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Lacalle y Boric se rebelan contra el silencio servil de Lula a la represión de Maduro

“No podemos meter debajo de la alfombra lo que sucede con los derechos humanos en Venezuela aunque seamos de izquierda”: el presidente chileno

cumbre sudamericana

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou observa con gesto serio a Maduro, que platica con el primer ministro peruano, Alberto Otarola

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EFE

El servilismo mostrado por el presidente de Brasil, Lula da Silva, a su homólogo venezolano Nicolás Maduro, al que extendió una alfombra roja como espaldarazo al regreso de su régimen a un evento regional —en este caso la Cumbre de Brasilia de países sudamericanos—, fue aplaudido por la mayoría de participantes, pero al menos dos se atrevieron a levantar la voz para recordar que existen decenas de presos políticos en cárceles venezolanas, donde la ONU ha constatado múltiples denuncias de tortura.

El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou (conservador), alertó a los mandatarios sudamericanos que no se debe "tapar el sol con un dedo" la situación de los derechos humanos en Venezuela, en el marco de la cumbre regional que se celebra en Brasilia este martes.

“Me quedé sorprendido”

Lacalle Pou aludió a la reunión bilateral que el lunes tuvo Lula con Maduro (el primer mandatario en llegar a Brasilia), en la cual el presidente brasileño calificó de "narrativas" las críticas sobre la falta de garantías democráticas o violaciones de los derechos humanos en Venezuela.

"Esta reunión (la cumbre sudamericana) estuvo antecedida, no sé si de forma planificada o no, por una reunión bilateral entre Brasil y Venezuela. Yo me quedé sorprendido cuando se habló de lo que sucede en Venezuela es una narrativa", dijo Lacalle frente a los otros mandatarios.

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Según el gobernante uruguayo, "si hay tantos grupos en el mundo tratando de negociar para que la democracia sea plena en Venezuela" y "que se respeten los derechos humanos, para que no haya presos políticos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo".

Lacalle Pou explicó que Uruguay mantiene relaciones diplomáticas con Venezuela y tiene un embajador en Caracas, pero aseguró que la "afinidad" de los uruguayos "es con el pueblo venezolano".

Subrayó que no está en su manos "elegir a un Gobierno", pero que sí tiene "la posibilidad de opinar", tras lo que puso en tela de juicio uno de los puntos de una declaración conjunta que se negocia en la cumbre de Brasilia.

La declaración, según Lacalle Pou, "habla de democracia, habla de derechos humanos y habla de festejar las instituciones", pero desde su punto de vista no termina de reflejar la situación venezolana.

"Obviamente, no tenemos la misma definición, que creo que es una en la Real Academia Española, de lo que son el respeto a las instituciones, a los derechos humanos y a la democracia", afirmó el presidente uruguayo en el video.

El lamento de Boric

En términos parecidos se pronunció el presidente de Chile, Gabriel Boric, sólo que con el agravante de que, a diferencia de Lacalle Pou, el mandatario chileno sí es de izquierdas y en más de una ocasión ha lamentado que sus colegas ideológicos callen cuando los abusos los cometen dirigentes de izquierdas (como cuando afeó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador ante el Senado mexicano, su pasividad ante las graves violaciones a los derechos humanos cometidos por el dictador Daniel Ortega contra sus opositores en Nicaragua).

En un receso en la cumbre de Brasilia, Boric declaró: "Manifesté respetuosamente que tenía una discrepancia con lo que señaló el presidente Lula ayer (cuando recibió el lunes a Lula). No es un construcción narrativa, es una realidad seria", indicó sobre la represión en Venezuela.

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"He tenido la oportunidad de ver (esa realidad) en los ojos y en el dolor de cientos de miles de venezolanos que hoy en día están en nuestra patria y que exigen también una posición firme y clara", añadió.

La cumbre de este martes, organizada por Lula y a la que acuden otros once líderes regionales, supone el primer cara a cara entre Boric y Maduro.

"Nos alegra que Venezuela retorne a las instancias multilaterales porque creemos que en estos espacios es donde se resuelven los problemas y no con declaraciones donde sólo nos atacamos los unos a los otros", señaló Boric.

Sin embargo, agregó: "Eso no puede significar meter debajo de la alfombra o hacer la vista gorda sobre temas que para nosotros son de principios importantes", como la defensa de los derechos humanos.

A diferencia de otros líderes progresistas de la región, Boric ha sido muy crítico con Maduro, pero siempre ha cuestionado las sanciones económicas contra el país suramericano y este martes instó a Estados Unidos y la Unión Europea a retirarlas para que "el pueblo venezolano pueda salir adelante".

A la cita convocada por el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, asistieron los mandatarios de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; y Colombia, Gustavo Petro; los tres dirigentes izquierdistas que se sumaron este martes a los halagos de Lula a Maduro, a quien recibió el lunes en la capital brasileña (fue el primer mandatario en llegar) con todos los honores.

El argentino Fernández fue particularmente efusivo con Maduro, con el que se reunió en privado para fortalecer las relaciones entre ambos países y para animarle a que reintegre a Venezuela en todos los organismos internacionales, como la OEA.

Condena desde Argentina

El alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, precandidato presidencial por la coalición opositora de Juntos por el Cambio, afirmó sentir vergüenza por la reunión de Fernández y Maduro, al tiempo que subrayó su compromiso por la democracia y su "solidaridad" con "todas las víctimas" de las dictaduras en América Latina.

"El encuentro entre Alberto Fernández y el dictador Nicolás Maduro me avergüenza ante los miles y miles de venezolanos que eligieron vivir en nuestro país como refugio frente a la dictadura venezolana", aseveró Rodríguez Larreta en su cuenta oficial de Twitter.

Lula se defiende

Tras el revuelo montado, con críticas muy duras también por parte de legisladores opositores brasileños, el presidente Lula hizo una débil defensa de su postura en la rueda de prensa final de la cumbre, en la que alegó que "no es posible que no haya un mínimo de democracia en Venezuela", ya que el chavismo “ha convocado casi treinta elecciones en los últimos veinte años y, aunque ha ganado casi todas, otras las ha perdido”.

Aún así, aseguró que Brasil hará "lo que pueda para contribuir con el fortalecimiento de la democracia en Venezuela".