Opinión

Política versus poesía

Después de un buen desempeño en la reunión con el ministro Justin Trudeau de Canadá y el presidente Joe Biden de los Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador regresó satisfecho a México y, creo yo, que con la espada desenvainada. Convirtió todos los proyectos de infraestructura de la Cuatroté en asuntos de seguridad nacional, según él para solventar los dolores del elefante reumático que es la burocracia y darle candela a las obras. Se saltarán permisos a diestra y siniestra. Por otro lado , el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, invitó a los mexicanos, de motu proprio, a unirse a la Cuarta Transformación, que en lo personal, no entiendo de qué se trata. ¿Revolución pacifica? Ignoraba que se había votado por eso. Mientras tanto, el crimen organizado hace todos los días de las suyas y aparecen cadáveres en muchas zonas del país o se desatan balaceras aquí y allá. La militarización, por otro lado, gana terreno, auspiciada por el primer mandatario, quien durante su campaña para la presidencia prometió que regresaría a los soldados a sus cuarteles. Entretanto, el Secretario de Salud, Jorge Alcocer, dijo por lo bajo que la cuarta ola de Covid acecha a los mexicanos, pero que no le digan a la prensa. La Organización Mundial de la Salud anuncia (excélsior.com.mx 24 de noviembre de 2021) que la efectividad de las vacuna disminuyó 40% debido a la cepa Delta. ¿Qué más puede pasar, además de la inclemencia de la Covid en Europa? ¿Qué el asteroide con el que se experimenta, u otro, termine por pegarnos

Serenidad, queridos todos, leamos poesía. Para calmar los ánimos, he escogido dos libros que resultan dos joyas. Salvatore Quasimodo, Signo de león. Cartas a Maria Cumani. Poemas. Traducción de Guadalupe Alonso Coratella y Miriam Moscona, Ilustraciones de Jan Hendrix, editorial Andante. México 2021. La edición resulta diáfana y espaciosa. Las traductoras decidieron incluir los poemas que el poeta italiano cita en las cartas de amor que le dirige a su Pucci, María Cumani, que fue su mujer. Hay un epígrafe que las traductoras imponen del gran poeta portugués Fernando Pessoa: Todas las cartas de amor son ridículas. Supongo que hoy, con el WhatsApp las epístolas de amor se han convertido en otra cosa., aunque resuenen en muchos de nosotros las Cartas de amor de la monja portuguesa, Mariana Alcoforado, arrebatadas y dolorosas y dirigidas al capitán francés que la abandonó.

Las cartas de Quasimodo, enviadas a quien luego fuera su esposa no carecen de desesperación y, desde luego, de lirismo, fueron escritas durante el fascismo de Mussolini, así que escamotean información. No olvidemos que el gran poeta italiano, premio Nobel de literatura de 1959, perteneció al movimiento del hermetismo italiano, junto con Ungaretti y otros grandes de la poesía italiana, que intentaban brincarse las constricciones del Duce. Con una fecha extraña, que corresponde a las determinaciones de Mussolini, Quasimodo escribe un 23 de julio:

“Mi amor adorado:

Entonces quedamos para el martes. Necesitas decirme con qué tren debo partir. Tu amiga Jolla “tiene razón”, pero no es necesario preocuparse tanto. Más bien me disgusta, y mucho, que estés tan tenazmente vigilada (Se refiere aquí al padre represor de Maria, versión casera del dictador).

(…) No han entendido todavía que tú elegiste esa única dirección, indispensable para tu vida futura. No tener un pasado, (en el sentido más vivo de la palabra) ya fue un tormento, un anular la “joven” juventud.” (p. 41)”.

Como se dijo antes, las traductoras incluyen poemas de Quasimodo a los que él alude. Traducir a un poeta hermético tiene sus complicaciones. Todos los poemas aparecen en italiano y luego en su versión en español:

Amaba. Eran frías las manos

de la criatura nocturna:

altos terrores acogía en el vasto lecho

donde al alba me escuche despertar

por el batir de las palomas.

Luego el cielo acarreó las hojas

sobre un cuerpo inmóvil:

se alzaron oscuras las aguas en los mares.

Mi amor, yo aquí me duelo

sin muerte, solo.

Otro libro de poesía extraordinario, un compendio que llevó a cabo Sandra Lorenzano, ella misma poeta, narradora y ensayista, y del que someramente quiero escribir, incluye a admiradas poetas cuyos poemas en el libro se trazaron durante el azote del virus (mismo que hoy no termina). Así que ojalá consigan el libro de Quasimodo que han “creado” Guadalupe Alonso Coratella y Myriam Moscona y la antología Alguien aquí que tiemble de Lorenzano, que reúne poemas en español escritos por una galaxia de mujeres. Leamos poesía y convirtamos la pandemia, los decretos inusitados y los peligros en la realidad estallante del espacio poético.

En cambio, la antología de poetas mujeres durante el confinamiento por el SARS-Cov-19 suma a mujeres que poseen la libertad de expresarse

Foto: Especial

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Annick Donkers