El aceite de oliva es uno de los componentes milenarios de la cocina, es un verdadero símbolo de la cultura mediterránea y de su gran expansión por el planeta. Hoy en día, además, este ingrediente es apreciado por su increíbles beneficios para la salud.

Los aceites sin químicos añadidos ayudan a regular el azúcar en la sangre y tienen propiedades antioxidantes, por lo que su uso se está propagando. Un producto de excelencia, además, no demeritará al alimento, sino que realzará sus cualidades.

El caso de México es ejemplar: se trata de un país que integró fuertes y vastas tradiciones culinarias precolombinas con la riqueza de la cocina española y eso significa la unión de dos ramas culturales que se integran, a su vez, por la mezcla de culturas y pueblos en perpetuo movimiento. De allí que la presencia del aceite de oliva gourmet resulte una forma de resaltar una cocina en sí misma extraordinaria.

Insertos en las corrientes mundiales que buscan una vida más apegada a la salud y el bienestar, los mexicanos aprecian la buena mesa y su salud. En efecto, uno de los elementos que ha tomado preponderancia para ellos en los últimos años es el cuidado de la salud, pensando en el largo plazo por encima de la satisfacción momentánea por comer sabroso. De allí que el aceite de oliva gourmet viva su mejor momento al permitir lo uno y lo otro.

Y, claramente, es que este tipo de productos y de corte natural han despertado la curiosidad de los consumidores para saber cómo se logra su calidad sin recurrir a procesos ultra industrializados. En la empresa Peña Luna, una firma familiar que produce aceites de máxima calidad, no sólo apuesta por agricultura sostenible en terrenos españoles tradicionales para el cultivo de olivos, misma que muestra a sus consumidores, sino que además han conseguido el premio al mejor aceite de oliva virgen extra o AOVE de Sevilla y ratificando su triunfo en esta misma categoría un año antes.

Los cuidados de Peña Luna sobre sus olivos logran los requisitos de acidez y pureza que logran el mejor AOVE ecológico que se puede consumir, pero lo hace a partir de una agricultura sostenible, es decir, cuidadosa de los recursos naturales.

En efecto, la agricultura que utiliza técnicas que mantienen la calidad del suelo y el agua y reducen la emisión de gases de efecto invernadero exige una dedicación constante de los productores, pero también les da un rango especial entre los consumidores, así que se crea un círculo virtuoso muy loable.

Lo que viene ahora para el AOVE ecológico es un mundo en el que el disfrute de la comida no podrá desasociarse del bienestar individual, particularmente la salud, y el bien común, en este caso incluyendo la conservación del medio ambiente.

El aceite de oliva es una grasa saludable que consumir en nuestra dieta, que encierra en sí una historia de miles y miles de años de la relación entre la humanidad y el olivo, así que disfrutarlo y valorar su calidad en nuestra mesa tiene un gran significado.