
Como parte de la recuperación de espacios abandonados para convertirlos en zonas destinadas al intercambio cultural, este jueves, Clara Brugada, alcaldesa de la alcaldía Iztapalapa inauguró el "Barco Utopía", el acuario interactivo más grande de América Latina. Ubicado en la unidad habitacional Vicente Guerrero, dicho espacio gratuito permite que los asistentes conozcan las especies de animales marinos que habitan en las profundidades del océano, así como las consecuencias del acelerado cambio climático; todas las actividades educativas son desarrolladas con tecnología 3D, inteligencia artificial e iluminación LED.
El concepto de "utopía" en Iztapalapa, se refiere a que en la demarcación tengan lugar eventos beneficiosos que serían imposibles que ocurrieran en ese espacio; es decir, poder palpar el agua de los mares sería inviable para habitantes que residen en la Ciudad de México, por lo que después de la construcción del barco, los espectadores pueden vivir una experiencia similar a la del buceo, snorkel, limpieza del océanos de residuos tóxicos, convivencia con mantarrayas, tiburones y especies marinas que viven a más de seis mil metros de profundidad.
El Barco Utopía es la construcción más importante para la rehabilitación de sitios en las avenidas Ermita, Periférico Oriente y Eje seis sur, que anteriormente estaban invadidos por la delincuencia. Clara Brugada, alcaldesa de ese territorio expresó que es necesario detener el abuso sexual en menores, pues en la mayoría de éstos delitos, los agresores son familiares o amistades de las víctimas, por lo que según la mandataria, la primera sala de ésta temática en la Ciudad de México ayudará a poner fin al acoso y al hostigamiento, así como a los obsoletos roles de género.
"En los lugares que creemos más seguros, como en casa es donde ocurre la violencia sexual, vamos a cuidar a nuestro mayor tesoro, que son las niñas y los niños para que vivan una vida libre de violencia. También vamos a lograr que las nuevas generaciones se sumergan en una educación sin roles de género predeterminados, los altos números de agresiones sexuales deben de quedar sepultados con nuestra exposición", declaró.
"En Iztapalapa se hacen realidad las utopías, son la oportunidad para reducir la desigualdad. El barco pretende sensibilizar el tema del cambio climático, los niños podrán jugar y sumergirse con más de 60 especies como rayas, ballenas, tortugas, anémonas, peces, medusas, calamares, focas, pingüinos en su hábitat natural pero desde la tecnología digital, por eso hemos construido este espacio inmersivo", planteó.
Por su parte, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México subrayó que es importante detener la sobreexplotación de la naturaleza y crear conciencia en el deterioro ambiental, por lo que el Barco Utopía acerca a los habitantes lejanos a las costas a desarrollar acciones en beneficio del océano.
La intervención del Gobierno de Veracruz en la construcción del buque fue una parte fundamental para estructurar las exposiciones que se exhiben en el acuario, pues ese Estado es el que ha invertido la mayor cantidad de presupuesto en proyectos para la conservación de especies marinas y que éstas no convivan con residuos nocivos que pongan en peligro su reproducción y hábitats.
La embarcación de Iztapalapa es el espacio marítimo artificial con las dimensiones más grandes en el continente, abarcando 4 mil 300 metros cuadrados; además con la finalidad de terminar con la costumbre de encerrar a los animales en cautiverio para su exhibición y que éstos sufran daños físicos y problemas en su reproducción sexual, el Barco Utopía es la única demostración acuífera que posee tecnología que permite a los asistentes observar imágenes de ballenas, medusas, anémonas, tortugas en tercera dimensión, generando escenografías con una realidad mayúscula, estimulando en el público la sensación de estar sumergido en las profundidades del océano.
El acuario utópico no está limitado a comunicar información de especies marinas, pues el espacio recreativo incluyó una sala especial para combatir la discriminación y abuso sexual en menores, con el objetivo de que en esa alcaldía se erradiquen los crímenes por violencia de género y abuso de infantes.
