Escenario

Max Burkholder, ‘Ted: La serie’ y el arte de crecer con un humor moralmente incorrecto

ENTREVISTA. El joven actor dio detalles a Crónica Escenario sobre esta producción que se centra en la adolescencia del personaje que dio vida en el cine Mark Whalberg

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Fotograma de 'Ted: La serie'.

Fotograma de 'Ted: La serie'.

CORTESIA

El oso de peluche más grosero y divertido está de vuelta, ahora en una serie de televisión carga de su clásica irreverencia y mucho humor negro para seguir ahondando en esa inseparable amistad con John Bennet.

Ted, creado por Seth McFarlane, llega a Universal+ este 16 de febrero y en Crónica Escenario charlamos con el protagonista de este relato, Max Burkholder, quien hace una interesante mancuerna mientras ambos sobreviven juntos la dura vida adolescente.

“Es maravilloso trabajar con Seth, no mentiré al respecto. Si bien hice voces en sus series animadas como Family Guy, American Dad y más, jamás había trabajado tan de cerca con él”, declaró el joven histrión.

“Curiosamente, gran parte de ese tiempo era un niño y él dejó de involucrarse a fondo en los programas en cuanto a la labor vocal. Así que esto es lo más cercano e intenso que he podido hacer a su lado. He podido desarrollar una relación de trabajo con él así como fuera de las grabaciones. Es un genio, es graciosísimo y alguien muy cool”.

Max interpreta a la versión adolescente de John Bennet, a quien le dio vida Mark Whalberg en las cintas de la saga y que sirvieron de inspiración para el actor para encontrar el lado cómico de esta peculiar amistad.

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Imagen del filme.

“No tuve oportunidad de charlar con Mark acerca de su papel que ahora hago yo. Pero creo que había muchísima información para construir el rol a partir de las cintas. Además, está el factor de la escritura, pues los guionistas involucrados son muy talentosos y buenos en lo que hacen, dándome suficiente material para poder encarnar el rol. Entonces me tuve que enfocar simplemente en ser un gran perdedor con acento de Boston con un oso de peluche de mejor amigo. A partir de ahí, las bromas fluyeron”, afirmó.

Para Burkholder, adentrarse en ese universo tan kitsch fue otra herramienta interesante para ser John. “Hay montones de easter eggs en su habitación. Podemos ver la hierba, las drogas, el alcohol y ese poster de Flash Gordon rodeado de toda esa mierda noventera y vieja con la que fue divertido involucrarme. Aunque no crecí en esa época, la experiencia de John como alguien que fuma hierba acompañado de un amigo degenerado no me es tan ajena, así que eso me facilitó el poder entender y brincar dentro del papel también”, aseveró.

El humor característico de McFarlane sigue muy presente en esta ampliación del universo de Ted, algo que para Max es fundamental. “El crecer haciendo todas esas cosas de humor cuando posiblemente estaba muy joven para realizarlas, pues ni siquiera tenía permiso de mis padres para ver Family Guy cuando comencé a hacer sus voces, implica que el sentido del humor de Seth y la manera en que su comedia trabaja es bastante fundacional para mí. Crecí con ello y el poder crear un puente entre eso y dotarlo de un poco más de carne en este papel se siente como si completara un ciclo, sin duda”.

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Con esta imagen se hizo la presentación oficial.

Uno de los aspectos más interesantes de esta serie de ocho episodios es la relación de John y Ted con el resto de su familia. “Nos volvimos muy cercanos, nos encontramos dentro y fuera del set para ir a cenar o tomar unos tragos. Giorgia Whigham, que interpreta a mi prima, se roba varias de las escenas, hace un trabajo excelente”, dijo.

“Mientras que con Scott Grimes y Alanna Ubach, que interpretan a mis padres, son dos de las personas más graciosas del mundo. Tiene un gran talento para la comedia y pueden ser increíblemente hilarantes. Realmente nos sentimos como una familia al final de todo y creo que eso se nota en la serie”, añadió el también actor conocido por la serie Parenthood (2010-2015).

“A pesar de que no tuvimos mucho tiempo de ensayo entre nosotros, si tuvimos cierto tiempo previo a las grabaciones de la temporada donde nos juntamos en el set y creamos esa dinámica de las cenas. Siempre buscamos estar seguros de que esas escenas de familia se sintieran con un buen ritmo antes de grabarlas. Y es que esas secuencias me parecen una gran parte de porqué el show se siente como una sitcom atractiva”, complementó el histrión.

Claro que, la otra gran parte fundamental del relato es la vida adolescente en tiempos de secundaria, algo con lo que Max pudo conectar de formas interesantes. “No fui tan activamente víctima del bullying como John lo es en los primeros episodios, pues nadie en mi escuela iba pegándole a la gente en sus partes nobles, así que eso fue diferente. Pero tener un profesor un poco loco o ponerte un poco drogado después de clases con un amigo, esas si fueron experiencias similares a las mías”, recordó. 

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Imagen de la conferencia de prensa.

Aunque la química y las vivencias ayudan a que Burkholder pueda hacer de John un personaje complejo, había un reto más duro que todo lo demás: el grabar con un peluche que habla y que no está presente:

“Fue un desafío, sobre todo el primer par de semanas. Fue difícil poder imaginar a Ted donde necesitaba estar. Pero creo que mi parte favorita de trabajar con este oso de peluche inexistente fue durante uno de los primeros episodios, estábamos sentados en el salón de clase y nuestros escritorios estaban uno al lado del otro. Me incliné a darle un choque de puños a Ted, algo que no estaba en el guión, lo que terminó costando aproximadamente unos 80 mil dólares, lo cual me sorprendió”, confesó.

En cuanto a la cuestión de la escritura de algunos de los chistes repletos de humor negro y la comedia incorrecta característica de Ted, Max reflexionó: “Es un humor complicado de hacer en estos tiempos. Pero como la serie sucede en los noventas, existe una incredulidad suspendida en términos de que la gente que la vea, verá reflejado mucho de esa época en ello. La incorrección no es algo discorde a ello”.

“Además, la comedia de Seth, especialmente en historias como ésta, donde se burla de los judíos o la gente afroamericana, va más allá de solo ser eso. Creo que él no busca burlarse de ellos sino de la gente que cree en los estereotipos acerca de ellos. Eso le ha dado el permiso de poder hacer esta clase de comentarios y chistes en sus relatos, pues la audiencia entiende se burla de los clichés que creamos sobre la gente”, complementó el joven.

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Finalmente, Burkholder espera que el recibimiento del público en Latinoamérica sea tan cálido como el que está recibiendo en Estados Unidos. “Si amaron las películas de Ted, definitivamente van a conectar con la serie que tiene mucho del sentido del humor de ellas. Los mismos escritores y equipo que estuvo detrás de los largometrajes están de vuelta en el proyecto. Además, acá lleva ya al aire unas semanas y la gente la está amando, por lo que creo que confío que ese será el sentimiento que tendrán en todos lados al verla”, concluyó.