Lo bonito de Santa María del Oro es bajar, desde el pueblo hasta la laguna. Una laguna que ha formado un cráter y, dicen los que saben, que fue un cráter que hizo un meteorito. También dicen, (y lo creo más) que se trata de un cráter volcánico de la Sierra Madre Occidental. Lo cierto es que hay que bajar pues la laguna que se sitúa debajo del pueblo.Este se ha convertido en destino turístico ideal para quienes desean practicar turismo ecológico y de aventura. Realizar deportes acuáticos o, simplemente dejarse llevar por la calma que rodea a su vegetación y a sus aguas tornasoladas. Puedes caminar por la orilla, o acceder a uno de los paseos en lancha que ofrecen en el lugar.Una vez allí quedan a la mano varios lugares y puestos que, además de ofrecer relajarse frente a la hermosa vista, cuentan con una gran oferta gastronómica que difiere, en varios sentidos, a la que ofertan las playas del estado de Nayarit, al que Santa María del Oro pertenece.Entre otras cosas está el Chicharrón de Pescado, un plato tradicional de la zona, aunque sus raíces provengan del Perú. Aunque a primera impresión puede no parecer atractivo —la primera vez que lo escuché me imaginé un filete achicharrado y de sabor salado— en realidad es un platillo clásico, de pocos ingredientes y de muchas posibilidades.Yo lo comí en un taco y es crujiente, aunque de sabor tenue por su empanizado. Se sirve con una salsa mexicana y los más bravos le ponen salsa huichola. Lo acompañan un refresco bien frío o una cerveza aún más helada.No es tan simple como el pescado empanizado, como todo, tiene su chiste y las señoras que lo preparan aquí, tienen el sazón que dan los años, haciendo que los ingredientes: filetes del pescado, ya sea mojarra, tilapia, cazón, o lo que gusten; harina, sal y pimienta cañeado en aceite, tomen una consistencia menos parecida al empanizado, haciéndolo más oscuro y elástico.Su sabor varía de puesto en puesto y hay lugares en que lo han preparado desde hace muchos años. La receta y sus variaciones van de generación en generación. Lo cierto es que es un buen plato, ya sea de botana o de plato fuerte, y aquí varían las guarniciones que le acompañen. Es un plato fresco, completo y digno de la belleza que aguarda en el paisaje que se encuentra justo en frente.mac
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