Escenario

Miguel Ríos nos regala una noche de íntimo y eufórico rock acústico

COBERTURA. “Seré único, pero me estoy quedando sordo, la edad no perdona querida mía, soy único pero mayor”, respondió el músico a una fanática en uno de los grandes momentos de la velada en el Auditorio Nacional

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Todos compartían la emoción de ver nuevamente a Miguel Ríos en el escenario

Todos compartían la emoción de ver nuevamente a Miguel Ríos en el escenario

César Luis García

Una lluvia otoñal caía mientras la oscuridad se apoderaba de las calles, bajo los paraguas caminaba varias personas se comenzaban a dar cita en el Coloso de Reforma.

Algunos se formaban para poder acceder, otros más fumaban y tomaban un trago mientras comentaba que el tema “Santa Lucía” tenía algo mágico, otros recordaban el concierto del músico en la plaza de toros, pero sin dudas todos compartían la emoción de ver nuevamente a Miguel Ríos en el escenario.

Ya dentro del recinto y acomodados en los lugares la oscuridad se hizo presente, los asistentes comenzaron a gritar emocionados y los músicos de The Black Betty Trio se hacían su aparición uno a uno para comenzar a tocar, mientras las luces del escenario poco a poco se encendían y el cantante español hizo acto de presencia para comenzar con este encuentro de rock acústico íntimo con su público.

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Hola Ríos, hello” y “Bienvenidos” fueron los dos primeros temas con los que el músico inició este regreso tan esperado a nuestro país para después dirigirse al público: “Bienvenidas, bienvenidos, es un gran placer estar aquí en este recinto tan importante”, expresó.

Los temas que continuaron fueron “De Memphis a Granada” y “La plaga” donde el cantante no desaprovecho la oportunidad para recordar su pasado como vendedor de discos “Esas eran algunas de las canciones que yo vendía en la tienda de discos donde yo trabajaba y fue como una revelación tener los discos de Elvis y muchos otros en las manos. Todos ellos me enseñaron que podía vivir de este oficio, es por eso que decido emigrar a Madrid, pero cuando dejas el paraíso como lo es Granada, la añoranza te persigue”, afirmó el músico.

Las risas y los buenos momentos junto al rockero no podían faltar pues cuando una fan, con gran cariño y euforia, grito al músico “eres único, Ríos” al cantante le costó escuchar lo que gritó, por lo que bromeó con ello “seré único, pero me estoy quedando sordo, la edad no perdona querida mía, soy único pero mayor”.

“En la frontera”, puntualizó la gran desigualdad que aún se vive aún después de 40 años que escribió el tema

“En la frontera”, puntualizó la gran desigualdad que aún se vive aún después de 40 años que escribió el tema

César Luis García

La música continuó con “Raquel es un burdel” y a contra ley temas en donde una atmósfera del viejo oeste se apoderaba del recinto, pues el ritmo del rockero era como si nos encontramos en un filme de Clint Eastwood.

Fiel al estilo social del rock el músico entonó “En la frontera”, no sin antes puntualizar la gran desigualdad que aún se vive aún después de 40 años que escribió el tema: “La desigualdad es tan grande que para que un hombre busque oportunidades tienen que salir de su lugar de origen, pero mejor que les cuenten a ustedes”.

La siguiente canción fue “Todo a pulmón”, la cual nos transportó a otra atmósfera adornada con la luz del celular de los asistentes, quienes con su brazo en alto cantaba con todas sus fuerzas.

“No sigan que los mayores nos emocionamos muy rápido, sacamos la lagrimita y no me quiero ver en esa situación”, bromeó

“No sigan que los mayores nos emocionamos muy rápido, sacamos la lagrimita y no me quiero ver en esa situación”, bromeó

César Luis García

Al término el aplauso y la ovación se hicieron presentes “olé, olé, olé, olé, Ríos, Ríos” comenzaba a gritar el respetable causando una gran emoción en el músico: “No sigan que los mayores nos emocionamos muy rápido, sacamos la lagrimita y no me quiero ver en esa situación”, bromeaba Miguel Ríos para finalmente decir “qué bendición de público”.

El cantante estaba maravillado con la entrega del público, tanto que pedía no apagaran las luces, pues quería seguir viéndolos mientras les cantaba: “No cortes la luz, dame el placer de ver sus caritas”, dijo el músico a los técnicos entre risas para afirmar que “estoy muy feliz”.

Una pequeña pausa al show se hizo presente para que el cantante descansara un poco, pero los encargados de seguir maravillando al público fueron Manu Clavijo y Luis Prado, quienes con sus canciones se ganaron el aplauso de los asistentes.

La gran ovación del público provocó que saliera nuevamente para entonar “Que salgan los clowns”

La gran ovación del público provocó que saliera nuevamente para entonar “Que salgan los clowns”

César Luis García

Después de este pequeño paréntesis el músico español salió nuevamente para entonar “Año 2000” y seguir con “La estirpe de Caín”: “Gracias por venir, gracias por el calor y por su aplauso tan adictivo”, dijo emotivo.

Al terminar la movida “Sábado en la noche” se anunciaba el final del show, pero la gran ovación del público provocó que saliera nuevamente para entonar “Que salgan los clowns” y “El río”, para seguir maravillándonos a todos.

Ya el inevitable final de este lindo show llegaba y no podían en este setlist la tan amada “Santa Lucía” y “El himno a la alegría”, cerrando así una mágica, íntima y rockera noche.