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Cecilia Flores: la incesante labor de una madre buscadora en entrevista con Crónica

La causa de esta madre activista es una urdimbre de dolor e incertidumbre, pues desconoce el paradero de sus dos hijos desaparecidos desde los años 2015 y 2019, respectivamente. De esto y más nos habló en entrevista para Crónica

Entrevista a un político
Entrevista Crónica con Cecilia Flores Entrevista Crónica con Cecilia Flores (Entrevista Crónica con Cecilia Flores)

Su cara ya era conocida en varios segmentos del país, pero durante la semana pasada Cecilia Flores fue conocida por casi todo México al presentarse tres veces afuera de Palacio Nacional esperando ser recibida por el presidente Andrés Manuel López Obrador para poder hablar sobre sus hijos desaparecidos. 

El primer día llegó a entregarle la pala de búsqueda de mando. Al ser rechazada, el segundo día llegó vestida de beisbolista, es públicamente conocido que el mandatario tiene enorme afición por dicho deporte y ha destinado millones en su promoción, cuál si fuera una primera necesidad en este país, tampoco fue recibida. En su tercer intento llegó vestida como habitualmente lo hace; el rechazo e indiferencia por parte del máximo mandatario se mantuvo.

Cecilia Flores es la voz de miles de madres buscadoras en México, su rostro se ha convertido en un símbolo de la resistencia y la lucha por los derechos humanos en México. La causa de esta madre activista es una urdimbre de dolor e incertidumbre, pues desconoce el paradero de sus dos hijos desaparecidos desde los años 2015 y 2019, respectivamente.

Alejandro, su primer hijo desaparecido, perdió comunicación el 30 de octubre de 2015, en Juan José Ríos, Sinaloa. Desapareció sin rastro alguno. Luego, el 4 de mayo de 2019, Marco Antonio y su hermano, fueron “levantados” por integrantes del crimen organizado, quien previo a su desaparición recibió mensajes con amenazas, y, desde entonces, se desconoce el paradero del segundo hijo de Cecilia. El 10 de mayo de ese mismo año, su hermano fue regresado “como regalo de día de las madres” a Cecilia.

Este lamentable suceso fue el parteaguas para iniciar uno de los proyectos de búsqueda de personas desaparecidas más importante del país, pues tras las infructuosas acciones por parte del Gobierno nacional y autoridades competentes, no solo de este sexenio, sino de los anteriores también, fundó el Colectivo “Madres Buscadoras en Sonora”.

“Es una necesidad que tenemos de buscar verdad. Porque ni siquiera buscamos justicia, solamente necesitamos que las autoridades hagan su trabajo y encontremos esa palabra que tanto buscamos: dónde están nuestros hijos”, asevera durante nuestra conversación. Es así como Crónica pudo entablar una entrevista con Cecilia para conocer de cerca la situación que vive tanto ella como otras madres que buscan a sus seres queridos y quienes viven en carne propia, el problema de la desaparición forzada en México.

“Yo te puedo decir que el día que yo perdí a mi hijo es el día que perdí la vida, pero me vi en la necesidad de seguir respirando y caminando para luchar por él, porque desde el primer momento que tú acudes a una autoridad para hacer el reporte de un desaparecido te empiezan a revictimizar, te empiezan a cuestionar y hasta criminalizar”.

Ante la ineficacia de la autoridad judicial y demás órganos de gobierno, cuya función es garantizar el cumplimiento de la justicia, la voz de Cecilia y miles de madres se unieron al unísono para exigir las investigaciones correspondientes para que se logre dar con el paradero de sus hijos (ya sea con vida o sin ella). Una realidad cruda para una madre que, hasta antes de la desaparición de sus hijos, llevaba una vida normal, como la de cualquier jefa de familia. Sin embargo, la delincuencia en México las obligó a convertirse en sus propias justicieras; en heroínas en búsqueda de lo más preciado: sus hijos.

