Escenario

‘Mujeres del Alba’: Un filme que se adentra a la guerrilla en México desde la perspectiva femenina

CORTE Y QUEDA. La nueva película de la cineasta Jimena Montemayor adapta los libros de su padre para ofrecer un relato necesario sobre uno de los periodos más oscuros del país

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Fotograma de 'Mujeres del alba'.

Fotograma de 'Mujeres del alba'.

CORTESIA

El tema de la guerrilla en México es uno de los que poco han sido explotados en la pantalla cinematográfica nacional, hay una especie de recelo por realizar este tipo de cintas y ofender con ello al gobierno al turno, pero, sobre todo, a la cúpula militar, quienes pueden ver en ella los excesos cometieron contra los participantes en la hoy llamada guerra sucia.

De esos años es particularmente llamativo el asalto al cuartel de Madera, en Chihuahua, llevado a cabo el 23 de septiembre de 1965 por parte de un puñado de miembros del Grupo Popular Guerrillero comandados por el maestro Pablo Gómez. Sobre el hecho, Carlos Montemayor escribió dos novelas, Las Armas del Alba que cuenta los sucesos del ataque y Mujeres del Alba, que narra lo que las mujeres cercanas a los participantes en el ataque vivieron en los días posteriores al acontecimiento.

Jimena Montemayor, hija de Carlos, ha tomado el complicado camino de adaptar la segunda novela a la pantalla grande con impactantes resultados. Después del ataque al cuartel de Madera, vemos los días posteriores a través de la mirada de madres, hermanas, esposas e hijas de quienes atacaron y fallecieron en el acto. 

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Fotograma de 'Mujeres del alba'.

Inspiración en la obra de su padre

Jimena Montemayor había sorprendido con su ópera prima, Restos de viento (2017) donde se podía vislumbrar una personalidad interesante en la puesta en escena y, sobre todo, en la dirección actoral, dos factores que, ahora en su segundo largometraje, reafirma y expande de forma clara y concisa. La película recurre a un retrato casi documental de la zona donde se desarrolla, con un realismo brutal de las acciones de los personajes, pero, aun con ello, se permite el lirismo, la poesía en pantalla.

La película encuentra su primer acierto en sus protagonistas, desde las niñas Valeria Torres y Shaula Ponce, quienes con sus miradas confrontan, retan, cuestionan. Las mujeres que las rodean no se quedan atrás, Myiam Bravo, Chantall Frías, Yadira Pérez, Berenice Mastretta, forman un tejido perfecto para el relato, cargando en sus hombros el peso de la responsabilidad familiar, social y, sobre todo, mirando de frente a pesar de las afrentas reciben.

La adaptación de la novela es muy fiel, tomando pequeños detalles de Las Armas del Alba para dar contexto, descansando realmente en Las Mujeres del Alba, con algunos cambios que no afectan lo que se busca, que no demeritan, que sirven para ajustar a la narrativa cinematográfica, creando con ello una de las mejores adaptaciones de una novela en el cine mexicano.

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Momentos de poesía en medio de los abusos militares

Jimena no tiene miedo en exponer los abusos militares en pantalla, en recrear hechos narrados hasta el cansancio de los abusos militares, donde la vejación no acaba con la muerte, donde el mancillar un cuerpo sin vida forma parte de sus delirios de poder. Es particularmente muy difícil de ver la secuencia donde usan los cuerpos de los guerrilleros muertos para dar una lección al pueblo, al ser retratada de forma cruda y sin exageraciones, lo que le torna aún más violenta.

Pero no sólo retrata esa realidad, se da la oportunidad de mostrar momentos llenos de poesía, donde la tierra se convierte en aliada, en un ser vivo que respira, que cobija, que abraza a los suyos. También hay que destacar la forma nos muestra el dolor por los desaparecidos, la manera en que los recuerdos se vuelven fantasmas que se desvanecen, que están diciendo adiós mientras los que se quedan saben nunca les olvidarán.

En el 2013, el cineasta José Luis Urquieta presentó su película Las Armas la cual muestra lo que narraba el ataque a Madera, película que hoy cobra relevancia ya que serviría como un complemento perfecto para Mujeres del Alba, creando un díptico interesante sobre un acto de rebeldía, de suprema inocencia, que marcó al país y la lucha contra el gobierno en turno, ambas, al ser interpretaciones de las novelas de Carlos Montemayor, se pueden fundir en el imaginario colectivo. Es también el último libro que Carlos Montemayor escribió, por lo que hay algo de poesía en que sea Jimena, su hija, quien lo lleva a la pantalla grande.

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Un filme necesario

Mujeres del Alba es un relato necesario de uno de los períodos oscuros del México contemporáneo, uno que muestra la lucha social en México desde la perspectiva femenina, desde la forma en que podían apoyar la causa, es de aplaudir que la película no busca imponer una mirada y acciones actuales a esos acontecimientos, no busca falsear la realidad para acomodarla a las necesidades de hoy sino que a través de lo que eran las cosas logra darle fuerza al discurso, mostrando la grandeza de esas acciones sin maquillarlas con lo que los discursos de hoy desean. Es, también, un recordatorio del porque no se puede dar poder al ejército, que un estado militarizado es un estado que le falla a sus habitantes, a sus muertos, a sus luchas y sus recuerdos.

La cinta formó parte de la selección del Festival Internacional de Cine de Guadalajara donde ganó a la Mejor Fotografía.