítica hacia este sistema. Pero cada vez que Cuautle aparece, es el rayo de luz de un filme que se va agotando debido a su repetición de eventos sin muchas consecuencias.

Si bien David ha declarado que lo que intentaba hacer con Heroico era humanizar a la gente que forma parte de esta importante figura de autoridad en el país, se pierde en el intento pues no logra eso ni tampoco esa cruda crítica social necesaria para mostrar que la violencia permea a los que, supuestamente, deben resguardar la seguridad de un país que vive en la aspereza de un Estado donde la impunidad es pan de cada día y los balazos en lugar de los abrazos funcionan mejor para solucionar las cosas.

Asimismo, se nota la mano del productor y también cineasta Michel Franco, pues la cinta utiliza una narrativa sobria a través de algunos planos pausados en los que intenta capturar a detalle el ambiente de corrupción y violencia que persiste en esta institución mientras que el anfiteatro luce como un altar listo para los rituales de sacrificio de jóvenes perdidos en un ambiente tóxico que puede costarles más que la vida.

Heroico entonces es un intento por mostrar las historias humanas detrás de esa visión fría, corrupta, violenta del Ejército Mexicano, que deriva en lo que vemos ahora dentro del país. Pero en su afán de evitar las ideas de sensacionalismo, pierde la brújula al hacer un retrato hermético, inocuo de una realidad mucho más dura. Ni la experiencia de los ex cadetes que forman parte del cast ayuda a la exploración del factor humano, ese que puede no corromper todo el sistema militar pero que aquí, tampoco deja clara cuál es su postura.

Copyright © 2023 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México