Metrópoli

Su madre no le dejó ni nombre antes de irse; hoy es El Zorrito y quiere un título mundial

 Los gimnasios improvisados en parques y calles de la CDMX están retomando una tradición deportiva-social que hace mucha falta, y mucha, para los tiempos difíciles que aún están por delante

Christopher un joven de 17 años, su pasión el box.

Christopher un joven de 17 años, su pasión el box.

Christopher tiene 17 años o al menos eso cree, y es que su vida ha sido triste e incierta. Nació en el municipio mexiquense de Tlalnepantla, específicamente en el baño de su casa en San Pablo Xalpa y, por causas que él desconoce, fue abandonado allí por su madre. Fue rescatado por su abuelito, un anciano ciego que, a pesar de ello, se ha hecho cargo de él y de su hermano.

Christopher se ha refugiado en chambitas para ayudar en casa, pero ha encontrado en el boxeo un aliciente para crecer como persona.

Ricardo El Zorro es su profesor de boxeo y asegura que se ha tomado muy enserio este deporte. Este entrenador de pugilistas busca trasmitir valores y disciplinas a sus alumnos. No sólo eso, asegura, sino que trata de "fomentarles un criterio como personas de bien".

Ricardo el profesor de box y su alumno Christopher.

Ricardo el profesor de box y su alumno Christopher.

El Zorro tiene un gimnasio improvisado en la calle Juan de la Barrera en Tlalnepantla, señala que sobre ese asfalto constantó el talento de Christopher y decidió darle todo el apoyo. Cuando las cosas comenzaron a avanzar y el muchacho estuvo en posibilidades de tantear una carrera, primero amateur, surgió un obstáculo, pues este alumno no cuenta con ningún documento que amparé su nacimiento ni su identidad. En efecto, su madre no dejó ni un nombre para su hijo. Christopher es el nombre asignado en su casa, pero no tiene ningún respaldo para ello.

En su Face, usó un apodo que le dieron en el gimnasio: Hitler. No era una admiración malsana, el apodo surgió porque llegaba al entrenamiento de pantalones y botas con cierta apariencia militar. 

 El Hitler a dejado su lugar como apodo al más apropiado de "El Zorrito": más boxístico, refleja además la tutela del responsable del gimnasio improvisado sobre una calle de tránsito limitado (que aún con eso, debe suspender las prácticas para dejar pasar a los autos que aparecen por allí).

“Yo sé que el llegará a ser un peleador reconocido y le tengo mucha fe", asegura El Zorro, "tiene mucho potencial y dedicación y le ha ganado a muchos alumnos que tienen todo el equipo para ser los mejores, pero Christopher ha demostrado interés, amor, compromiso con este deporte y él sabe lo bueno que puede llegar a ser”.

El entrenador ha buscado apoyo al municipio de Tlalnepantla de Baz Estado de México, pero sólo ha tenido promesas sin cumplir, en las peleas se llega al dialogo explicando la situación por la que atraviesa Chris.

Alumnos del Team Zorro entrenando.

Alumnos del Team Zorro entrenando.

Lizeth Diana Hernández

“Todos los padres de familia de los alumnos hemos tratado de ayudar a cumplir los sueños de Christopher, de conseguir sus papeles y apoyarlo, no solo a él sino a todos los del equipo", menciona Ricardo, "los papás nos ayudan para comprar el material ya que no recibimos apoyo de ningún lado, de ninguna autoridad y esperamos pronto y algún día conseguir patrocinadores”.