“Hablé inmediatamente con un grupo de rastreadoras que había en Sinaloa y me dieron respuesta e inmediatamente me contestaron, me recibieron, fui a su oficina y me atendieron. Luego me uní a ellas y empezamos esta búsqueda incansable por mi hijo. La mayoría de las búsquedas yo las he hecho por mi hijo, porque los grupos nada más te apapachan, pero normalmente tú tienes que buscar a tu desaparecido”, asevera.

De acuerdo con el Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal 2023 publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México hubo un repunte de personas desaparecidas del 171.71% en comparación con el año 2022. Lo cual, revela una crisis de seguridad importante en el país. En el caso de Cecilia, y el de muchas madres buscadoras, la desaparición de sus hijos representó un cambio radical en su forma de vida, pues de ser una ama de casa, se convirtió en la autoridad que buscará la justicia para su caso, sin importar las fronteras que debía de cruzar, pues asevera que “las búsquedas las hacían donde mi hijo no había desaparecido y yo sentía que ahí no lo iba a encontrar; ahora entiendo que no solamente tienes que buscar donde desaparecen, sino que te tienes que expandir a más lugares porque hemos encontrado personas que desaparecieron en Sonora y las hemos encontrado Baja California o Jalisco en otros lugares”.

De esta manera, como el acto más genuino de sororidad, comenzó a integrar el Colectivo como la red de apoyo y acompañamiento que daría esperanza a los cientos de madres buscadoras: “Me dediqué a hablarle a las madres, ‘¿sabes qué? Si tienes un desaparecido únete a mi lucha tenemos que luchar por nuestros hijos, no los podemos abandonar’, y así fue como fue creciendo la organización”.

Cecilia lleva casi diez años buscando a sus dos hijos. Y a pesar de que cada día se convierte en un viacrucis, la esperanza volver a ver su hijo la mantiene en lucha: “Yo tenía planes y cuando perdí a mi hijo se me acabaron todos los planes; se me fue todo a la basura y tener que seguir caminando y seguir respirando y seguir luchando para encontrar a mi hijo porque no tenía otra opción. Yo necesito a mi hijo de vuelta en casa. Tengo que luchar por él, tengo que luchar por visibilizar lo que quiero y lo único que quiero es que mis hijos vuelvan a casa”.

Esta es la realidad que impera en México; la realidad que permea en el sistema de justicia mexicano, donde la autoridad hace caso omiso de las desapariciones y donde las madres salen a las calles a buscar la justicia que no se les ha dado. Esta es la realidad de Cecilia y de muchas madres en México que están buscando la pista que las guíe hacia el paradero de sus desaparecidos

“Si mi búsqueda se detiene ¿Cuántos desaparecidos van a dejar de ser buscados? Y yo en muchas ocasiones cuando siento que ya no puedo más, que me invade el dolor, la angustia y la desesperación, la tristeza, la impotencia de no tener el apoyo que debería de tener por las autoridades, porque estoy haciendo su trabajo y yo no debería haber tenido nunca esa pala en mis manos. Eso le corresponde a las autoridades, porque ellos trabajaron, estudiaron y se prepararon para eso”.

Cabe destacar que la Secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde, presentó un informe que aseguraba haber localizado 3 mil 512 personas por medio de una metodología que abarcaba un cruce masivo de información, jornadas de búsqueda “casa por casa”, y llamadas mediante un Centro telefónico, El resultado de estas pesquisas fue 99 mil 729 personas siguen desaparecidas y que el 86% de las halladas fueron “ausencias voluntarias; el 4% fueron víctimas de desaparición forzada y sólo el 10% se debió a otro tipo de delito.

A pesar de que las jornadas de búsqueda persisten, los números, las metodologías y las intenciones no borran el dolor; tampoco desdibujan el desconsuelo plasmado en los rostros de miles de madres; mucho menos la rabia de saber que se encuentran ante un sistema que constantemente revictimiza a quien pide ayuda o que, sencillamente, no quiere cumplir con su labor.

