Cultura

"RASTROS"…, danza y música para mostrar los pecados capitales

Son los deseos humanos mediante historias ficticias que revisan cada uno de estos pecados, señala la coreógrafa Paula Villaurrutia

La escena del pecado capital que representa a la soberbia.

La escena del pecado capital que representa a la soberbia.

Liliana Velazquez

El montaje dancístico RASTROS… (Tratado coreográfico del deseo) se compone de siete coreografías que a partir de danza y música tradicional mexicana aluden a los pecados capitales. Éstas se estrenarán por partes en dos sedes: el Teatro de la Danza Guillermina Bravo (Centro Cultural del Bosque), el 26 y 28 de agosto y en el Teatro Elisa Carrillo del Centro Cultural Bicentenario (Texcoco, Edomex), el 29 de octubre.

“Abordo esto de los pecados desde un enfoque emocional y psicológico: ¿qué pasa en cada uno de éstos? No desde un enfoque religioso, ni para emitir juicios”, comenta la investigadora, bailarina y coreógrafa Paula Villaurrutia.

En su propuesta coreográfica, los deseos humanos cobran vida en historias ficticias, protagonizadas por un personaje que transita cada uno de estos pecados, para después desprenderse y dejar rastros de ellos en su camino.

“Se pueden presentar de manera individual o en conjunto, creando programas de larga duración. Para el Teatro de la Danza estamos armando un programa donde va lujuria, avaricia, soberbia y envidia; para el Elisa Carrillo irán otros pecados”, explica la creadora del montaje.

Una característica de su trabajo es que se basa en la danza y música tradicional mexicana, como el son abajeño, la pirekua, la danza de diablos, el son jarocho y el son istmeño, entre otros; así como elementos de “danza folklórica”, que se desarrolló a partir de la danza tradicional y sigue vigente en muchos pueblos de nuestro país.

CREACION.

Para Paula Villaurrutia, la corporalidad es un medio para abordar ciertas temáticas y su finalidad no es representar cómo se baila en un lugar específico o las costumbres de alguna región, como suele suceder en la danza folklórica. “Nos muestran un cuadro, dicen es Veracruz y así se baila en tal fiesta”, apunta.

“A mí me interesa la creación, tomando como base estos géneros y todo lo que aportan. Me doy a la tarea de alejarme de lo folclórico, esa estética nacionalista que su objetivo es dar una cara de nuestro país… me parece que los más dignos representantes de eso es la gente que lo hace, lo vive y tiene una razón de ser en sus lugares”, continúa.

Dice que suele decir que tiene un pie en la tradición y otro en la creación. Por ello sabe en carne propia que lo que se vive en un pueblo no se puede trasladar y señala que la escena y el hecho escénico tienen otra finalidad. Para ella es importante no hacer una “representación de” las danzas, sino contar una historia a través de ellas.

“Sin embargo, no me olvido de la importancia de conocerlos, acercarse a ellos y desde esa interiorización hacer el tránsito a una creación escénica para poder contar historias, decir el mundo -mi mundo- desde estas danzas y géneros que, a mí, son las que me conectan con la tierra”.

La coreógrafa indica que se da permiso a sí misma de crear y contar historias con los elementos que ha vivido desde niña, con los que se siente conectada con una responsabilidad.

“Para quienes nos dedicamos a esto no basta solamente aprenderte los pasos o saberte mover, sino saber que estas bailando, de dónde, para qué o por qué y desde ahí me doy permiso de poderle meter otro tipo de movimientos, sabiendo que mi finalidad es contarle algo al público”, agrega.

FUNCIONES

Teatro de la Danza Guillermina Bravo: Viernes 26 de agosto, 20:00 h y Domingo 28 de agosto, 18:00 h. El costo es de 80$ (con los descuentos habituales).

Teatro Elisa Carrillo del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario: Sábado 29 de octubre, 18:00 horas