The Last Dinner Party, el presente y futuro de la feminidad en la música en el Lunario
COBERTURA. La banda británica ofreció un espectacular show en su primera visita a la capital del país
música
La experiencia del “Prelude to Ecstasy” llegó por primera vez a México, ya que desde Londres, Inglaterra, el quinteto de chicas The Last Dinner Party arrasó con un Lunario del Auditorio Nacional que funcionó como un estándar para el éxito del presente y de todo el futuro que le deparaba a las británicas.
Con un performance repleto de art-rock, The Last Dinner Party ejecutó todo el repertorio de su primer álbum de estudio, y además, se fueron el tiempo de presente una nueva canción que aún no está disponible en plataformas digitales.
Para esta mágica noche llena de talento de mujeres, Valgur abrieron pista tocando su más reciente material Armaggedon (2023). Elizabeth y Hugo Valdivieso, en voz y drum-machine respectivamente, de a poco fueron conquistando oídos y vista de un público nuevo en su mayoría que no les conocía, pero que al final terminaron llevándose el aplauso y cariño del presentable.
“¿Cuánto duraría el show de The Last Dinner Party?”, nos preguntábamos. Y al mismo tiempo apostábamos: “45 minutos”, “No, entre 50 y 55”. Decíamos.
La réplica de duración seguía cuando los gritos agudos de las fans inundaron la sala al aparecer las cinco inglesas sobre el templete y de inmediato empezar con “Prelude to Ecstasy”, canción homónima a su álbum debut de estudio. Los coros y cantos, en su mayoría de chicas entre el público, vaya que no cesó “Burn alive”, “Ceasar on a TV Screen” y “The Femenine Urge”. ¡Qué canción esta última!
“Es la primera vez que tocamos pero no nos queremos ir, tocaríamos diario aquí”, dijo Abigail (vocalista) muy conmovida y recogiendo peluches, posters y coronas de flores que sus fans les regalaron. The Last Dinner Party convocó mucha gente en un Lunario del Auditorio Nacional repleto, a pesar de ser martes después del puente.
La presencia escénica de la frontwoman es sumamente poderosa: bailando, dando vueltas, cantando bien y conviviendo con su público. Abigail en su muy corta experiencia es un torbellino de carisma y tiene todas las cualidades para ser un emblema e Ídola de toda una nueva generación femenina a nivel mundial.
“My lady of Mercy” en vivo es inmensa y de lo más fuerte que tiene la banda. Los sintetizadores del coro son abrumadores y las voces construyen un corazón mientras Abigail no paraba de girar. Esta rola en vivo mostró la energía del rock clásico con detalles de artpop que define la peculiar mezcla de la banda.
Uno de los mejores momentos claro que fue “Nothing matters”, que absolutamente todo mundo cantó. Esta rolota es más rockera, con un riff bien definido y un solo de guitarra clásico que Emily Roberts domina a la perfección, aunque es muy sobria al tocar, su guitarra distorsionada es maravillosa. Abigail y Georgia tomaron todos los regalos de sus fans y ellas dieron setlists al finalizar el show.
La nueva canción que tocaron fue “Big dog”, un tema que mantiene ese ritmo barroco de pop, pero con riffs electrizantes muy al estilo del rock clásico británico.
The Last Dinner Party prometieron volver pronto. Y vaya que lo harán, ya que con el espectáculo y conexión mutua entre la banda y sus fanáticos, es algo que tiene que volver a repetirse. Por lo pronto, algunos ya podremos presumir que estuvimos ante la primera visita de esta banda que tiene un gran presente, pero aún más un enorme futuro.