Opinión

Teodoro Flores o de otras cosas por enseñar

Saúl Arellano, el abogado de los narcos
Saúl Arellano, el abogado de los narcos Saúl Arellano, el abogado de los narcos (La Crónica de Hoy)

Fernando Benítez fue uno de los más grandes periodistas e intelectuales en la historia del siglo XX en nuestro país. Su obra es vasta y crítica. Junto con las portentosas obras de don Miguel León Portilla y de Eduardo Matos Moctezuma en torno al mundo indígena, el texto de Los Indios de México es una de las principales fuentes de que disponemos para adentrarnos en las complejas cosmovisiones de nuestros pueblos originarios.

Otro de sus excelentes libros se titula Lázaro Cárdenas y la Revolución Mexicana, escrito, como dice él, no por un historiador, sino por un periodista que asume como deber escribir desde una franca y explícita posición ética y política. En este libro Benítez dedica varias páginas a la figura de Teodoro Flores, un indígena mixteco cuya historia, no hubiéramos conocido, de no ser por la capacidad y la voluntad narrativa de uno de sus hijos.

Paradójica y trágicamente, en nuestro país hemos sido capaces de encumbrar e idolatrar a tiranos y asesinos (es el caso de Antonio López de Santa Ana), de rememorar y añorar a sanguinarios y cruentos dictadores (cuyo caso emblemático se encuentra en Porfirio Díaz), y, sobre todo, de hundir en el olvido a cientos, a miles, de héroes que a través de sus historias de vida, marcadas por la congruencia y la integridad, tienen mucho que enseñarnos.

Teodoro Flores es uno de ellos: llegó por mérito propio al grado de Teniente Coronel y sirvió con lealtad, nos dice Benítez, al Presidente Juárez y al general Porfirio Díaz Mori, en su faceta de héroe de la República, al que luego daría la espalda por haber traicionado los ideales libertarios y de construcción de una patria justa.

Casado en segundo matrimonio con Margarita Magón, Teodoro Flores engendró a cuatro hijos, de los cuales le sobrevivieron tres: Ricardo, Jesús y Enrique. A ellos, narra Benítez, no les heredó nada, excepto tres cosas: vocación de lucha; compromiso y solidaridad con los pobres -y con los más pobres entre ellos, los indígenas-; y la decisión y el valor de pugnar por una nación generosa.

A diferencia de los Flores Magón, ahora vivimos en un régimen que se dice democrático -y relativamente lo es-, pero seguimos atrapados en un modelo de distribución del poder político y de la riqueza que beneficia exclusiva y desmesuradamente a unos cuantos, como en el porfiriato. En efecto, las élites gobernantes se parecen en mucho a los científicos de la era porfiriana: se asumen poseedores de la verdad científica, desprecian al pueblo, se asumen como salvadores del país, mientras todo lo concesionan y entregan al poder trasnacional y, peor aún, cuando se habla de la historia, de la dignidad nacional y de la urgencia de reconstruir el bienestar popular, de inmediato esgrimen furibundos argumentos tachando a este tipo de pretensiones de “anacrónicas”, “nostálgicas” y “desfasadas”.

Los Flores Magón asumían que los estudiantes, y en general las clases de mayor nivel educativo, debían ser “el cerebro del pueblo”; por ello fundaron el periódico Re-generación, cuyo lema sería el de: “Periódico Independiente de Combate”. Su padre combatió con las balas en la defensa de la República, y ellos con las ideas en la defensa de un país con justicia para los marginados.

¿Qué estamos enseñando a niñas, niños y jóvenes en nuestras escuelas? Es el tipo de preguntas que, por elementales, obviamos, pero frente a las cuales deberíamos optar por la recuperación de nuestra historia.

La historia decidirá quiénes son o pueden ser considerados en el catálogo de héroes y heroínas nacionales, pero es cada uno de nosotros quien habrá de tomar la determinación de querer o no intentar serlo. Sin embargo, ello tiene una precondición: un contexto formativo que nos muestre la posibilidad de actuar con grandes miras, como lo hicieron Hidalgo, Morelos, Juárez, y también gente como Teodoro Flores. Tenemos pues, otras cosas pendientes por enseñar.

@saularellano

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