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Científicos, “preocupados y enojados” con este gobierno por su política en CTI: AMC

La AMC, como principal portavoz de su comunidad, tiene la responsabilidad de dar salida a las inquietudes y enojo de los científicos: Seade Kuri · Propuestas que molestaron a Álvarez-Buylla son apartidistas y no tienen dedicatoria: Cabrero

Elecciones 2024

Manifestación de la comunidad del CIDE en 2021 debido a las irregularidades en la designación de su director por parte de las autoridades de Conacyt.

Manifestación de la comunidad del CIDE en 2021 debido a las irregularidades en la designación de su director por parte de las autoridades de Conacyt.

Cuartoscuro

En días recientes, la Academia Mexicana de Ciencias, (AMC) y el Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno (IIPPG) de la Universidad de Guadalajara (UdG) publicaron el documento “Propuestas y reflexiones sobre el futuro de la política de ciencia, tecnología e innovación en México”.

“Crónica” publicó algunas de estas propuestas en una serie de tres entregas, que resumió la esencia plural del documento. Coincidentemente, un día después de la última publicación, la directora del Consejo Nacional de (Humanidades) Ciencia y Tecnología (Cona(h)cyt), Elena Álvarez-Buylla, anunció en sus redes –y con un tono incendiario–, su renuncia a la AMC a causa de lo vertido en dicho documento.

No obstante, este acto de “congruencia” retardada – Álvarez-Buylla fue miembro de la AMC durante 14 años, aunque desde 2016, último año del que hay un registro público en la página web de la Academia, no pagaba su cuota–, no debería de opacar el documento y propuestas apartidistas realizadas por este sector representativo de la comunidad científica, señalaron en entrevista José Seade Kuri, presidente de la AMC, y Enrique Cabrero, director del IIPPG-UdG y ex director de Conacyt.

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María Elena Álvarez-Buylla

El documento, narran, fue resultado de un encuentro de expertos en política científica y es el primero de una serie de libros que analizarán y realizarán propuestas al próximo gobierno en diversas políticas públicas.

“Estos documentos buscan alimentar el debate informado y no se relaciona con ninguna agrupación política ni campaña en específico”, dijo Enrique Cabrero, quien recordó que los artículos y propuestas no nacen de forma improvisada, sino que son resultado de la maduración del análisis que hacen sus autores y las organizaciones que participan en ésta, como la misma AMC y la red ProCienciaMx.

SIN DEDICATORIA A CONHACYT.

El ex director del CIDE enfatiza también que el documento no tiene dedicatoria ni alude específicamente a la actual administración de Conahcyt, aunque su directora se lo haya tomado tan personal.

“No son trabajos de la coyuntura de lo que ha pasado este sexenio, sino que hablan de la importancia de la política científica en nuestro país en las últimas décadas y tiene la perspectiva de reflexión a futuro, que si bien involucra decisiones que deberían tomarse en cuenta por el próximo gobierno, tiene un posicionamiento sobre una estrategia a largo plazo. Esto es importante porque despolitiza al documento; desafortunadamente, con el ruido que se generó se busca ponerlo dentro de una disputa de opiniones coyunturales, pero no, tiene una reflexión de lo que ha sido la ciencia del país”, ahonda Cabrero.

El subtexto del libro, añade, es que la política de ciencia, tecnología e innovación (CTI) del país no ha tenido la importancia requerida para los gobiernos, incluyendo en la administración en la que él participó.

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Por su parte, Seade Kuri recordó que la AMC está directamente ligada con el abolengo y la historia científica del país, fue desde ésta que se gestó el propio Conacyt o programas como el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), legislaciones del sector o la creación del extinto Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Esto para resumir que la Academia ha sido un vehículo para dar voz a los científicos del país, a sus afiliados y representantes, sin importar –estos sí– su filiación política.

Es por eso que ahora da voz nuevamente a su comunidad, puntualiza, y es que “en tiempos recientes ha quedado clara una inquietud muy grande en la comunidad científica por decisiones tomadas en la política científica. No juzgo si son buenas o malas, pero sí puedo decir que hay mucha preocupación en el gremio y –por qué no decirlo– mucho enojo, justificado o no, según quien lo diga, pero lo hay. Aquí, la AMC como principal portavoz de la comunidad científica tiene responsabilidad al respecto, es importante darle un canal salida a esas voces, las de muy destacados científicos nacionales que están inquietos, preocupados y enojados”.

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Seade enfatizó que las propuestas presentadas no tienen un tinte partidista y que más allá de las críticas recibidas, el propósito principal de los autores, pero también de toda la comunidad científica es que “la ciencia y la tecnología jueguen un papel importante en la agenda nacional y en el desarrollo de México”.