No obstante, la opinión Cecilia difiere de las cifras, cuando le pregunté sobre la nueva metodología presentada por la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, Cecilia contestó: “no sabe ni lo que dice, ni entiende, ella qué va a saber de desaparecidos si no tiene un desaparecido en casa; ¿qué va a saber del dolor de una madre? Si no ha perdido un hijo. Para ellos las cifras son dolorosas porque este es el país donde no pasa nada, esa es la narrativa de este gobierno. A ellos sí les perjudica que haya 100 mil desaparecidos, porque es un país donde todo es perfecto, porque eso pregonan en otros países, que el país es completamente seguro; que no pasa nada. Pero vemos en las redes sociales que todos los días eliminan personas, nuestra realidad es otra, una que ellos se niegan a ver, y a recibirnos para que se las mostremos”:

El pasado 18 de marzo, Cecilia, acudió a la puerta del Palacio Nacional con la esperanza de reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador para entregarle simbólicamente la “pala de mando”, y dar continuidad a su caso. No obstante, la puerta nunca se abrió y contrario a todo pronóstico, el mandatario sólo atino a declarar que “la recibirá en su momento”, pues está en proceso “un plan para buscar desaparecidos”, señaló en titular del Ejecutivo.

Hasta el momento, Cecilia no ha recibido una respuesta concreta por parte del Presidente ni de ninguna otra institución que busque entablar una mesa de diálogo y trazar una estrategia que coadyuve a la causa de esta madre buscadora. Es así como el panorama se torna difuso en materia de justicia para Cecilia, por lo cual ella asevera que siente más respeto por los cárteles del crimen organizado que por el Gobierno y los organismos que, supuestamente, deberían de impartir justicia, a ellos logró sensibilizarlos para que no la mataran cuando estuvo en sus manos en alguna búsqueda, pero al presidente de México le ha resultado imposible sensibilizarlo para que pueda ser tomada en cuenta y recibida por él o por alguien de su equipo para hablar sobre la situación. 

“No tengo que tenerles respeto a los gobernantes, porque ellos no respetan nuestros derechos… ¿Por qué voy a respetar a alguien que me revictimiza y que yo tengo qué hacer su trabajo y, además de todo, sin ninguna paga o apoyo?”.

Y es que Cecilia, desde el inicio de su búsqueda, ha subsidiado todos los gastos que han implicado trasladarse de un lado a otro buscando a sus hijos. Del mismo modo, reforzó su postura de respeto hacia las organizaciones del crimen organizado al aseverar que “ellos, los gobiernos e instituciones, no se han ganado nuestro respeto ni nuestra admiración siquiera, pero tú puedes ver en las redes cuantas veces, en ocasiones, el Día del Niño o en Navidad los cárteles andan por las calles repartiendo despensas y juguetes a los niños… ¿Y cuándo has visto que el gobierno haga eso con los huérfanos?”.

Continúa señalando que “Entonces nosotros decimos cómo puede ser que la gente los admire y aplauda cuando son ellos son los causantes de nuestra ausencia y del dolor que tenemos en casa. Tenemos que respetarlos, mientras no nos amenacen directamente. Yo tengo amenazas constantes. Vivo con miedo, pero es el miedo está atrás de mí, no enfrente, yo enfrente vivo con amor, con fé y con esperanza”.

Tras salir de su casa, todos los días, Cecilia siempre se ampara en la fe que tiene de encontrar a sus hijos. Sin embargo, también se vuelve azarosa su vida, pues constantemente corre el riesgo de la persecución o la misma desaparición, ya que existen registro de madres desaparecidas que, irónicamente, pasaron de ser buscadoras a ser buscadas.

De acuerdo con cifras oficiales de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), tan sólo en el año pasado fueron asesinadas al menos cinco activistas pertenecientes a colectivos de búsqueda. Es el caso de Teresa Magueyal, asesinada el pasado 2 de mayo de 2023; María del Carmen Vázquez, asesinada en noviembre de 2022; Blanca Esmeralda Gallardo, asesinada el 4 de octubre de 2022; Lilián Rosario Rodríguez, asesinada el 30 de agosto de 2022; Ana Luisa Garduño, asesinada el 28 de enero de 2022, por mencionar sólo una mínima parte de esta clase de homicidios.

