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La CIA descarta que el síndrome de La Habana sean ataques de potencias enemigas

Una investigación interna concluye que la mayoría de casos se pueden catalogar como “causas ambientales, condiciones médicas no diagnosticadas o estrés”

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Un coche clásico circula enfrente de la embajada estadunidense en La Habana durante los años de deshielo.

Un coche clásico circula enfrente de la embajada estadunidense en La Habana durante los años de deshielo.

EFE / Archivo

La CIA clavó este jueves el primer clavo en el ataúd de la teoría conspirativa del llamado “Síndrome de La Habana” tras publicar las conclusiones de una investigación interna que rechazan que la mayoría de casos puedan atribuirse a un ataque coordinado de Rusia u otras potencias extranjeras enemigas de EU.

Desde finales de 2016, cuando diplomáticos estadunidenses en la capital cubana comenzaron a reportar sentirse mal de diversas maneras tras escuchar un ruido muy fuerte y penetrante en sus casas, Washington ha insistido en que sus funcionarios en el extranjero han sido víctimas de ataques orquestados.

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Marcel Sanromà
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Esta teoría, que agrupa un sinfín de sintomatologías, algunas de ellas severas, bajo el paraguas del supuesto síndrome, la han defendido tanto primero el gobierno de Donald Trump como luego el de su sucesor, el actual mandatario, Joe Biden.

Apenas la semana pasada, el canciller Antony Blinken aseguró que EU seguía buscando “llegar al fondo” de la cuestión para averiguar quién estaba detrás de los ataques. Esto, después de documentar nuevos casos en Ginebra, Suiza, y París, Francia.

Incluso el Congreso de EU aprobó de forma unánime en septiembre de 2021 una resolución para otorgar ayudas económicas a los funcionarios diplomáticos aquejados por el supuesto síndrome.

Sin embargo, ahora la CIA se pone de forma contundente de lado de quienes, a menudo desde la comunidad científica, han sido escépticos respecto al síndrome.

NADA DE ATAQUES SÓNICOS

Oficiales de la agencia aseguraron ayer, en declaraciones recogidas por The New York Times, que, aunque aún investigan dos docenas de casos sin explicación, la inmensa mayoría de los mil casos reportados hasta la fecha pueden atribuirse no a ningún ataque sino a “causas ambientales, condiciones médicas no diagnosticadas o estrés”.

Aunque diversos escépticos han apuntado que la teoría más plausible de esta plaga de casos era lo que se conoce médicamente como enfermedad psicogénica masiva, o lo que popularmente se ha conocido como histeria colectiva, desde fuentes del gobierno se ha especulado a menudo con una supuesta arma sónica.

Sin embargo, esta teoría ha sido rechazada por expertos en la materia. Estos han asegurado que si bien los ultrasonidos son capaces de destruir tejido molecular, debería tratarse de armas enormes y colocadas casi pegadas al objetivo para no verse bloqueadas por paredes y para poder causar daño, lo que hace inviable el ataque.

Si bien la mayoría de ataques se pueden atribuir a la psicogénesis colectiva, quedaría por resolver la fuente original del malestar de los diplomáticos en Cuba.

Pero a este respecto, ya en enero de 2019, biólogos expertos en insectos tropicales apuntaron a que la explicación más plausible sería que el ruido percibido era el canto de apareamiento de una raza de grillos particularmente ruidosa, los grillos de las Indias de patas cortas.

PIDEN SEGUIR INVESTIGANDO

Pese a que todas las piezas encajan, y que ahora lo avala también la CIA, un grupo de presuntas víctimas del supuesto síndrome publicó un comunicado en el que aseguró que las conclusiones de la agencia de inteligencia “no pueden y no deben ser la última palabra sobre el asunto”.

“Aunque el reporte interno de la CIA puede dejar la puerta abierta a algunas otras explicaciones para algunos casos, para muchos servidores públicos dedicados, sus familias y sus compañeros, tiene un áurea de finalización y repudio”, lamentaron.

Una de las presuntas víctimas que de forma más explícita y emfática ha mostrado su rechazo al especticismo de muchos sobre ataques de los que no hay pruebas con armas que probablemente no existen, Marc Polymeoropopulos, antiguo agente de la CIA, pidió seguir investigando.

Polymeropoulos agregó que “la CIA no debería regresar a una cultura donde las víctimas son denigradas o ignoradas”, según The New York Tines. “Nos tomó diez años encontrar a Osama bin Laden – Simplemente pediría paciencia y una investigación continua de la comunidad de Inteligencia y el departamento de Defensa”, remachó.

Sin embargo, otra víctima, que pidió el anonimato al Times, lamentó que el gobierno se equivocó gravemente al insistir a trabajadores en el extranjero que reportaran cualquier enfermedad o síntomas sin explicación, lo que, dijo, dificultó a la agencia enfocarse a los “casos reales”. Esta insistencia del departamento de Estado, claro, también habría contribuido a empeorar esta psicogénesis colectiva.