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‘ODESZA: The Last Goodbye Cinematic Experience’: Éxtasis visual de música electrónica

CORTE Y QUEDA. Bajo la dirección de Sean Kusanagi, el dúo de Seattle lleva a la pantalla grande la experiencia de su más reciente gira

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‘ODESZA: The Last Goodbye Cinematic Experience’ fue un hito en la carrera de la banda y una prueba de que la música electrónica tiene el poder de trascender

‘ODESZA: The Last Goodbye Cinematic Experience’ fue un hito en la carrera de la banda y una prueba de que la música electrónica tiene el poder de trascender

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Cinépolis sigue innovando lo que ver un concierto en pantalla de cine significa, ya no es sólo compartir con los fans un momento inigualable, sino acercarlos a sus bandas favoritas como nunca antes lo hubieran hecho. La película ODESZA: The Last Goodbye Cinematic Experience, dirigida por Sean Kusanagi, director creativo y amigo de toda la vida del dúo de Seattle, capta la grandeza de la reciente gira de la pareja detrás de su álbum 2022, The Last Goodbye, a la vez que desvela la historia detrás del ascenso de ODESZA y el equipo detrás del proyecto.

Mientras la sala se iba llenando, la emoción vibrante ya podía sentirse por todo el lugar, la cuenta regresiva iniciaba dejando entrever que no solo era una producción sencilla con unos cuantos drones que captaron diferentes imágenes, sino que iba más allá para ser inmersivo en realidad y hacerte sentir cada nota de lo que implicaba escucharlos.

Parte de esta experiencia la viene a cambiar ODESZA al no solo grabar un concierto y presentarlo, sino realmente generar una convivencia única con quienes han seguido a esta banda por años empezando con una trivia acerca de los momentos más destacables de la banda durante este tiempo, evolucionando la música electrónica dejando una marca imborrable desde sus orígenes allá por el 2012 y contando anécdotas acerca de cada una de sus canciones pasando por las inspiraciones, el detrás de cámaras y los constantes ensayos para generar el espectáculo visual que presentan en vivo en cada uno de los países del tour.

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Comenzaron su set con “This versión of you” seguido de “Behind the sunflower” donde, depende de la sala en la que lo escucharas, podía ser o no verdaderamente gratificante escucharlos y esto es porque no todas están adecuadas con un volumen tan alto o envolvente como para disfrutarlo en su totalidad, los visuales en la pantalla complementaban muy bien la música creando una sinergia mágica que transportaba a todos a una dimensión desconocida.

Estoy un poco nervioso, seguro”, dice Mills, “han pasado tres años”. Dentro de las escenas que presentaban entre canciones, visitaron viejos lugares emblemáticos para ellos y con fotos viejas iban contando su propia historia logrando que tanto nuevos fans como anteriores pudieran entender el contexto de lo que sucedía, uno de los más destacados fue cuando visitaron el sótano donde solían componer y como lo adecuaron para tener todas las computadoras y como sus amigos se acercaban con ellos para ver las novedades o simplemente molestarlos.

A diferencia de sus otros escenarios en giras pasadas, esta fue pensada para que estuvieran en dos tarimas diferentes que no afectaba en lo absoluto esa conexión íntima que tienen como dúo, a su vez eso también ayudaba a que los tambores tuvieran su propio espectáculo y acompañaran la experiencia sensorial que querían dar a expresar. Todo este complemento entre luces, láseres, el trapecio de en medio, videos lleva una sincronización impresionante que no da cabida para errores, incluso llevándoles varias horas nocturnas para terminar lo que tenían en mente con gran atención al detalle.

Por otro lado, también envolvía mucho la emoción de los fans que mostraban las cámaras, llorando, gritando, emocionándose, demostrando que las emociones rompen barreras y son universales, así sea desde un estadio en Seattle como proyectado en diferentes partes del mundo a nivel cinematográfico, pasando desde canciones como “Late night” a “Bloom”.

No fue solo un concierto de música electrónica, fue un viaje sensorial más allá de lo ordinario. La combinación de música enérgica, visuales cautivadoras y una producción impecable creó una experiencia que trascendió los límites de un concierto convencional.

ODESZA: The Last Goodbye Cinematic Experience fue un hito en la carrera de la banda y una prueba de que la música electrónica tiene el poder de trascender las barreras y llevar a las personas a un estado de éxtasis colectivo. Fue una noche que los asistentes nunca olvidarán, un momento en el que la música y el arte se fusionaron para crear algo verdaderamente extraordinario.

No todo acaba con verlos en cine, vendrán a México como parte de su gira el 19 de octubre en el Palacio de los Deportes y el 21 de octubre en Parque Fundidora y los boletos están disponibles en Ticketmaster.