Porter: Entre vibraciones medicinales, colores musicales e historias
COBERTURA. En compañía de varios invitados, la noche del sábado la banda originaria de Guadalajara ofreció su primer concierto en el Palacio de los Deportes
Música
Porter en el Palacio de los Deportes.
“Yo creo que algunas personas se engancharon con Donde los ponys pastan, algunos otros con Moctezuma o con La historia sin fin, así que este concierto hablará más de la historia de Porter, tocará paletas de todos los colores, Pensado para todas las generaciones que nos acompañarán”, compartió Víctor Valverde en entrevista previa al concierto que la banda ofreció la noche del sábado en el Palacio de los Deportes.
“Qué es el amor” fue la canción que inició el concierto de la banda originaria de Guadalajara luego de que la cantautora regiomontana Renee abrió la noche. “Platicábamos con Renee y justo en septiembre se cumplen 4 años de una pequeña gira con ella en recintos pequeños de Torreón, Saltillo y Monterrey de unas 200 o 400 personas. Es curioso cómo de nuevo, en septiembre estamos aquí”, recordó David Velasco.
“Murciélago”, “Rincón yucateco”, “Ranchito” y “No te encuentro” siguieron ante un público fiel que hizo posible que Porter (pese a las constantes fallas de los ingenieros de audio) viviera su primer concierto en el Palacio de los Deportes. “Se trata de arriesgarse, podemos esperar más, pero al final confiamos, confiar es mágico, también, el camino nunca se ha tratado de una pendiente lineal, sino más bien de una espiral, hay que reconocer que ahorita estamos aquí, no sabemos si mañana, es mejor apostar por hacer las cosas al momento”, dijo Velasco.
La banda ofreció uno de sus mejores conciertos.
De fondo, la pantalla simulaba una pirámide, en donde las imágenes abstractas y hasta un tanto psicodélicas acompañaban al grupo ocasionalmente. “Tzunami”, “Mundo extraño” (su sencillo más reciente) y “Arcade” se encargaron de preparar los ánimos para una de las canciones —que probablemente está de más decirlo— más coreadas y esperadas de la noche “Host of a ghost”, una canción de desapego e introspección que se ha convertido en un himno para los seguidores del grupo.
“Palapa”, “Cuxillo” y “Bipolar”, cerraron el primer bloque del concierto, para dar paso al momento acústico de la noche, con un cambio de vestuario con la estética que caracteriza a Porter, los integrantes regresaron al escenario para interpretar “Cuando lloro”, “Daphne” en compañía de Caloncho (el primer invitado) y “La sombra del amor”, una de las canciones más significativas de su reciente disco La historia sin fin.
¿Qué pasa si la mente te gana y decide terminar con tu vida? ¿Qué le dirías a las personas que se quedan no solo llorando tu partida sino buscando respuestas a la decisión tomada? De eso se trata “La sombra del amor” y escucharla en voz del propio David acompañado de un coro de miles de personas es emotivo y sumamente emocionante.
La banda se entregó a sus fanáticos.
“La vida te recuerda que hay algo más grande sincronizado. En la entrevista pasada anterior al Auditorio Nacional te platicaba que tuve una crisis muy fuerte casi dos semanas muriéndome, luego llegó el Auditorio, ahora vamos con el Palacio, eso me hace sentir que hay algo arriba que nos guía (...) es bonito que la gente nos diga que nuestra música les salvó la vida ya nosotros el público también nos salva, es un ir y venir, un dar y recibir muy grande”, destacó David.
“La música es un instrumento de sanación, la música por sí sola es un medio, es el lenguaje del universo, definitivamente es una vibración medicinal”, agregó.
Continuando con el ritual de sanación para sus seguidores y luego de palabras de agradecimiento y disculpas por las constantes fallas de audio, Porter se preparó para la recta final del concierto y la llegada del resto de los invitados especiales. Xali participó con “Mamita Santa”, Renee con “Xoloitzcuintle chicloso”, uno de los momentos más enérgicos del concierto —que comenzó con un bello solo de violín cortesía de Tashi, quien también participó en “Cachito de galaxia”.
Una de las postales de la noche.
Denise Gutiérrez acompañó a la banda en “Vaquero galáctico”, “Para ya” contó con la participación de Rosas, a quien David presentó como la “reencarnación de Juan Gabriel” y vaya sorpresa, su voz tiene un parecido increíble. “Huitzil”, “Pájaros” e “Himno eterno” no podían faltar en el repertorio, este último David la dedicó a los seres queridos que ya no están en este plano.
El cierre de la noche llegó y con él el invitado más ovacionado, de la mano de Porter, Little Jesus colocó el punto final con “Espiral”, que en la parte final y al ritmo de “Creo que ahora sí me estoy volviendo loco, loco/Casi loco” vasos con cerveza salieron disparados de distintos lugares del público.
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