–¿Cuál es su respuesta a las descalificaciones de la directora de Cona(h)cyt?

–Primero, mi respeto a la doctora Elena Álvarez-Buylla, si renunció es una decisión personal y lo lamento porque es una científica importante. Por otra parte, difiero profundamente de los señalamientos que hizo al respecto. La AMC es una asociación con una fuerte vocación social y un compromiso con México, nuestra vocación no es partidista, pero como soy matemático me gustan las demostraciones, externó Seade.

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Elena Álvarez-Buylla: La AMC se convirtió en una “caja de resonancia” de los adversarios de la 4T

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La tensa relación entre el actual gobierno de México y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) terminó por romperse. La actual responsable de la política científica del gobierno federal, María Elena Álvarez-Buylla, Directora General del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt) difundió en redes sociales una carta pública en la que renuncia a sus membrecía a la Academia y acusa a esa asociación civil, fundada en 1959 e integrada por 3 mil destacados investigadores, de haberse convertido en una “caja de resonancia” de los adversarios al movimiento político que el actual gobierno busca convertir en cambio histórico: la Cuarta transformación de la vida pública de México.
En cinco años y tres meses del actual gobierno, Conahcyt coincidió con tres presidentes diferentes de la AMC: el físico José Luis Morán; la astrofísica Susana Lizano y el matemático José Antonio Seade Kuri. Con ninguno tuvo buen entendimiento la bióloga representante del gobierno federal.
En su texto de renuncia, de cinco páginas, la bióloga y funcionaria pública considera vergonzoso que la AMC haya apoyado la publicación del documento de evaluación y análisis llamado "“Propuestas y reflexiones de la política de ciencia, tecnología e innovación en México”. Ese libro, que el diario Crónica ha analizado y explicado a lo largo de esta semana, está constituido por textos de 16 autorías diferentes, incluyendo a 14 investigadores y dos asociaciones civiles. En él se plantean varias correcciones y cambios a la actual política científica.
Hay que recordar que el distanciamiento entre María Elena Álvarez-Buylla y la AMC se ha construido a través de varias pequeñas rupturas que comenzó desde el inicio del actual gobierno. En primer lugar, Conahcyt retiró el apoyo financiero a todas las asociaciones civiles vinculadas con la ciencia, incluyendo a la Academia Mexicana de Ciencias y a todas las sociedades científicas, como la de física, matemáticas, química, etcétera. Esta misma negativa para apoyar esfuerzos que no estuvieran dentro del control del gobierno afectó y estuvo a punto de destruir las olimpiadas de matemáticas, física y de otros campos, así como a la más antigua actividad de divulgación de la ciencia en México: “Los domingos en la ciencia”.
A pesar de esas dificultades, que obligaron a cerrar la sede central de la Academia Mexicana de Ciencias, la asociación civil no ha emitido ningún comunicado oficial crítico contra el gobierno ni ahora ha reaccionado oficialmente a la renuncia de Álvarez-Buylla.
ACADEMIA VERDADERA
Más allá del juicio que hace la actual directora de Conahcyt, la Academia Mexicana de Ciencias (originalmente llamada Academia de la Investigación Científica) está históricamente ligada al nacimiento de la ciencia profesional en México. Hasta antes de 1959 muchas personas se podían presentar públicamente como científicos sin que hicieran investigación. Ese fenómeno fue identificado por los fundadores de la Academia que decidieron crear una asociación sin fines de lucro en la que pudieran encontrarse, dialogar y contrastar puntos de vista las personas que hacían investigación en México.
Ese grupo de fundadores, que principalmente estaba integrado por profesores e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenzó sus actividades en un salón, con una cafetera, en lo que hoy es la Torre II de Humanidades de Ciudad Universitaria de la UNAM. Entre sus fundadores estuvieron Guillermo Haro, Alberto Sandoval, José Luis Mateos, Emilio Lluis, Eugenio Mendoza, José Adem, Arcadio Poveda y Juan Manuel Lozano. Las actividades consistían en que cada uno exponía de lo que trataba su trabajo y respondía preguntas de investigadores de otros campos. En el grupo de 59 personas que firmaron el acta constitutiva, hace 65 años, había astrónomos, físicos, geofísicos, historiadores, ingenieros, médicos, biólogos y químicos.
Con el paso de los años la membresía de la Academia fue creciendo, incorporando a personas que demuestran que hacen investigación científica, se afilian voluntariamente a la AMC, pagan una membresía anual y apoyan actividades de educación, reflexión y crítica sobre la investigación científica en México.
