En la Ciudad de México un gran número de personas viven en condiciones de hacinamiento; en espacios muy reducidos creados para tres personas, viven numerosas familias y esto representa un riesgo para contraer COVID-19, explicó Alicia Ziccardi Contigiani, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante el webinar ‘Incidencias de las desigualdades de la Ciudad de México durante COVID-19’, apuntó que esta situación persiste en zonas populares, lo que provoca que justamente las personas con menos recursos sean más vulnerables ante la pandemia.
Es la zona oriente de la Ciudad de México donde esta condición persiste aún más, así como en municipios conurbados de la Zona Metropolitana del Valle de México, apuntó por su parte Roberto Rodríguez Gómez, académico de la UNAM.
Agregó que en estas circunstancias y frente a la pandemia, se agudizan las desigualdades en educativas por no contar con los recursos tecnológicos ni el apoyo familiar para continuar con sus clases.
Consideró que la pandemia representa “una gran oportunidad para mejorar las condiciones de cobertura sobre todo hacia los sectores más vulnerables”.
“Tienen que haber programas de mejoramiento de vivienda y es que las condiciones de habitabilidad son tan diferenciadas que debieran hacerse políticas de mejoramiento, en función del tipo de vivienda que necesita la población”, recalca Ziccardi.
Por su parte, el secretario General de la Universidad Nacional, Leonardo Lomelí Vanegas, la experta expresó que hay programas de mejoramiento a las viviendas que permiten incrementar el número de cuartos, pero persiste la acumulación de personas y las bajas condiciones de habitabilidad evidenciadas en sus materiales, diseño y ventilación, “este último elemento de importancia en la actualidad”.
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