Escenario

The Mars Volta envolvió en una atmósfera nostálgicamente rockera al Pepsi Center

COBERTURA. La banda estadounidense con raíces latinas regreso a suelos aztecas para consentir a la horda de fanáticos que no dudaron en sumergirse en su rock progresivo

música

The Mars Volta viaja entre el rock progresivo, el jazz fusión, la psicodelia, la electrónica y ritmos latinos.

The Mars Volta viaja entre el rock progresivo, el jazz fusión, la psicodelia, la electrónica y ritmos latinos.

OCESA/Lulú Urdapilleta

Luego de 10 largos años la banda oriunda de El Paso, Texas, regresó a los escenarios justo cuando hablamos de la nostalgia que ha traído el nuevo año y la nueva época post pandemia, con el regreso de bandotas que ya suponíamos casi casi extintas, es el caso de The Mars Volta y su inesperado disco homónimo, el proverbial séptimo álbum, mismo que mantiene ese sonido crudo e industrial, que viaja entre el rock progresivo, el jazz fusión, la psicodelia, la electrónica y porque no, ritmos latinos.

Previo a la salida de la banda anfitriona se presentó Teresa Suárez Cosío o mejor conocida como Teri Gender Bender y su peculiar estilo, la fundadora de Le Butcherettes entregó su proyecto, apropiado para la noche que se avecinaba y telonera habitual de The Mars Volta cuando visitan la capital del país, momento que con el estrafalario estilo que domina fue apartando piezas de su ropa para lanzarlas al público hasta quedar descansa, energético momento.

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Desde su aparición en 2002 The Mars Volta ha plasmado un estilo propio y peculiar, pero es verdad que Cedric Bixler-Zavala y Omar Rodríguez-López crearon una propuesta única que los ha colocado en el breviario musical mundial, lo cual demostraron en su regreso a México en el festival Hipnosis, el año pasado, en el Parque Bicentenario, y gracias a los dioses del rock, regresaron a la CDMX pero en solitario.

Entre la banda telonera y la principal la gente tomo un respiro y rellenó los vasos de cualesquiera fueran sus bebidas, se podía sentir el rock en el ambiente, mucho color negro, mucha mezclilla y mucho cuero teñido, o desteñido, como se esperaba en cualquier concierto de rock, pero en especial de los estadounidenses ya sea en solitario, con At the Drive-in (otra de sus agrupaciones musicales), o en tónica festivalera.

Omar Rodríguez-López hipnotizó a los fanáticos con su talento en la guitarra

Omar Rodríguez-López hipnotizó a los fanáticos con su talento en la guitarra

OCESA/Lulú Urdapilleta

En pocos minutos se llenó el Pepsi Center y solo se percibían reducidos huecos por donde pasar y encontrar un lugar adecuado al ras del piso y en los palcos los lugares totalmente ocupados. Cabe resaltar que en esta ocasión se congregó un público generalmente treintañero y uno que otro menor, eso sí ataviado con motivos muy rockeros. Y personalmente algunas caras conocidas de tiempos añorados, la nostalgia en su máxima expresión.

Desde luego la silbatina no se hizo esperar, y más con el leve retraso de por lo menos quince minutos en que los gritos, ovaciones y hasta mentadas de madre sonaron, sobre todo por la desesperación, lo que funcionó pues The Mars Volta salió al escenario envueltos en una tenue luz púrpura, donde los leves riff de guitarra guiaban a Cedric a interpretar “Vicarious atonement” del disco Amputechture del 2006, para seguir con “Roulette dares (the haunt of)”, qué sumergió en un éxtasis casi inmediato a todo presente.

“Vicarious atonement” fue el encargado en dar inicio al concierto

“Vicarious atonement” fue el encargado en dar inicio al concierto

OCESA/Lulú Urdapilleta

Sin parar en su totalidad continuaron con “L'Via L'Viaquez”, pieza cantada por todos o casi todos en el recinto, salvo algunos como Nora de 28 años que era su primera vez con The Mars Volta pero que con solo tres canciones hasta el momento estaba impactada y ratificó lo que le decía Lourdes su amiga y verdadera fanática de la agrupación, quien aseguró ser su sexta vez en presenciar el talento de Bixler-Zavala y Rodríguez-López, momento donde resaltó sobremanera el sabor latino que tiene inherente la banda.

Posteriormente continuación con uno de los temas más recientes “Graveyard love”, prosiguieron con “Cygnus....Vismund Cygnus” y como acostumbran sin descanso alguno siguieron con “Shore story“” luego de un largo y ambiental entretiempo, para luego aumentar los decibeles con “Cicatriz ESP”, que incitó y revolucionó a todos los presentes.

“Televators” continuó la noche e inundó el Pepsi Center con una melancolía inevitable

“Televators” continuó la noche e inundó el Pepsi Center con una melancolía inevitable

OCESA/Lulú Urdapilleta

Televators” continuó la noche e inundaron con la melancolía inevitable que cargo toda la noche, tema que se convinó con “Drunkship of lanterns”, espacio sobre todo ovacionado por toda la fanaticada y culminado con uno de los temas favoritos “The widow”, en calidad de presente no podría decir cuál fue la canción más cantada o coreada pero esta última cobró un sentido especial, sin duda alguna una de las favoritas.

Gracias por venir al concierto, todo mi corazón”, dijo Bixler- Zavala, verdaderamente agradecido ante un Pepsi Center abarrotado, totalmente entregado y enardecido, a quien correspondió The Mars Volta con quizás la mejor o más famosa secuencia de piezas musicales de su repertorio “Son et Lumier” e “Inertiatic ESP” de su álbum debut, De-Loused in the Comatorium del 2003.

The Mars Volta presentó un show con un sistema de luces impresionante

The Mars Volta presentó un show con un sistema de luces impresionante

OCESA/Lulú Urdapilleta

Como fan me falto, lo sentí muy cortito. Eficaz pero corto. Mi única queja es que comparándolo con los otros conciertos la que más me quedo a deber es la baterista y el bajista, pero en cuanto a canciones siempre me quedaré con ‘Roulette Dares’ y ‘Cygnus', mis favoritas”, explicó Iván, melómano y fiel seguidor de The Mars Volta.

Punto aparte y que se va con alfombra roja y caravana fue el espectacular juego de luces que durante la noche se adecuaron al ritmo, a el momento y a la sensibilidad de cada pieza. 50 puntos para Gryffindor.