Durante algunos años la sede de la AMC estuvo en las instalaciones del actual Museo Universitarios de Ciencias Universum, hasta que uno de sus presidentes, el doctor René Drucker, consiguió que se donara para esa asociación civil la casa que el gobierno había confiscado al exjefe de la policía de la Ciudad de México, Arturo Durazo Moreno, cerca de la carretera federal México-Cuernavaca. Esas instalaciones fueron adaptadas y remodeladas con apoyo de Conacyt, pero actualmente están cerradas y abandonadas tras cinco años sin apoyo de la federación; de la misma forma que se eliminaron los apoyos a todas las demás actividades académicas de la AMC.  
HORARIO NOCTURNO
La renuncia de María Elena Álvarez-Buylla a la Academia Mexicana de Ciencias fue dada a conocer a las 11:58 de la noche del jueves 29 de febrero, mediante una carta pública de cinco páginas que ella misma difundió en sus redes sociales personales.
La doctora Álvarez Buylla, quien cuenta con formación y numerosas investigaciones en el campo de la biología y es investigadora con licencia del Instituto de Ecología de la UNAM, argumenta su renuncia como una consecuencia de su rechazo a críticas y propuestas alternativas de política científica que han hecho otros miembros de la Academia, a la labor de la funcionaria pública del gobierno que concluye funciones el 1 de octubre de este año.
Apoyada en una larga referencia a los errores y deficiencias de lo hecho por las anteriores administraciones del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), fundado en 1970 y que este año fue sustituido por el Cona(h)cyt, la renuncia de María Elena Álvarez-Buylla concentra su atención sobre la Academia Mexicana de Ciencias, en diferentes fragmentos con palabras como las siguientes:
“En la práctica, esta entidad privada se ha dedicado a lo largo de este sexenio transformador a actuar como caja de resonancia de los posicionamientos políticos de los adversarios de la Cuarta Transformación de la vida pública en México, llegando a extremos vergonzosos con posicionamientos públicos y recientes auspiciados por recursos públicos en colaboración con el Instituto  de Investigación en Políticas Púbicas y Gobierno de la Universidad de Guadalajara, como lo es el compilado “Propuestas y reflexiones de la política de ciencia, tecnología e innovación en México”, cuyos coordinadores son nada más y nada menos que Enrique Cabrero Mendoza, quien se desempeñó como director general de Conacyt durante la administración presidencial de Enrique Peña Nieto; así como José Antonio Seade Kuri, actual presidente de la AMC”.
Desde el inicio de la carta, la hija del destacado médico y neurofisiólogo español-mexicano Ramón Álvarez-Buylla expone su inconformidad por no haber recibido apoyo a sus trabajos por parte de la Academia:
“La AMC, que fue capturada por grupos de poder conservadores y usada para golpear al actual gobierno con el propósito de defender intereses particulares so pretexto de la promoción de la ciencia anulando el interés público, se opone a la construcción del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), la cual requirió de la transformación radical del pasado Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), del periodo neoliberal”
La carta continúa con una lista de 8 resultados recientes que la funcionaria de gobierno describe como “grandes resultados de la transformación del Conahcyt, que se obtuvieron bajo el mandato del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador” y agrega que “están a la vista para quienes honestamente quieran corroborarlos”
Más adelante afirma que “la construcción del Conahcyt ha sido combatida rabiosamente por sectores que se vieron beneficiados de manera ilegítima por el Conacyt neoliberal” y añade que “el caso de la AMC, llama poderosamente la atención por mostrar la degradación neoliberal de este tipo de entidades privadas”.
Minutos antes de dar a conocer su renuncia, la Doctora Álvarez Buylla publicó en sus redes sociales una fotografía del actual presidente de México, con la frase ¡Es un honor estar con @lopezobrador_! Y al final de su carta de renuncia creó una etiqueta para redes sociales o hashtag llamado #laAMCnomerepresenta.
(DESPIECE 147 PALABRAS)
El documento que irritó a la directora 
de Conahcyt no es de un solo autor
La ruptura entre la actual responsable de ciencia en el gobierno federal y la Academia Mexicana de Ciencia ocurre una semana después de la publicación del libro “Propuestas y reflexiones de la política de ciencia, tecnología e innovación en México. En ese documento, investigadores, científicos y académicos, en coordinación con la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y el Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno (IPPG) de la Universidad de Guadalajara (UdG), han publicado una serie de recomendaciones y propuestas de política científica que esperan tener resonancia en los próximos gobiernos en el marco de las elecciones de 2024. El libro consta de 16 textos, de diferentes perfiles, pero la mayoría coincide en la necesidad de “rescatar” y “modificar” la estructura legal, institucional y financiera de la ciencia en México, cuestionando los beneficios de lo hecho desde 2018 por los actuales responsables gubernamentales de ese sector.