Ante el adverso panorama que enfrentan las madres buscadoras y sus familiares, Cecilia sólo pide piedad, a manera de tregua, con las organizaciones criminales, para que les sea concedido su derecho a buscar a sus hijos, estén o no con vida. “Por eso siempre me he atrevido a pedirle los cárteles piedad por las madres buscadoras, piedad por nuestros desaparecidos que tienen el derecho como humanos de volver a casa (…) si yo tuviera enfrente alguien del cártel que supiera dónde está mi hijo, me arrodillaba ante ellos pidiéndoles piedad por mis hijos y por esta madre que su única culpa es amar a sus hijos más que su propia vida”.

Luego de la negativa por parte del mandatario mexicano, Cecilia busca continuar con sus intentos de entablar mesas de diálogo dentro del gremio político. Y es que, al escuchar su voz permeada de coraje, Cecilia puntualiza algo absolutamente cierto: “No pueden entender la magnitud del problema que tenemos las madres, no se atreven a darle la cara a las madres, porque tienen vergüenza de que las madres, sin herramientas y tecnologías, hemos hecho más que lo ellos con todos los millones de recursos que tienen”.

Es así como Cecilia asegura que el único acercamiento que ha tenido ha sido con la candidata de la coalición Fuerza y corazón por México, Xóchitl Gálvez, quien, de acuerdo con la propia Cecilia, fue a buscar al Colectivo de Madres a Sonora. En aquella ocasión Xóchitl le prometió que atendería su caso y el de miles de madres. Sin embargo, Cecilia se dice escéptica, pues señala que “De promesas estamos llenos. Yo soy tan incrédula, que no creo ni en mí misma, así que yo solamente creo en los hechos, no en las palabras y esperemos que si llega a ser presidenta lo cumpla”.

“Yo no me he vendido con nadie, créeme que mis hijos tienen un valor incalculable, que no hay dinero que lo pague y sería incapaz de venderme con alguien la sangre de mis hijos”, puntualiza.

Sobre Claudia Sheinbaum le mantiene la invitación para un día tomar una pala y acompañarla en una búsqueda, para que en lugar de que ella le vuelva a pedir a las madres buscadoras que en lugar de reclamar, proponga, mejor que sea la candidata de Morena quien las acompañe a ellas a buscar a alguno de los miles de desaparecidos de este país.

Sobre el candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, cae en la misma respuesta que otros cuantos millones de mexicanos, ni siquiera sabe quién es.

Uno de los grandes problemas en la búsqueda de personas desaparecidas es la revictimización, un recurso que, en muchos casos, dan “carpetazos” a muchos de los casos no resueltos en México. Esta ruptura en el tejido social se vuelve preponderante cuando las autoridades se alejan de la verdad y la justicia cuando convierten a la víctima en el culpable.

“Porque a nuestros hijos los tratan como delincuentes, como estadísticas, eso es parte de la revictimización”, asevera Cecilia.

A pesar de que el futuro parece difuso, dadas las circunstancias sociales y políticas, Cecilia mantiene fuerte su convicción de seguir en esta lucha, a pesar de que su vida ha corrido peligro en múltiples ocasiones, inclusive a manos del crimen organizado. Lo único que le queda es su propia vida y sus manos que le ayudan a excavar, con su pala, terrenos áridos enclavados en los resquicios del país, donde yacen miles de cuerpos esperando ser encontrados.

Asimismo, aún tiene con ella a sus demás hijos que siempre aguardan su regreso, temerosos de que su madre, en algún momento, pueda convertirse en parte de esas cifras de desaparecidos.

“Créeme si toda la vida tengo que estar buscando, toda la vida voy a buscar”.

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