Mantener en excelentes condiciones a los perros de compañía (vacunas, limpieza dental, correcta alimentación, etc.) es vital para que tengan óptima calidad de vida con el paso de los años. En el caso específico de los perros de trabajo (perros guía, policías, de terapia, rescatistas, búsqueda, detectores, vigilancia, etc.) el cuidado debe acentuarse aún más, pues a lo largo de su vida laboral, que oscila entre los 5 y 7 años de edad, (prácticamente su juventud), su salud física, fuerza, capacidad y ánimo disminuye inexorablemente.

Ante ello, el Doctor Fausto Reyes Delgado, director de Desarrollo Institucional, Comunicación y Educación del Hospital Veterinario UNAM-Banfield, recomienda que, a manera de prevención, los ejemplares tanto de trabajo como de compañía cuenten con un plan médico acorde a sus necesidades específicas y no esperar a que las enfermedades se manifiesten.

La loable participación de los perros de trabajo (se conoce como binomio canino al equipo formado por un humano y su perro) en momentos críticos y difíciles para la sociedad o como auxiliares en la vida diaria (los perros guía, por ejemplo) merece ser recompensada, por lo que tal vez algunas agrupaciones u organismos los apoyen incondicionalmente. En el caso del Hospital Banfield, reconocemos la labor de los perros de trabajo a través de un Plan de Bienestar Básico totalmente gratuito y vitalicio, una vez que el ejemplar es avalado por la Asociación a la que pertenece, anunció Reyes Delgado.

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El objetivo de los Planes de Bienestar Banfield, es prevenir y dar seguimiento a enfermedades como: la enfermedad periodontal, articular degenerativa, sobrepeso y obesidad, enfermedad renal y enfermedades hormonales, entre otras, que desarrollan los ejemplares. En el caso de los perros de trabajo, son enfermedades que en algunas ocasiones ponen en peligro su vida debido a que se avocan al auxilio de la población.

Esperamos que cuando los perros de trabajo concluyan sus labores de rescate y apoyo, lo hagan con un retiro digno y de calidad. Y sabemos que la manera para lograrlo, es que el médico veterinario los revise periódicamente a lo largo de su vida útil, y aún después de que ésta finalice, reiteró Fausto Reyes.

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