Zahara convierte la polémica en arte
ENTREVISTA. Este 25 de octubre, Zahara se presentaría en el Lunario del Auditorio Nacional con la gira ‘Una lloradita y a bailar’ sin embargo, a través de redes sociales, la artista compartió la noticia sobre la cancelación de su gira por territorio mexicano
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Portada del disco "Puta" (Zahara).
La imagen de Zahara vestida como virgen, con un muñeco a un lado y la palabra “PUTA” en una cinta sobre su pecho, era protesta a una sociedad que limita los derechos de las mujeres todos los días. El álbum Puta, cuya portada es la antes descrita, fue una forma de catarsis en la cual la cantante española arrojó sus más grandes sentimientos a partir de los abusos sexuales que vivió en su infancia.
Esto se convirtió en una polémica en los medios de comunicación y en la opinión pública, que en vez de respaldar una lucha contra la estructura machista y patriarcal, pedía la censura de La puta gira y por supuesto del material. Pero Zahara es una artista y supo convertir esta situación en arte.
El pasado 27 de septiembre, en el canal de YouTube de Zahara se estrenó el primer capítulo de “Esto no es un documental”, el cual surge como explicación del sencillo no editado “Esto no es una canción política”, que tras el conflicto generado, narra sin censura “la hipocresía de una sociedad que se proclama libre”.
Zahara cuenta a Crónica Escenario que la portada del disco en cuestión “es una denuncia a la presión que vivimos las mujeres, esa presión por ser vírgenes y santas, y cuando no cumplimos con ese canon somos atacadas”. Ante esto agrega que “resulta tremendo hablar de censura en estos tiempos, es un paso hacia atrás”.
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La historia de Puta viene de las emociones más profundas de la cantautora: “Yo llego a sacar este disco para ponerle palabras a las violencias que sufrí en mi infancia, gracias en parte a la terapia, mejor dicho, principalmente a la terapia. Una vez que empiezo a visualizar de dónde vienen mis traumas, por qué me pasa lo que me pasa, por qué soy quién soy, tengo la necesidad vital de escribir sobre ello”.
Además, el contexto de esta nueva forma de expresar sus vivencias más difíciles, fue en medio de la pandemia por el COVID 19, durante este periodo padeció una depresión debido al encierro y explica que dentro del privilegio que vivió “de no enfermar, de no tener nada grave y poder estar trabajando desde casa, fue impactante lo rápido que estaba totalmente destruida”.
Desde esa destrucción ya no tenía miedo a decir nada, pensó que a través de sus canciones podía expresarse y contar algo que no se había atrevido a hacer, “y sentía algo que he dicho muchas veces: la canción es un escudo, a través de la canción me siento capaz de hacer lo que sea”.
Es por esto que el disco se lo dedica a su psicóloga, Paula, quien a través de “ese trabajo que hizo conmigo, me generó herramientas para entender lo me estaba sucediendo, eliminar la culpa desde ahí y poder vivir con mi pasado, sin juzgarlo, ni machamarme más por ello, sino conviviendo con él”.
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Ante todo este panorama, surge inevitablemente la importancia de defender su trabajo y colocar el verdadero significado de la imagen virginal de su disco y redirigir la conversación política y social hacia la lucha por las mujeres a través de su “no documental”.
La controversia también ha surgido en el escenario, Zahara ha sido criticada por la libertad de su cuerpo y sus movimientos, la cantante afirma que “la versión machista con la que la sociedad entiende el desnudo femenino es que busca erotizar al hombre y ese es el grave error”, asegura que “nos han robado nuestro propio desnudo, no somos dueñas de nuestra sexualidad, porque parece que les pertenece”.
De forma contundente, comenta que “en lo que tú te muestras como quieres, enseñas tu cuerpo o te mueves de determinada manera, tiene que ser para seducirles, y es como: ¡Basta! Esto va mucho más allá, tú no eres mi objetivo, y si tú crees que eres mi objetivo, te has equivocado de concierto, cariño”.
En este sentido, de forma entusiasta agrega que con su público siempre ha sentido esa seguridad y esa libertad para hacerlo, “si no, yo no me hubiera atrevido, necesito mi escenario para poder mostrarme y enseñarme sin tapujos ni vergüenzas y sin ningún tipo de pudor… Tener que reivindicar la posesión de la sexualidad y del desnudo es para mí un acto de revolución absoluta”.
Otra faceta importante de la artista es su maternidad, tiene un pequeño de seis años, y hoy en día, debido a los abusos que ha vivido, intenta enseñarle “siempre el respeto de su cuerpo y el cuerpo de los demás, intento educarlo desde el consentimiento… Yo me eduqué de una manera en la que tenía que darle besos a todo el mundo para saludar, y en realidad si lo analizas es algo muy violento”.
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Con humor y ligereza, expresa que ha trabajado tanto con su hijo en el consentimiento que “no quiere darle besos a nadie y cuando digo nadie es a su abuela… Cuando quiere hacerlo, es con pleno conocimiento de que este beso que te está dando, lo quiere dar”. También hace énfasis en lo relevante de sus vivencias, ya que “si no hubiera pasado por esto, yo no sería tan consciente de la importancia de marcar los límites y de que él entienda su cuerpo y el de la otra persona”.
Desde esta visión feminista y desde sus convicciones firmes y sostenidas pese al conflicto, Zahara actualmente trabaja en su gira Una lloradita y a bailar, la cual lleva ese nombre porque es un concierto donde reunirá dos formatos totalmente distintos.
“El primero es un formato acustiquísimo, porque voy yo sola con la guitarra, es un momento muy íntimo de canciones de mis primeros discos, de conversación y plática con mis seguidores”.
Asegura que esto “chocará radicalmente con la parte de ¡A bailar!” que es el formato en el que nació “Esto no es una canción política”, y será tocada durante su presentación, incluirá a sus bailarinas, equipo de músicos y equipo técnico para “hacer un show visual y musicalmente súper potente”.
“La idea es que quien venga viva esas dos Zaharas que soy, la Zahara acústica y pequeña, con la Zahara diva y superstar del techno, y se vayan bailando y con la vivencia de algo parecido a una montaña rusa”, concluyó.
Una lloradita y a bailar se presentaría el 25 de octubre en la Ciudad de México, en el Lunario del Auditorio Nacional; el 28 de octubre en Monterrey, en el Auditorio Pabellón M; y el 29 de octubre en Guadalajara, en el Teatro Diana. Los boletos están disponibles en Ticketmaster.
El pasado 15 de octubre, a través de sus espacios oficiales en redes sociales, la artista española anunció la cancelación de su gira por México.
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