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UNAM llega a 503 patentes e impulsa programas de innovación interuniversitarios

El Instituto de Biotecnología con 53; y la Facultad de Química con 51, las dependencias que más han patentado


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Los inventos universitarios que han sido patentados pueden ser transferidos o generar empresas de base tecnológica.

Los inventos universitarios que han sido patentados pueden ser transferidos o generar empresas de base tecnológica.

UNAM

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que sus programas de innovación y desarrollo en diferentes facultades e institutos han permitido que acumule hasta ahora 503 títulos de patentes otorgadas por el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI), además de que ha puesto en marcha programas interuniversitarios de colaboración, como el que ya opera con la Universidad de California.

El informe universitario se detalla que las dependencias de esa casa de esa casa de estudios que más patentes han registrado, a partir de investigaciones propias son: el Instituto de Biotecnología, con 53; la Facultad de Química, 51; el Instituto de Ingeniería, 49; la Facultad de Medicina, 36; y la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, 36.

La directora de Transferencia Tecnológica, de la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNAM, María Isabel Mascorro Velarde, quien asegura que la Universidad es semillero de futuros inventores.

“Hay muchas ideas, nosotros quisiéramos que se concretaran más, que tuvieran más tiempo para madurarse, para invertirles, porque el proceso de investigación es largo; de prueba y error, que llevado de manera constante puede dar muy buenos resultados”, asevera Mascorro Velarde.

Añadió que la UNAM tiene a numerosos estudiantes que obtienen primeros lugares a nivel mundial en diversos concursos, hackatones y certámenes temáticos.

Mecanismos de transferencia tecnológica

En la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNAM se trabaja a partir de diversas áreas y con distintos programas y estrategias para que los universitarios transfieran sus desarrollos y conocimientos para beneficio de la sociedad.

En la Dirección de Transferencia Tecnológica presentan los avances de sus investigaciones para que evalúen su patentabilidad -es decir, si son novedosas-, si tienen capacidad inventiva y aplicabilidad industrial, sus ventajas con respecto a productos que ya están en el mercado y la viabilidad para que sean adoptados por los diferentes sectores productivos. Si se obtiene una calificación positiva se procede a la protección de la propiedad intelectual.

El área de emprendimiento universitario está más enfocada a la atención de los alumnos y académicos, en algunos casos asociados, quienes presentan iniciativas para realizar un negocio propio. Hay una red de 15 incubadoras para estos proyectos y un laboratorio de ideas, donde los estudiantes pueden diseñar o identificar necesidades de la sociedad que pueden atender con un plan tecnológico, servicio o producto.

Además, está el Programa para el Fomento al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI) que anualmente premia las solicitudes de patentes con más fortalezas, se les otorgan recursos para madurarlas y que avancen en resultados que logren mayor interés para transferir.

De igual forma, se cuenta con el Consorcio UNAM-Tec de Monterrey para impulsar proyectos de amplia visión e impacto global, creados por investigadores de ambas instituciones. Hay varias modalidades: se abren convocatorias para madurar tecnologías, con algún aliado industrial, y se atienden retos de empresas y consumidores que son resueltos por binomios de investigadores.

Para potencializar la vinculación universidad-empresa en el país, se necesita que los sectores productivos tengan más confianza y busquen la ayuda de las universidades para resolver las problemáticas que detectan en sus empresas y la sociedad, así como para apoyar más investigaciones colaborativas. Esto incluye al sector público y el privado refiere Mascorro Velarde.

Se requiere también que los investigadores se acerquen más a estos sectores para orientar sus trabajos hacia estas necesidades y presenten alternativas viables. “Es un esfuerzo muy grande de ambas partes”, comenta.

Los emprendedores deben identificar requerimientos del mercado y generar nuevos productos o servicios. Las patentes pueden ser transferidas o ser base para que egresados funden nuevas empresas de base tecnológica y generen empleos para ellos y otras personas.

Continuidad. 

Durante la pandemia por COVID-19 la UNAM mostró su capacidad de reaccionar ante los problemas y registró un “boom” de iniciativas de investigadores y estudiantes de posgrado para dar solución a la emergencia. Se emitió una convocatoria junto con la Universidad de California para impulsar proyectos de académicos y alumnos de ambas instituciones; se presentaron 130 iniciativas, 19 de ellas recibieron financiamiento y están en etapa de maduración, como un lector de tomografías, desarrollo de moléculas y de una vacuna, además de un respirador portátil.