Cuando los visitantes "zarpan" el barco, se encuentran con una réplica idéntica de una embarcación real, ya que el ingreso hacia éste es por medio de una cubierta metálica, similar a la de los botes de carga. En las paredes que conducen a las entradas de las exposiciones, se observan cuadros y esculturas de barcos, así como salvavidas que ambientan correctamente el escenario marítimo.
La primera sala está dedicada a los cuidados y prevenciones que los menores deben de tener para prevenir el abuso sexual. En este sitio se presenta la historia de una niña que habita en Iztapalapa, que sin darse cuenta, está propensa a adultos que desean tocar su cuerpo y propasar su intimidad.
En las paredes del salón, se desarrolla la historia de la menor, la cual comienza narrando cómo un señor la engaña para que ella acceda a que la toque, después, la manera en que se lo comunica a su madre y por último las estrategias para que ningún infante esté expuesto a acosadores y depravados sexuales.
La ventaja de ésta presentación es que la información no está escrita en textos largos como en los museos convencionales, pues todas las advertencias y asesorías se encuentran plasmadas en dibujos atractivos. También, se colocaron acrílicos que simulan el cuerpo humano, con bloques de colores que interpretan las partes del físico que está bien que otros sujetos toquen y cuáles están prohibidas.
A su vez, la presentación dedicó un espacio para concientizar y normalizar la cultura de inclusión y no segmentación de roles de género; para ello, se instalaron maniquíes en los que su cabeza, tronco y piernas se pueden desprender y combinar, con el objetivo de que la población entienda que los colores, prendas, zapatos, actividades físicas, labores domésticas, sobrenombres y artículos como "ella y él" no son exclusivos de un género.
Al ingresar al acuario virtual del barco, los participantes observan una habitación vacía, donde proyectores, pantallas LED, inteligencia artificial y sensores táctiles construyen un arrecife en el punto más profundo del Océano Pacífico o del Golfo de México.
En dicho sitio, las paredes y el sitio proyectan imágenes de animales y vegetación que se asemejan casi al cien por ciento a un banco de peces. La actividad más significativa que los niños y adultos pueden llevar a cabo es limpiar el océano de latas, plásticos y aceites, para ello, los implicados deben de tocar los muros, palpando lo más rápido posible para que la sensibilidad de las paredes haga creer al usuario que la basura desapareció.
Cuando las personas se conducen por la sala, en los grandes muros se pueden apreciar especies marítimas que nadan muy cerca del espectador, las tortugas, medusas y ballenas se acercan a los pies del público cuando pisan el suelo interactivo, también, los animales se alejan cuando perciben movimientos rápidos.
Las representaciones del escenario son tan apegadas a la realidad que los comentarios de los presentes son "Estoy nadando con tiburones", "Lo único que falta es el traje de baño porque sientes como si las ballenas te pasaran a los lados".
En la última exposición, el público se dirige a una sala de tamaño colosal que proyecta imágenes nítidas de la Antártida. La novedad de esa zona es que cuando las personas se colocan en el piso, éste simula hielo que se quiebra, provocando miedo en los presentes, la claridad y lucidez de las pantallas LED crean la sensación de estar caminando encima de un iceberg.
La siguiente percepción que los asistentes vivirán será el ataque de un tiburón blanco, cuando se les indica que se acerquen a las paredes, en éstas se observa un tiburón colosal que está a punto de romper el vidrio, en ese momento, todas las personas huyen para escapar, olvidando que esa proyección no es real. La tecnología en audio e iluminación transportan a la audiencia a una embestida real de un depredador.
Para finalizar, en el techo y los muros se exhibe un audiovisual en tercera dimensión del nacimiento de pingüinos y cómo éstas especies conviven en un ambiente inhóspito, donde las auroras boreales iluminan los fríos trozos de hielo; en ese momento, el público se conmueve al mirar las finas imágenes.
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