Ciento cincuenta años han pasado desde que se instaló en la zona rural de Río Hondo, Naucalpan, la fábrica de hilos y tejidos de algodón San José. Siglo y medio después, un proyecto científico y social llamado Coaliciones Urbanas Transformadoras busca encarar grandes desafíos que se han generado en la zona, como la alta contaminación del río, saturación de viviendas, pérdida de espacios públicos, dificultades en movilidad; así como fricciones entre industria y zonas habitacionales.

Actualmente, se calcula que más de 600 mil personas viven a lo largo de los 17 kilómetros del Río Hondo, lo que es superior a la población de ciudades como Veracruz, Cuernavaca o Acapulco. Para este gran grupo de seres humanos se busca sanear el río con proyectos de saneamiento, potabilización y reúso de agua, pero eso es sólo un componente visible que avanzará a la par de otro trabajo invisible: la construcción de foros y mecanismos para tomar decisiones de manera participativa.

El 8 de junio, el gobierno municipal de Naucalpan firmó un acuerdo de colaboración con el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) para trabajar juntos en el marco del proyecto Coaliciones Urbanas Transformadoras, que es financiado por el Gobierno federal alemán, a través de la Iniciativa Climática Internacional (IKI) del Ministerio de Ambiente, Conservación y Seguridad Nuclear (BMU).

El esfuerzo también es apoyado por el Instituto para el Medio Ambiente y la Seguridad Humana, de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-EHS), el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED) y el Instituto Alemán de Desarrollo (DIE).

“¿Por qué se escogió esa parte de Naucalpan? Porque tiene algunos de los desafíos más recurrentes en las zonas urbanas de México, pero al mismo tiempo tiene algunas ventajas que le permiten aplicar un nuevo modelo de trabajo”, explicó en entrevista con Crónica, Pablo Lazo, Director de Desarrollo Urbano y Accesibilidad de WRI-México.

Entre los desafíos que enfrenta la zona de Río Hondo, comenta Pablo Lazo, están la alta concentración de viviendas, pérdida de espacios públicos, deterioro de espacios naturales como el Río y el acelerado cambio de uso de suelo. Estos desafíos se repiten en otras ciudades del país y se escogió este lugar porque podemos incidir en su plan de desarrollo urbano a largo plazo. Por otra parte, entre las ventajas que presenta el trabajo en ese municipio está la gran cantidad de organizaciones vecinales y sociales que ya existen y con las que se puede construir la gobernanza participativa.

AGUA Y SOCIEDAD

El convenio de colaboración que firmaron el municipio de Naucalpan y WRI-México compromete a las partes a involucrar a la mayor cantidad posible de sectores sociales de esa región para promover la descarbonización, la reducción de emisiones y la incorporación de soluciones basadas en la naturaleza en la ciudad, incentivar el rescate de cuerpos de agua y rehabilitación de sus riberas, la recuperación de espacio público, así como la movilidad activa en el polígono que se determine.

“En cinco lugares de América Latina se realizarán proyectos similares y después de un periodo de tiempo se evaluará lo que sí funcionó y lo que no”, agrega el directivo de WRI-México.

En el caso de Río Hondo, del 2019 al 2021 se realizó todo el proceso de elaboración y aprobación del proyecto. En 2021 comenzaron a trabajar y ahora están en el segundo año de la primera fase. Después, el proyecto tendrá una segunda fase de tres años de trabajo y luego será evaluado.

Se contempla el desarrollo de un Laboratorio Urbano en Naucalpan que trabajará en la definición de un polígono en el que se implementen estrategias de soluciones basadas en la naturaleza y regeneración urbana, incluyente y sostenible.

TRABAJO A LARGO PLAZO CONTRA CAMBIO CLIMÁTICO

El proyecto Coaliciones Urbanas Transformadoras se impulsa en Naucalpan, Estado de México; León, Guanajuato; Buenos Aires, Argentina, y en las ciudades de Teresina y Recife, en Brasil. Su planteamiento centras es que, para ser sostenible, la descarbonización rápida tiene que ir más allá de las soluciones técnicas y debe ser socialmente justa. El proyecto facilita el establecimiento de coaliciones que incluyen a funcionarios de la ciudad, actores gubernamentales, ciudadanos, sector privado y otros actores relevantes. Ellos se reúnen y trabajan en los llamados "Laboratorios Urbanos".