Escenario

‘El sastre de la mafia’: Los clásicos nunca pasan de moda

CORTE Y QUEDA. No es solo un gran debut de Graham Moore, sino una muestra fehaciente de que no son necesarios ni grandes nombres ni presupuestos exorbitantes para poder crear un relato emocionante

cine

El filme es protagonizado por Mark Rylance.

El filme es protagonizado por Mark Rylance.

CORTESÍA CINE CANÍBAL

En el mundo del séptimo arte, el cine negro y de gángsters ocupa un lugar particular, y sobre estos temas se han erigido no solo filmes importantes, sino esenciales en la historia de este medio. Ahora, a esta larga lista de producciones se suma El sastre de la mafia (The outfit, Estados Unidos-Reino Unido, 2022), largometraje debut del guionista estadounidense Graham Moore.

Con un guión escrito a cuatro manos por el propio Moore, en colaboración con el argumentista Johnathan McClain, la historia se centra en Leonard (Mark Rylance), un sastre de origen inglés quien se ha asentado en la ciudad de Chicago de los años cincuenta. El hombre lleva una vida pacífica y solitaria, entregada completamente a su labor, la cual transcurre entre hilos y agujas; telas finas; y otras herramientas de su oficio, encabezadas por sus inseparables tijeras.

Rylance ofrece uno de los personajes más importantes de su carrera.

Rylance ofrece uno de los personajes más importantes de su carrera.

CORTESÍA CINE CANÍBAL

Su existencia cuasi ermitaña sólo es animada gracias a las charlas que sostiene con Mable (Zoey Deutch), su asistente, la cual alberga grandes sueños de irse de allí algún día y conocer París y otras ciudades europeas. Y lo único que altera su rutina diaria es el ir y venir de los mafiosos locales, quienes -aprovechando el bajo perfil y la discreción de Leonard- usan su establecimiento como punto de intercambio de información en un buzón que han instalado allí para tal propósito. Ello también obedece a que uno de los clientes principales del sastre es Roy (Simon Russell Beale), el capo mayor que controla esa zona de la ciudad, y quien a cambio de sus servicios y su silencio, no interfiere con su negocio.

Pero todo eso está a punto de cambiar, cuando entre la correspondencia de los hampones, aparecen mensajes de The outfit, una red criminal bien conocida en el bajo mundo del lugar, quienes les manifiestan su deseo de que la familia de Roy pase a formar parte de su organización, pero les ponen como encomienda hacerse cargo antes de sus principales competidores: la familia LaFontaine.

El filme retoma la esencia de los clásicos de la mafia.

El filme retoma la esencia de los clásicos de la mafia.

CORTESÍA CINE CANÍBAL

Posteriormente, durante una incursión en contra de los LaFontaine, el mafioso Richie (Dylan O'Brien) hijo de Roy y novio de Mable, resulta herido de gravedad y él y su compañero el pistolero Francis (Johnny Flynn) buscan refugio en la sastrería de Leonard. Y traen consigo una grabación comprometedora, donde se revela la existencia de un infiltrado que le pasa información al FBI. Richie es atendido precariamente y queda al cuidado del propietario, mientras que Francis logra conseguir un dispositivo para poder escuchar la grabación y así develar la identidad del delator.

A partir de allí, y durante esa noche la sastrería de Leonard se convierte en un enorme tablero donde comienzan a montarse las piezas de un intrincado rompecabezas, en el cual cada uno de los involucrados (y otros que se sumarán conforme el relato continua) se transforman en piezas que dan forma a un peligroso gran cuadro, y donde cada uno irá revelando su juego, su identidad y sus intenciones reales, siendo claro que todos ellos son más complejos de lo que se ve a simple vista… especialmente Leonard.

‘El sastre de la mafia’: Los clásicos nunca pasan de moda Video

Inspirado en los relatos noir de los años treinta y cuarenta, con pinceladas hitchcockianas aquí y allá, y con una exquisitez al momento de plasmar en pantalla la labor del protagonista que remite a la empleada por Paul Thomas Anderson en El hilo fantasma (Phantom thread, 2017); Moore elabora una película sobria y austera pero de brillante trama y potentes diálogos, con una puesta en escena tomada del teatro, en la cual las acciones ocurren en el interior de las diversas habitaciones de la sastrería, y la cual está provista de una narrativa clasicista, hilvanada delicada y finamente, como su fuese un diseño de alta costura; resultando en un filme atrayente, colmado de intrigas, traiciones y emociones.

Gran parte de su efectividad proviene de su elenco protagónico, encabezado por un soberbio Mark Rylance (Puente de espías, Dunkerque, No miren arriba, y un largo etcétera), cuya experiencia le permite construir un personaje con muchas capas, las cuales él mismo va retirando gradualmente, sin perder jamás su elegancia interna. Y Rylance por así decirlo, jala la marca para que el resto del elenco busque ponerse a la altura, ofreciendo actuaciones de antología. Incluso Zoey Deutch, quien se desempeña más en cintas de comedia y drama juveniles, ofrece un papel muy interesante el cual pareciese un tanto discordante en relación con el tono del resto del elenco, pero quizás por eso mismo termina por funcionar muy bien como una especie de contrapunto a la severidad y oscuridad de los otros personajes.

El sastre de la mafia no es solo un gran debut, sino una muestra fehaciente de que no son necesarios ni grandes nombres ni presupuestos exorbitantes para poder crear un relato emocionante. Solo se necesita un sólido guión, una dirección clara y con convicción, y un competente cuadro de actores para crear maravillas. Y también deja de manifiesto que, especialmente en el universo cinematográfico, los clásicos nunca pasarán de moda.