Mundo

Volodímir Zelenski: Héroe del año 2022

El presidente ucraniano supo transformarse de cómico televisivo a político mediocre, y de político al gran líder unificador de una nación agredida que lucha por su supervivencia existencial

mundo

Volodímir Zelenski, durante su intervención ante el Congreso de Estados Unidos, el 22 de diciembre.

Volodímir Zelenski, durante su intervención ante el Congreso de Estados Unidos, el 22 de diciembre.

EFE / EPA / Michael Reynolds

El mundo conoció a Volodímir Zelenski a finales de 2019. Llevaba más o menos medio año en la presidencia ucraniana y se vio envuelto, indirectamente, en la escandalosa llamada en que el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, le pedía “un favor”: Que le ayudara a investigar los presuntos negocios corruptos de Hunter Biden, hijo del actual presidente, Joe Biden, en la firma gasística Burisma. La llamada le costó a Trump su primer impeachment, pero a Zelenski lo agarró de pasada. Seguramente, porque su respuesta al chantaje del republicano -que le pedía un favor mientras amenazaba con congelar una partida de ayuda militar- fue evasiva.

Pero los ucranianos y ucranianas lo conocían desde mucho antes. Zelenski estudió Economía en Kiev y luego se forjó una carrera como actor y comediante. Su estrellato llegó a partir de 2015, cuando comenzó a protagonizar la serie “Servidor del pueblo”, en que interpretaba al presidente ucraniano en una producción de la empresa Kvartal 95, que era suya. Zelenski, nacido en una familia judía, represaliada por los nazis en el Holocausto, le agarró el gustillo a eso de hacer de presidente y quiso pasar de la televisión al Palacio de Markiinski real, la residencia del presidente de la República.

Su discurso anti élites y anti corrupción funcionó: Ganó las elecciones en segunda vuelta con el 73 por ciento de los votos contra Petró Poroshenko y luego su partido arrasó en las elecciones legislativas. Sin embargo, sus promesas, como suele pasar con cualquier líder populista, desde Zelenski hasta Trump, pasando por Andrés Manuel López Obrador o Gustavo Petro, resultaron difíciles de materializar. Aunque había hecho algunos progresos, las acusaciones de corrupción y por supuesta represión contra la minoría rusófona del este de Ucrania comenzaron a arreciar.

El secretario general de la ONU, António Guterres, junto al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, este jueves 28 de abril de 2022 en Kiev.

El secretario general de la ONU, António Guterres, junto al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, este jueves 28 de abril de 2022 en Kiev.

EFE / EPA / Serguéi Dolzhenko

DE LA CALMA A LA ACCIÓN

Sin embargo, en febrero de 2022 todo cambió. Para siempre. Para él y para su país. Mientras el gobierno de Estados Unidos, la CNN y los analistas militares advertían que el dictador ruso, Vladímir Putin, estaba acumulando fuerzas en la frontera con Ucrania con la firma intención de invadir el país inminentemente, Zelenski trató de transmitir calma. Visto con perspectiva, pudo ser una irresponsabilidad, pues quizás millones de ucranianos pudieron usar ese valioso tiempo para prepararse para la guerra que estaba por llegar, pero la realidad es que, en ese momento, cuando no había evidencias de las intenciones de Putin, su respuesta fue la más sensata.

Y de la sensatez, Zelenski pasó a la acción. De la política, Zelenski pasó a la interpretación; la de un papel en el que el político relativamente intrascendente pasó a ser un líder capaz de liderar a todo un país en su espíritu de resistencia ante el agresor. Ante un agresor mucho más fuerte, mucho más grande, con muchos más recursos y más sed de sangre. Nada encarna mejor lo que Volodímir Zelenski ha sido desde que comenzó la invasión que su respuesta a Estados Unidos, cuando, pocos días después de empezar la guerra, le ofrecieron evacuarlo de Kiev: “No necesito un ride, necesito munición”.

