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Récord de consumo y muertes por drogas por auge imparable del fentanilo: ONU

Medio millón de personas murieron en 2021 por consumo de drogas, siendo los opioides los más adictivos y letales

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Captura de video de drogadictos en Filadelfia bajo los efectos del fentanilo

Captura de video de drogadictos en Filadelfia bajo los efectos del fentanilo

Kim Gary

El Informe Mundial de la ONU 2023 sobre Drogas, difundido este domingo en Viena, arroja cifras aterradoras por el récord de consumo y muertes, debido principalmente a la explosión de las drogas sintéticas, como el fentanilo, mucho más adictivas, letales y fáciles de traficar, ya que no requiere grandes terrenos de cultivo en determinados países, sino que se sintetizan en laboratorios con precursores fáciles de conseguir.

Alrededor de 500,000 personas murieron en 2019 debido al consumo de drogas, un 17.5% más que en 2009, señala el informe, que no recoge los datos de fallecimientos globales de los años del confinamiento de la pandemia por covid-19, y en que en los datos por países alertan que la crisis se agravó exponencialmente en los últimos tres años, debido a la explosión de las drogas sintéticas, encabezado por el vertiginoso crecimiento del fentanilo.

El informe destaca que los consumidores de estupefacientes aumentaron un 23% en la última década, hasta los 296 millones, lo que supone el 5.8% de la población global de entre 15 y 64 años. El cannabis sigue siendo la droga más popular, con alrededor de 219 millones de consumidores; los opioides se sitúan en segundo lugar con unos 60 millones, seguidos por las anfetaminas con 36 millones, 22 millones consumieron cocaína y unos 20 millones tomaron estimulantes del tipo "éxtasis".

Récord histórico de cocaína

La producción de cocaína alcanzó un récord histórico en 2021 y la demanda también está en su punto más alto, lo que hace temer que esta droga se expande fuera de sus mercados tradicionales de América del Norte y Europa.

Sin embargo, el peso de la letalidad es abrumadoramente mayor entre los opiáceos naturales (heroína) o sintéticos (fentanilo) que entre los consumidores de mariguana o hachís. La mitad de los fallecidos son heroinómanos por contagio en la sangre del virus de la hepatitis C y otro cuarto por sobredosis de fentanilo. Sólo en Estados Unidos, epicentro mundial de la crisis de fentanilo, de las cien mil muertes relacionadas con la droga, 70 mil fueron por consumo de esta nueva droga.

Fabricación barata y sin limitaciones geográficas

La ONU explicó drogas sintéticas —como el fentanilo (un opioide sintético), las metanfetaminas o el éxtasis— están experimentando un “auge inédito” debido a que su fabricación es barata, rápida y no está vinculada a ningún cultivo ni a limitaciones geográficas, lo que dificulta la labor de las fuerzas de seguridad.

"Las drogas sintéticas se pueden producir en cualquier sitio y en cualquier momento", resumió a la prensa Angela Me, la investigadora que coordinó el informe, sobre las ventajas de estas sustancias para los grupos criminales.

Los narcos están utilizando técnicas innovadoras de síntesis, estableciendo nuevos laboratorios y utilizando precursores no controlados para eludir a las fuerzas de seguridad, denunció el documento de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

Después de años de estabilidad relativa, en 2021 se registró un aumento del 40% en las incautaciones de nuevas sustancias psicoactivas de origen sintético, hasta las 19 toneladas.

La relativa facilidad para obtener precursores químicos y la disponibilidad de información en internet están "democratizando" su fabricación, según la ONU, y representa un nuevo desafío para las autoridades.

Además, la evolución en los canales de venta, con un auge de las transacciones al por mayor en la "web profunda" (Darknet) y la aparición de plataformas de redes sociales como nuevos puntos de venta, complican aún más la situación.

Por eso, la ONU demanda un mayor control sobre los precursores químicos, incluida una mayor supervisión de las grandes industrias, así como esfuerzos para frenar la corrupción, como pasos fundamentales para reducir la producción de drogas sintéticas.

Fentanilo oculto en otras drogas

Otro factor de creciente preocupación es la ocultación por parte de los narcotraficantes de fentanilo en otros estupefacientes.

Estas nuevas mezclas suponen un peligro porque los consumidores pueden desconocer su composición, lo que puede tener serias implicaciones para la salud y dispara el riesgo de sobredosis, como ha sucedido en EU, donde se han encontrado rastros de fentanilo en otras drogas de consumo intravenoso, lo que aumenta su potencia y toxicidad.

Por diversión o automedicación

Otro factor importante detrás del aumento del consumo son los "problemas de salud mental", especialmente tras las situaciones de ansiedad causadas por la pandemia, según relató Angela Me.

Pese al aumento de los casos más graves de trastorno por drogas en todo el mundo, solo uno de cada cinco personas en esa situación recibe algún tipo de tratamiento.

"El número de personas que padecen trastornos por consumo de drogas se ha disparado hasta los 39.5 millones, lo que supone un aumento del 45% en 10 años", destaca el informe.

La ONU recuerda que existe una relación entre enfermedad mental y consumo de drogas y que muchas personas recurren a sustancias en el mercado ilegal para automedicarse.

"Mucha gente que consume drogas lo hace como automedicación, no es sólo para colocarse", explicó Chloe Carpentier, una investigadora de la ONU, para romper con la idea de que el uso de estupefacientes es sólo para fines recreativos.

Por ello, el informe pide a los Estados que prioricen la salud pública, la prevención y el acceso a los servicios de tratamiento para responder a la situación.

Los pobres, sin tratamiento

Las desigualdades económicas y de género contribuyen también a aumentar el efecto dañino de las drogas, con los países pobres, las mujeres y los jóvenes como los principales perdedores respecto al acceso a los tratamientos contra la adicción.

"Las desigualdades sociales y económicas siguen impulsando y siendo impulsadas por el fenómeno de las drogas, amenazando la salud pública y los derechos humanos", concluye el informe.

Cuanto mayor es el nivel socioeconómico más alta es la propensión a comenzar a usar drogas, según el documento, pero son los grupos socioeconómicos más bajos "los que pagan el precio más alto, ya que tienen más probabilidades de sufrir trastornos" y carecer de tratamiento.