Cultura

Muestran legado arquitectónico de David Muñoz con exposición

Bellas Artes exhibe maquetas, planos y dibujos sobre los proyectos icónicos como San Lázaro. De niño fue albañil y luego sería el gran arquitecto nacional

Edificio de oficinas en una ciudad
Edificio de oficinas en una ciudad Edificio de oficinas en una ciudad (La Crónica de Hoy)

La Torre Prisma de la Lotería Nacional, el Palacio Legislativo de San Lázaro o los planteles Azcapotzalco o Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) son parte del legado de David Muñoz Suárez (1924-2000), que se presentan en una exposición.

Con la finalidad de mostrar la obra de uno de los arquitectos funcionalistas mexicanos del siglo XX, en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes se inauguró la noche del jueves La arquitectura de David Muñoz y su legado.

Se trata de una selección de maquetas, planos, fotografías, dibujos entre otros objetos que dan cuenta del trabajo de este arquitecto, hijo de un albañil, que logró ser uno de los más importantes de la Ciudad de México.

Mauricio Muñoz, hijo del arquitecto, comentó en entrevista con los medios que su padre siempre pensó que la sencillez era un adorno, sobre todo por tener como uno de sus principios profesionales la funcionalidad.

“Decía que la arquitectura tendía a lo eterno, que era más importante que el arquitecto y su primordial interés era la funcionalidad; si con lograr la funcionalidad también se obtenía belleza, pues adelante”, recordó el heredero de Muñoz Suárez.

En este sentido, pone como ejemplo la escalera de acceso a una casa particular de Tecamachalco, en el Estado de México, la cual, menciona, es para él la obra más importante de su padre, pues fue complicado hacerla por sus condiciones arquitectónicas.

“Para mí es la obra más importante de David Muñoz, porque además están ahí conjugados mi abuelo y mi padre (…) mi papá la diseñó como arquitecto y mi abuelo como albañil la construyó”, relató Mauricio Muñoz.

RESCATE DE UN ARQUITECTO. La exposición, que estará abierta hasta el 12 de junio en el Palacio de Bellas Artes, busca reconocer la labor del arquitecto como una de las más importantes que dio el país, porque en muchas de sus construcciones son parte del paisaje, pero no se sabe quién es el autor.

“Uno de los objetivos de esta selección es dar a conocer a un arquitecto que no fue reconocido en los medios de su época, como es el caso de muchos de sus contemporáneos; pero nunca fue reconocido porque no fue su intención”, comentó Mauricio Muñoz.

Agregó que su padre siempre se dedicó a trabajar, sin intención de ser famoso, pues lo que realmente le interesaba era la arquitectura, sin embargo con el paso del tiempo se dio cuenta de que no tenía registros personales de su legado en la Ciudad de México.

“En 1996 le detectan cáncer y hasta el año 2000, cuando falleció, trabajó junto conmigo en la elaboración de un libro, en el cual pretende dejar registro de los trabajos que se pueden ver en esta muestra”, detalló.

Mauricio Muñoz relató un poco de la historia de su padre, quien desde los 11 años empezó a trabajar como peón de albañil para ayudar a Félix Muñoz (abuelo de Mauricio Muñoz), quien fue albañil y se negaba a que su hijo estudiara arquitectura.

“Sin embargo, mi padre (David Muñoz) tenía carácter y con el perdón de mi abuelo se dedicó a la arquitectura y logró hacer grandes proyectos en la ciudad y en varias ciudades del país”, destacó Mauricio Muñoz.

Entre los proyectos en los que participó, está uno en colaboración con Pedro Ramírez Vázquez y Jorge Campuzano, que consistió en el diseño de los edificios de gobierno para Dodoma, la capital de Tanzania.

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