Rodrigo de la Cadena se denomina “El último bohemio”. Tras veinte años de una lucha constante por preservar el bolero mexicano como parte de la tradición cultural mexicana, el cantante recuerda a través de sus presentaciones a compositores clásicos del género.
El cantante confiesa haberse sentido apasionado por la canción romántica desde el momento en que lo conoció: “siempre he tenido un apego a la nostalgia y a las cosas antiguas; el cine blanco y negro, tecnologías de antaño, los discos, la radio…”.
Durante sus presentaciones, Rodrigo de la Cadena no se dedica simplemente a revivir clásicos de compositores como Armando Manzanero o de cantantes como José José, sino que elige “documentar a través de crónicas periodísticas y entrevistas testimonios sobre los protagonistas de la canción” para que los últimos bohemios descubran “lo que hay detrás de la canción”.
Los últimos bohemios son para el compositor una forma de denominar a su generación, quienes “son un vínculo entre el siglo pasado y este“ al nacer en los 80 y 90 y haber podido encontrar aún a algunos de los ídolos de la canción con vida en su momento cúspide sobre los escenarios.
De acuerdo con el artista, estos elementos funcionan como “una conexión con las generaciones que nos antecedieron”. A pesar de que los boleros son un género que sigue a la fecha siendo parte importante del paisaje entre familias, restaurantes y la vida urbana incluso, “la tenemos estigmatizada como música con la que no nos podemos identificar”.
“Las grabaciones que escuchamos de la nostalgia es música de los 30, 40, 50 y 60 y se escucha que no es actual” relata el locutor, relacionando el hecho de por qué se siente tan lejano el estilo musical; sin embargo, resalta que al momento en que nuevas generaciones de artistas abordan las viejas canciones, “ya no es tan ajeno”.
Rodrigo comenta que hace 20 años, cuando él inició se sentía como “un bicho raro” y llegó a recibir comentarios que aseguraban “no te corresponde esto” o “eres un joven viejo”. Asimismo, espera que, si bien algunas interpretaciones de canciones son insuperables, las nuevas generaciones regresen la vida al género creando nuevos boleros o jugando con algunos de los menos conocidos.
El pasado 12 de mayo se presentó en el Teatro del Parque Interlomas.
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