La frase acabó estampada en playeras que se vendían hasta en Amazon, pero, sobre todo, quedó estampada para siempre en la mente y en el imaginario popular de millones de ucranianas y ucranianos que cada día resisten la invasión rusa.

Playeras con el eslógan

Playeras con el eslógan "necesito munición, no un ride", a la venta en Amazon.

Captura propia

UN HOMBRE DE RECURSOS

Desde entonces, Zelenski ha hecho uso de todos sus recursos y de todas sus herramientas para mantener su misión de salvar a Ucrania de la agresión de Putin. El presidente ucraniano se mantuvo firme en su residencia oficial en Kiev mientras las tropas rusas bombardeaban la capital y avanzaban sobre las orillas del río Dniéper tanto desde el norte como desde el sureste. Comenzó a emitir un mensaje grabado cada noche, con el que logra aun hoy llegar a todos los teléfonos celulares y a cada rincón del país para transmitir convicción, determinación y fuerza, y ha sabido usar las redes sociales, especialmente Telegram, para alcanzar no solo a los suyos sino al mundo entero; por ejemplo, tuiteando en inglés, en una cuenta que, en pocos días, pasó de tener 300 mil a más de 3 millones de seguidores.

Sí, Zelenski es tan culpable como Putin de no haber respetado los Acuerdos de Minsk de 2015, que lograron un alto el fuego en la guerra del Donbás, iniciada el año anterior por separatistas prorrusos respaldados por Moscú, y buscaban llegar a un fin negociado del conflicto. Y, sí, desde que comenzó la guerra ha ahondado en las restricciones a los partidos prorrusos y a la cultura rusófona, pese a que él mismo nació en Dnipro, una zona rusófona de Ucrania.

Volodímir Zelenski, durante su intervención ante el Congreso de Estados Unidos, el 22 de diciembre.

Volodímir Zelenski, durante su intervención ante el Congreso de Estados Unidos, el 22 de diciembre.

EFE / EPA / Michael Reynolds

Pero la habilidad interpretativa de Zelenski ha sido el gran intangible que le ha permitido liderar el país y unir bajo su figura no solo a las y los ucranianos sino a casi todo el mundo occidental. Estados Unidos lleva desde febrero enviando decenas y decenas de miles de millones de dólares a ucrania de forma ininterrumpida y Europa ha impuesto a Rusia las mayores sanciones de su historia, y de la forma más consensuada posible. Nada de esto hubiera ocurrido sin Zelenski.

Y el colofón a este ascenso meteórico en medio de la guerra fue su visita a Washington de la semana pasada. Lejos de la imagen cordial pero distante que mostraron él y Biden en 2019, esta vez todo fueron abrazos y palmaditas en la espalda. En vez de traje y corbata, Zelenski lució uno de sus suéteres verde olivo que forman ya parte de su imagen icónica en cada mensaje televisado desde el inicio de la invasión. Y en su discurso ante el Congreso estadounidense, supo tocar la tecla adecuada: “El dinero enviado a Ucrania no es caridad, es una inversión en seguridad global”, aseguró.

Reportaje

Voces de la guerra: “Cada misil que disparan nos une más”

Marcel Sanromà
De izquierda a derecha: Elya, Kateryna, Ksenia, Taras, Tetiana y Yukhim, en imágenes tomadas de sus cuentas de Instagram o cedidas directamente por ellos y ellas.

Cuando entrevisté a un grupo de siete jóvenes ucranianos en marzo pasado, todos me dijeron más o menos lo mismo: Votaron, o no, por él, pero tenían sus dudas. Pero, “en el momento en que la guerra empezó, se convirtió en un gran líder”, me decía entonces Ksenia Dubina. Taras Kovalchuck expresó sus sentimientos en términos más populares: “Creo que tiene unos huevos de acero; es un héroe para toda la nación”.

@MarcelSanroma