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Modelo Coahuila, la esperanza del equipo de Xóchitl en seguridad pública

Niños de Saltillo forman el símbolo de la paz

Niños de Saltillo forman el símbolo de la paz

Especial

El modelo de seguridad de Xóchitl Gálvez nace en un ejemplo claro y probablemente único por haber hecho el tránsito (deseado por muchas poblaciones del país) de una etapa de incertidumbre a una de tranquilidad: el nombre del modelo es Coahuila.

Hacia 2013, en Saltillo y Torreón se llegó al punto de que el temor a sufrir un hecho delictivo violento frenaba actividades nocturnas; imperaba un toque de queda tácito. Incluso los hoteles mismos cerraban servicio a las 8 de la noche.

Los habitantes implementaron entonces hábitos nuevos para cuidarse, algo que Sari, una habitante de Saltillo, explica a los oídos chilangos: “a lo mejor ustedes están acostumbrados desde siempre a cuidarse, pero aquí fue una conmoción”. Diez años después, la capital de Coahuila ha logrado recuperar la tranquilidad.

Para lograrlo, el primer paso fue atacar a la delincuencia con las policías locales (“es responsabilidad del gobernador”) en lugar de enjaretarle el problema a la federación. Pero también dejar de fingir en torno a los casinos y tables dance que eran los lavaderos del crimen organizado.

En aquel mismo año de 2013, en una reunión de seguridad entre autoridades estatales y federales, estas últimas decidieron cambiar de hotel porque enfrente había un casino. Eso reflejaba con claridad esa rara tolerancia que había hacia los centros donde se forjaba el poder (monetario en esta caso) de los criminales.

La decisión del cierre no estuvo, por tanto, ligada a moralidad, sino a cortarle el brazo financiero y de lavado a los grupos que estaban por ser atacados.

El modelo ya está siendo estructurado en sus últimos detalles por la coalición PRI-PAN-PRD para Xóchitl Gálvez y, evidentemente, explica el porqué del nombramiento de Rubén Moreira como responsable de esa temática en el equipo de campaña.

En parte, lo logrado en Coahuila se logró porque más allá del acuerdo o desacuerdo que tuviera el gobierno federal, la autoridad estatal le entró disciplinadamente a las estrategias de fortalecimiento de las policías locales. El centro de control de confianza realmente era un filtro para limpiar a estos cuerpos policiales; la aplicación de recursos de los fondos federales para seguridad (hoy desaparecidos) se realizaron para equipamiento y sueldos; las policías locales, finalmente, le entraban a los esquemas nacionales más allá de que hubiesen sido propuestos por Calderón o por Peña. Esta lógica se ha prolongado a nuestros días.

De hecho, una serie de premisas que hoy enarbola la 4T ya estaban en Coahuila como parte de la estrategia de seguridad: proyectos de captación de jóvenes hacia buenos empleos y lugares en las escuelas.

En ese punto, la sociedad civil entró de diversas maneras a contribuir con el esfuerzo, lo mismo para vigilar la formación de los policías que para investigar, desde el ámbito académico, las raíces de la delincuencia organizada, especialmente del reclutamiento de jóvenes.

Aún más importante, Coahuila ha sido de los pocos lugares donde el gobierno dejó de hacerse de la vista gorda: hubo un control, que en general llegó al cierre, de casinos, table dances, palenques y giros negros en los que todo mundo sabía que el narco lavaba dinero.

Los años de confrontación directa y continuos enfrentamientos armados, algo que la ciudadanía vive con mucha incertidumbre, fueron menos de los que se hubieran pensado.

En los meses finales de la campaña de Xóchitl Gálvez, se espera que este proyecto aparezca cada vez más como exhibición de una tranquilidad posible en el país a pesar de lo poderoso que es el crimen organizado. La premisa es que Saltillo, una ciudad media, pudo retornar rápidamente a la paz, pero que también Torreón, el corazón de La Laguna, lo hizo a su propio ritmo y en contra de lo que muchos pensaban al tratarse de una plaza codiciada por los grupos delincuenciales.

La tarea en este rubro para Gálvez será mostrar que este modelo puede multiplicarse en 31 entidades más y que con ello se logrará abandonar el estado de zozobra que millones están viviendo.

Moreira y Gálvez

Moreira y Gálvez

Cuartoscuro