
Al menos 2 mil 600 empresas de seguridad privada operan en el país sin permiso ni supervisión de las autoridades, lo cual “propicia actividades que se prestan a la ilegalidad, como la renta de cajas de seguridad”, señaló en entrevista con Crónica Roberto Rivera, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP).
Alertó sobre contratantes a quienes conviene el vacío legal, así como permisos de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) manipulados por algunas empresas para ofrecer servicios no avalados en el documento expedido.
Con base en testimonios de especialistas y un ejercicio encubierto para descifrar su modo de operación, este diario documentó en días pasados la irregularidad con la cual maniobran estas compañías privadas: sin control ni registro oficial, bajo la sombra del ocultamiento de bienes ilícitos y el lavado de dinero.
Además, inclinadas a permitir el uso de prestanombres y el registro de clientes con domicilios falsos, así como a desaparecer documentos para burlar inspecciones oficiales y exhibir permisos inexistentes en el Padrón de la CNS.
“Tenemos contabilizadas 6 mil empresas de seguridad privada a nivel nacional, pero sólo 3 mil 400 tienen autorización, lo que indica que al menos 2 mil 600 no son supervisadas”, refirió Rivera, quien preside la asociación más poderosa del ramo en México.
—¿A qué se presta esa otra mitad sin vigilancia?, ¿a ofertar, por ejemplo, cajas de seguridad en total opacidad?
—Se presta para lo que quieras, y el problema es que alguien las está contratando. Va más allá de un tema de ahorro. Si le rascamos a estas empresas informales, encontraremos un submundo que se mueve en la ilegalidad. Hay un campo de regulación sin cubrir, y la autoridad debe echarse un clavado para frenar estas actividades ilícitas.
—Lo inquietante, decía usted, es que haya quien las esté contratando…
—Llama la atención, porque no hablamos de cualquier servicio, sino de un asunto de seguridad. Todas las empresas están obligadas a contar con un permiso federal o con uno estatal, un solo papel, ¿por qué no cerciorarse de que lo tienen? Los usuarios también deben asumir su responsabilidad. Hoy es muy fácil meterse a la página web de la Dirección General de Seguridad Privada o a la de seguridad pública de los estados para verificar la anuencia oficial. No podemos echarle toda la culpa a las autoridades.
—En el tema de cajas de seguridad parece que hay clientes a quienes conviene que no haya legalidad ni supervisión…
—Es un asunto delicado, estamos hablando de contratantes que necesitan el servicio de empresas que están en la ilegalidad, porque si van con una empresa con todas sus credenciales y le piden un servicio anómalo o que oculte u omita datos, los va a rechazar. Hay usuarios que están buscando este nicho, y se están metiendo en un ámbito peligroso.
—La conveniencia de ocultar el arma de un delito, el dinero de un secuestro o el equipo para clonar tarjetas…
—Así es… El servicio de renta de cajas no está dentro de las modalidades oficiales de seguridad privada, lo veo como la renta de bodegas en las cuales llegas y metes lo que quieras. No sabemos cuáles son los filtros de seguridad de estas empresas, pero están fuera de lo que nosotros coordinamos en la AMESP.
—Aducen que cuentan con un permiso de la Comisión Nacional de Seguridad para seguridad privada, como traslado de valores o escoltas, ¿pueden utilizar ese permiso para rentar cajas de seguridad?
—No, es fundamental que el usuario pregunte por el permiso y constate que lo estipulado en él esté alineado con el servicio a contratar. Si la empresa tiene permiso para traslado de valores, para seguridad electrónica o guardias intramuros, y me quiere dar el servicio de cajas de seguridad, hay algo malo ahí.
—¿En los permisos viene especificado cuál es el rubro?
—Sí, de ahí la importancia de verificar la vigencia y la modalidad avalada por la Comisión.
—En la investigación de campo realizada por Crónica se encontraron empresas que presumen permisos, pero sus nombres y claves no están en el listado de la CNS…
—No están avaladas, están cotorreando a la gente y a las autoridades. No hay ninguna modalidad en seguridad privada que abarque cajas de seguridad.
—¿Cómo frenar esta ilicitud?
—He levantado la mano respecto de la necesidad de una mejor regulación. Hoy tenemos una ley por cada estado y una federal, estamos pugnando por una ley nacional. Esperamos que pronto haya trabajos legislativos en este sentido.
—Eso es con respecto a la ley, también en el renglón de permisos hay uno federal y uno estatal, ¿es sano?
—Igual estamos impulsando ante la autoridad un permiso nacional, nos conviene a todos. Hoy existe autonomía de la Federación, estados y municipios para regular en materia de seguridad, pero un solo documento daría mayor garantía, visibilidad y homologación de requisitos. Entre más complejo sea el esquema, entre más ventanillas estén involucradas, se dejan muchos más huecos o áreas de cultivo para la corrupción, y atacar las prácticas corruptas debe ser nuestro objetivo final.
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