La primera médico mexicana se llamó Matilde Montoya Lafragua y nunca renunció a su vocación a pesar de que le fue negado su ingreso a la Escuela Nacional Preparatoria y fue apedreada en la Facultad de Medicina de Puebla. La vida de esta mujer del siglo XIX es rescatada por Carlos Pascual en la novela histórica Matilde. La primera médica mexicana (Grijalbo).
“Fue una mujer que supo respetar su propia vocación. Es una de las grandes semillas de este país. Cuando Matilde Montoya creó, en 1920, la primera Asociación de Médicas Mexicanas había 14 socias médicas y dudo mucho que se hubiera llegado a imaginar que cien años después habría registradas 160 mil médicas en activo”, comenta el autor.
Matilde Montoya fue quien hizo posible que hoy el porcentaje de los estudiantes de medicina sean mujeres en un 65 por ciento, añade Pascal.
“Además, la figura de Matilde es un pretexto extraordinario para que como mexicanos podamos sentirnos orgullosos de lo que éramos en cuanto al conocimiento médico desde el siglo XIX. Cosas que no se habían hecho en Europa, se hicieron en México, la misma Matilde es muestra de ello: se tituló como médica mucho antes que otras mujeres en Europa o Latinoamérica, incluso ocho años antes que la doctora María Montessori, la primera médica italiana”, indica.
Pascual plasma en su libro que mientras la protagonista de su novela crecía, en el mundo se creó la Cruz Roja, se fundó la cirugía antiséptica, se inventó la dinamita y el mexicano Maximino Río de la Loza creó las primeras píldoras para combatir la epilepsia.
“Por ejemplo, no tenemos claro en qué año se inventó la leche en polvo cuando fue un adelanto científico que le salvó la vida a millones de niños. Desconocemos mucho y más de México porque nunca nos enseñan desde el arte mexicano, desde la ciencia en México, siempre se queda la historia desde lo político, lo económico y militar”, comenta.
Uno de los hechos pocos conocidos, agrega el autor, es que el farmacéutico Leopoldo Río de la Loza fue el primero en el mundo que logró aislar el oxígeno, el nitrógeno y el anhídrido carbónico y por ello recibió la Medalla de la Sociedad Protectora de las Artes Industriales de Londres.
“¿Sabemos de quiénes habla toda la colonia Doctores en la Ciudad de México?, ¿qué hicieron el doctor Vértiz y el doctor Lucio? El doctor Lucio fue un descubridor de un tipo de lepra que hasta la fecha se llama la Lepra de Lucio. El doctor Vértiz fue un oftalmólogo que dio clases en Francia y es una pena que sólo sepamos que su nombre está en una calle cuando tiene una vida apasionante”, expresa.
También me resulta injusto que al preguntarle a una joven doctora sobre ¿quién fue la primera médica mexicana? no sepa la respuesta, añade Pascual. “Pero tampoco es problema de ella, es de la educación que tenemos ¿cómo es posible que en la carrera de medicina no tengan la historia de la medicina en México y si la tienen no se enteren quién es Matilde Montoya?
“Incluyo a unos viejos que son ficticios que dan argumentos políticamente incorrectos pero que bien pudieron existir, a quienes calma y pone en orden Gabino Barreda, un personaje real”, destaca.
Esa discriminación también la vivió Matilde cuando quiso estudiar medicina en la Facultad de Medicina de Puebla.
“Ahí el gobernador tuvo que poner al servicio de Matilde a dos policías para que la acompañaran a la facultad porque fue atacada por mujeres, fue apedreada, escupida, insultada, le jalaron el cabello… porque era una mujer que les estaba rompiendo los esquemas”, detalla Pascal.
El autor señala que ese tipo de juicios y linchamientos los retrata en la novela para que se entienda el mundo que enfrentó Matilde Montoya. “Como la frase del periódico poblano que dice: cuán perversa debe de ser esta mujer Matilde Montoya que es capaz de querer estudiar medicina con tal de ver hombres desnudos”.
Otro episodio que novela Carlos Pascual es cuando una de las criadas del gobernador de Morelos, de 13 años, entra en labor de parto y da la casualidad que Matilde está en Cuernavaca.
“Matilde estaba ahí para descansar porque se había quedado ciega por unos días debido a la tensión que vivía en la Ciudad de México, entonces en Cuernavaca se enteran que es obstetra, aunque aclara que no estaba calificada, no obstante hace que el niño y la madre vivan, entonces el mismo gobernador la manda al Colegio de Medicina de Morelos y la nombran obstetra calificada siendo una joven de 15 años”, narra.
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