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"¿Para qué tantos cerros destruidos, para qué tantos niños tosientos?, ¿de qué ha servido tanto daño si la obra se iba a parar?”, pregunta don Victoriano Moreno al llegar a la Puerta 7 del Aeropuerto Internacional aún en construcción en Texcoco.… La obra suspendida en el tiempo y en el imaginario colectivo.
Desde hace 30 años se dedica al transporte de carga, pero en los últimos tiempos se concentró en el acarreo de tezontle, utilizado para rellenar el suelo fangoso del lugar.
Y abre la puerta al tema de la explotación de cerros y minas en los pueblos aledaños al polígono y sus efectos en la salud de la población, en especial la de infantes y adultos mayores.
—¿Por qué habla de cerros destruidos?— se le pregunta.
—Acabaron con todos los cerros que rodean la obra, para sacar la piedra. Fue una destrucción inútil. Han dicho que quieren proteger la naturaleza, ¿cuál? Si ya está muerta.
—¿Quiénes son los niños tosientos?
—En las comunidades muchos chiquillos enfermaron por la explotación, y la ida y venida de material. Se hacen grandes nubes de polvo sobre los poblados, como una costra rojiza que tarda horas en irse.… Y ahí andan los chamacos, jugando y respirando esa cosa, tose y tose. Y lo mismo los viejitos.…
Pese a la anunciada cancelación, Crónica atestiguó el arribo constante de tráileres y góndolas, rebosadas con esta roca volcánica.
—Hay contratos de por medio, la carga no se puede parar— dice Manuel Lozano, otro de los transportistas.
De acuerdo con datos del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, el cual coordina los trabajos, se cimentaron ya más de mil 200 hectáreas, de las 5 mil comprendidas en el terreno.
Aunque el flujo es inestable y va de continuo a pausado, por momentos se contabiliza el paso de entre cinco y 10 camiones por minuto. Cada unidad carga entre 30 y 70 metros cúbicos de tezontle. Se forman en el llamado carril de desaceleración de vehículos pesados, custodiado por elementos de la policía auxiliar del Estado de México.
—Usted no puede estar aquí, porque los furgones vienen supercargados y de repente se les cae material —dice al reportero uno de los agentes.
—Sólo es para entrevistar a los conductores.…
—Hemos tenido muchos lesionados entre las personas a pie de tierra; es bajo su responsabilidad.
Don Victoriano, del grupo de los “viejilocos”, acepta la charla…
—¿De dónde viene?— se le pregunta.
—Más allá de Otumba.
—¿Cuánto tiempo de viaje?
—Salí a las 9 de la mañana y ya van a dar las 3 de la tarde. Échele cuentas.… Me vine despacio, porque traigo más de 30 metros cúbicos de tezontle.… Descuéntele un par de horas, por el tráfico, y el tiempo que nos tardamos en echar un taco, de volada.
—¿De qué mina viene?
—Ahorita de Tetlacalo en el municipio de San Juan Teotihuacán), donde el trascabo sigue dándole duro, pero hay un chingo de minas que están surtiendo de material. Ayer fui a recoger a la del Coyote, en Tepetlaoxtoc.
—¿Qué opina de la cancelación?
—Es una vil pendejada, porque esta obra llevó un estudio de más de 20 años, ¿cómo que de buenas a primeras la van a abandonar? Santa Lucía también fue lago. La diferencia entre una y otra es que Texcoco es un lago con estudios de ingenieros y, Santa Lucía, un lago sin estudios.
—¿Qué sugeriría?
—Que se siguiera haciendo aquí, sólo que poniéndole mucho ojo a los contratos y a la lana que se maneja, para que no hubiera fugas. Contra López Obrador no tengo nada, estoy contento que haya quedado como presidente, porque la peleó de a madres, pero… que piense tantito, ¿cómo parar una megaobra?, ¿o acaso aquí ya le quedaba muy poquita tajada y quiere empezar él la obra en otro lado para llevarse todo el pastel? La naturaleza ya se fregó y los niños andan con sus garrasperas, es lo que más me duele.
De acuerdo con organizaciones como el Frente Amplio no Partidista en contra del Nuevo Aeropuerto y otros Megaproyectos en la Cuenca del Valle de México y la Coordinadora de Pueblos y Organizaciones del Oriente del Edomex en Defensa de la Tierra, Agua y su Cultura, para rellenar la zona aeroportuaria las empresas mineras han explotado por lo menos 180 yacimientos de tezontle, la mayoría de manera clandestina y sin los permisos correspondientes.
Entre los municipios afectados están Texcoco, Acolman, Otumba, San Salvador Atenco, San Juan Teotihuacán, Temascalapa, Tepetlaoxtoc y San Martín de las Pirámides.
“Ya los cerros quedaron todos pelones”, dice Óscar Padilla, otro de los cargueros formados en la Puerta 7. “Ha habido muchas afectaciones a la gente, si ya se madreó todo, ¿para qué dejar el trabajo a medias? Eso se debió ordenarse hace 3 o 4 años, no a toro pasado”.
Además, alude al deterioro de la infraestructura carretera. “En los últimos años, casi todos los días cientos de camiones pesados llegan a este Aeropuerto de Texcoco. Si de por sí el Estado de México no tiene vías buenas. Imagínese cómo han quedado los caminos de los pueblos donde hay cerros y minas, con el paso de todos estos monstruos. Puras carreteras sumidas, quebradas y parchadas, ¿quién las va a arreglar? Vamos manejando y se escucha como costal de huesos”.…
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