En el documento presentado por la Academia, añadió, se hacen referencia a los retrocesos en el apoyo gubernamental al sector en la última década. “En ese periodo, el responsable en Conacyt era el doctor Cabrero, entonces ¿le estamos dando su llegue a él? Si me dicen que la Academia es partidista entonces ¿en qué partido estamos? En ninguno, queremos el bienestar del país”.

Y nos hacemos cargo de ello, añadió Cabrero Mendoza. Si bien en el sexenio anterior hubo un incremento de la inversión de forma significativa y nos llenó de optimismo y energía, los últimos dos años no se pudo sostener y vino una caída. En ese sentido, el que presentamos es un documento autocrítico en mi caso, porque no logramos del todo lo que queríamos, aunque hubo cosas interesantes de qué estar orgullosos, pero ese no es el afán del libro.

Enrique Cabrero.

Enrique Cabrero.

No hay que perder el rumbo y hay que tomarse en serio la política científica y entender cómo su vinculación con los sectores productivos, sin ideologías, son la realidad global.

“Pensar que eso tiene una orientación ideológica, me parece una manera forzada de ver las cosas respecto a la realidad que tenemos en el mundo. El fin de estas reflexiones no es evaluar este sexenio que termina, se toca de pasada tanto de este como del sexenio anterior (…), pero querer dar otra orientación es forzar mucho las cosas, no lo hay. Los autores no nos pusimos de acuerdo en el análisis y diagnósticos, incluso nuestras reflexiones y propuestas llegan a ser distintas.

Un ejemplo de ello es el diseño institucional que proponen algunos autores; mientras Cabrero refiere que se debe regresar a la estructura anterior de Conacyt, ProCienciaMx y otros autores propugnan por la creación de una Secretaría de Ciencia o de una Fundación de CTI. “Este es un documento basado en lo pasado en las últimas décadas y está pensando hacia el futuro, no está hecho para pegarle a nadie ni hacer análisis y evaluación de este sexenio. Eso lo hará alguien más en otro momento”.

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Que la CTI sean prioridad 

Uno de los problemas en el avance de la política científica del país es que ha sido tangencial y complementaria en las agendas de gobierno, señalan los académicos, no obstante que, y ahora más que nunca, el principal recurso de los países es el conocimiento. “Necesitamos conectar la investigación con la innovación y el desarrollo tecnológico –dice Cabrero– (…), en los últimos años ha habido una marginación en el área, pero se necesita, por lo pronto, de un sexenio en que se pongan esas políticas públicas –que no de gobierno– como una prioridad y que tengamos una visión de largo plazo. Ya vamos tarde, pero todavía tenemos tiempo”. 

PROPUESTAS PARA CANDIDATAS (O)

El documento “Propuestas y reflexiones sobre el futuro de la política de ciencia, tecnología e innovación en México” no se ancla en el pasado, como dice su nombre, sino que ve a futuro, dice Cabrero. Busca generar resonancia entre las próximas candidatas (o) a la Presidencia, los miembros de la AMC, rectores, analistas y empresarios.

Sobre las candidatas, recuerdan, el equipo de Claudia Sheinbaum cuenta con dos ex presidentes de la AMC, Rosaura Ruiz y Juan Ramón de la Fuente, por lo que “confiamos en que habrá una escucha importante a estos planteamientos que se compilan en el libro y a otros muchos que no están ahí. Tenemos en este equipo a dos ex presidentes de la AMC y hay muchos vasos comunicantes con la comunidad científica. Lo normal sería que haya una enorme escucha de la comunidad científica y que estas y otras ideas se puedan incorporar como insumos muy importantes de la propuesta que hagan en su plataforma de campaña”, dijo el también miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM. En el equipo de Xóchitl Gálvez, agregó, hay comunicación a través de Juan Carlos Romero Hicks, ex director de Conacyt, quien articula estos temas.

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“Somos optimistas a que haya apertura para ser escuchados y dialogar”, dijo Seade Kuri. “Ambos equipos tienen claridad en cuanto a la importancia del papel de la ciencia y tecnología hoy en día”.

–De lo que ya no se puede dar lujo el país es de dejar las cosas como están y con la tendencia actual.

–De acuerdo, es importantísimo que se incremente el apoyo a la ciencia y a la tecnología, que sean prioridad en la agenda nacional, que no lo ha sido durante décadas, una marginación que se ha acrecentado en años recientes, dijo Seade Kuri.

–Estamos en una carrera en la que los países sin capacidad y propuesta clara en la generación de conocimiento y de desarrollo tecnológico, se quedarán rezagados y como consumidores de tecnología (…) México tiene que dejar esta inercia en su política científica, por el bien del desarrollo del país y de bienestar de la población, añadió Cabrero.

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