En esta Noche Mexicana, el consumo excesivo de alimentos muy condimentados y/o grasosos, pueden ocasionar riesgos a la salud de personas que viven con obesidad, hipertensión arterial o diabetes.

La Secretaría de Salud recordó que la comida muy condimentada o rica en grasas saturadas, afecta la salud, de manera particular en personas que viven con enfermedades crónicas como: diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares, por lo que se hizo un llamado a tener cuidado con lo que cenen esta noche y mañana durante el tradicional “recalentado”.

Al respecto, la directora de Nutrición del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMSZ), Martha Kaufer Horwitz, resaltó que estas personas deberán moderar el consumo de alimentos.

Asimismo, estableció que las complicaciones en la salud, no son consecuencia directa de comer en exceso en estas fechas específicas, sino resultado de la inadecuada alimentación durante su historia de vida, de ahí que estén en una condición más vulnerable de sufrir enfermedades respiratorias o complicaciones.

Recordó que así quedó demostrado durante la pandemia por el virus SARS-CoV-2, en la que estos grupos poblacionales estuvieron en mayor riesgo a la salud y la vida.

Kaufer Horwitz recomendó festejar con alimentos sanos, pero si comen en exceso los alimentos como: pozole, se puede desintoxicar el cuerpo con comidas ricas en frutas y verduras en los siguientes días.

Especial cuidado, pidió tener con la comida chatarra que contiene altos niveles de azúcares, sales y grasas saturadas, que ocasionan mayores complicaciones a la salud, cuando no se realiza ninguna actividad física, lo cual complica aún más a personas que viven con sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial y diabetes.

Asimismo, recomendó a las personas el consumo de verduras y hortalizas en la mayor cantidad posible en todas las comidas: calabaza, nopales, quelites, verdolagas, romeritos, huazontle, jitomate, tomate, pimiento, chayote, berros, huitlacoche y hongos, entre otros; seguida de las frutas completas sin azúcar adicional, así como los cereales integrales.

En menor cantidad, los aceites cardioprotectores e insaturados, semillas, leguminosas, lácteos, endulzantes y proteína animal, y aprovechar alimentos regionales y de temporada para elaborar recetas y platillos más nutritivos y económicos.