Escenario

Lorena Padilla y la magia detrás de la cámara de ‘Martínez’

ENTREVISTA. Es una película sobre la soledad, el paso del tiempo y la identidad que este año inauguró la sede de Irapuato para el Festival Internacional de Cine de Guanajuato y espera su estreno nacional

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Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

Cortesía

Con un semblante de disgusto constante, Martínez (Francisco Reyes), un hombre que llegó a la tercera edad, le dan la noticia de que tiene que capacitar a su reemplazo, Pablo (Humberto Busto). Indignado, se aferra a su puesto y a desestimar la capacidad de su nuevo compañero. A la par, comienza a idealizar a su vecina que no conoció y se apoya en esa imagen para transitar su soledad y atreverse a vivir nuevas experiencias.

Hice una peli que a mí me gustaría ver, o sea, fui completamente egoísta”, expresó la directora, Lorena Padilla por dos características clave del protagonista de esta película. Primero, Martínez es de clase media: todas las mañanas sale de su departamento y va a la parada del autobús para llegar a su empleo en una oficina desgastada.

Además, tenía mayor relación con los adultos mayores de su familia. “Conviví con ese tipo de personas desde mi infancia, es mi ciudad y si alguien empatiza con este personaje, está buenísimo porque es muy especial para mi”, compartió.

Fueron alrededor de 10 años de escritura del guion, principalmente por situaciones personales, profesionales y académicas. Sin embargo, no dejó de trabajar en la historia para mejorarla durante su maestría y talleres de escritura. “Estoy convencida que escribir es reescribir. De la idea original no queda ni el nombre. Vas cambiando y desechas ideas, pero la esencia tiene que permanecer, lo que te llevó a esta historia”, mencionó.

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La directora recomienda abrirse a la retroalimentación de directores, actores y guionistas porque ofrecen diferentes perspectivas que enriquecen el guion. “No recomiendo tardar 10 años”, bromeó, “pero sí, reescribir es una maravilla y en pantalla se nota al instante cuando llega un segundo borrador. Cuando lo ves dices, esto tiene potencial, si le hubieran dado otras tres reescrituras, hubiera sido increíble”, comentó.

Francisco Reyes quien encarna a Martínez, pensó en dejar de lado su acento y cultura chilena para la historia, pero Lorena apostó por mantenerlo como un extranjero en México para que diera la idea de “sentirse extraño en un lugar”. “Tú puedes sentir que no perteneces a tu casa, a tu barrio o a tu salón de la universidad. Es ese feeling de El extranjero de Camus y por eso nos servía que fuera chileno para ponerle una etiqueta de que no pertenece”, expresó.

Este personaje también guarda una esencia muy especial para Padilla: “Fue como un intento de entender a mi papá y luego me di cuenta que yo también era muy Martínez. Entonces, terminé hablando de mí”. Relató que durante su estreno en el Festival de Cine de Guadalajara, al finalizar la película los actores saludaron a su papá y él mencionó, “Lorenita dice que está basado en mí, pero yo no me veo ahí” y entre risas la directora declaró, “él jura que no es él y es la respuesta más Martínez que puede tener”.

Imagen de la cineasta.

Imagen de la cineasta.

Cortesía

Los tres personajes que llevan el hilo de la película experimentan esa soledad de “no pertenecer”, por una parte Martínez como extranjero y un hombre de la tercera edad, Pablo como un foráneo y nuevo integrante del trabajo y Conchita, interpretada por Martha Claudia Moreno, que a pesar de que lleva 30 años trabajando en esa oficina, no ha logrado encajar y compartir todo ese amor que guarda. Estas historias se entretejen de una manera que a la vez que presenta escenarios que parecieran melancólicos y tristes, logra un suerte de comedia oscura al llevarlo a un punto inquietante. “También busco que la peli sea incómoda, porque la gente ya pide que corte, pero no, no voy a cortar”, mencionó haciendo referencia a los planos largos que maneja.

En la película hay una escena en la que el protagonista relata el momento de cómo conoció a su vecina y como espectador, se puede inferir que se verá el recuerdo como una escena flashback. Más, al enfocar a Francisco para contar la historia, “en ese momento algo pasó algo en el set, algo que tú no controlas y se dio como magia en esa escena” y dejó la escena de un plano largo en donde el rostro lo dice todo. 

La cineasta en la presentación del filme en el  FICG

La cineasta y el talento en la presentación del filme en el FICG

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Fue muchísima suerte. Estuve haciendo casting y tenía muy claro lo que quería de los personajes. Ellos fueron súper generosos y entre los tres hicieron una química buenísima. Soy una directora que no le gusta seguir el guion, yo lo escribí pero si voy a hacer lo que dice el guion, entonces para qué voy a un set ¡qué aburrido! que vaya alguien más y dirija. Me refiero a que muchas cosas que se presentan son de los actores”, destacó.

Lorena Padilla se ha desempeñado como guionista, directora y productora, actualmente está escribiendo un libro sobre la realización de guion, terminó de dirigir una serie de comedia para Amazon Prime, escribió otra para Paramount Plus y está trabajando su siguiente película. Una mujer exitosa, activa, apasionada y comprometida, por otro lado, en la última escena de Martínez reflejó el momento en el que culminó una búsqueda de identidad fuera de su ámbito profesional.

Cuando finalmente pude hacer la peli me estaba divorciando y una de las conversaciones con mi terapeuta fue de que me queda claro quién es Lorena la guionista, Lorena la directora y Lorena la mamá, pero ¿quién es Lorena? Mi tarea era definirme sin involucrar mi trabajo. Entonces esta película fue eso, no soy mi trabajo, aún no sé quién soy y también me gusta porque no siempre los personajes deben tener las respuestas y saber hacia dónde van, sólo saben que tendrán días buenos y malos, para mí era era verme reflejada”, finalizó.