Cultura

Los videojuegos muestran la apatía de adultos en la educación de niños: Hiram Molina

La obra de teatro "16 bits" reflexiona sobre la ausencia del padre, la soledad en familia y la absorbente tecnología, añade

teatro

Una escena de la obra 16

Una escena de la obra 16 "bits".

“Los adultos hemos sido irresponsables en el manejo de tecnologías. Le damos la responsabilidad de la educación de nuestros hijos a las consolas de videojuegos, a las aplicaciones de redes sociales, al Tik tok, al Facebook, a Instagram y entonces se crea una especie de realidad paralela en donde no tenemos una conciencia que existe una realidad”, señala Hiram Molina, autor de la obra de teatro 16 bits.

16 bits, dirigida por Anabel Domínguez para la compañía Haruki Teatro, reflexiona sobre problemas contemporáneos: la ausencia del padre, las repercusiones de la soledad en familia y la absorbente presencia de las tecnologías.

“16 bits corresponde a un tipo de videojuego que había a mediados de 1990, corresponde a una década de oro de los videojuegos de cuando se convirtieron masivos y el entretenimiento cambió. Los niños que antes jugaban en la calle empezaron a quedarse en su casa jugando videojuegos horas y horas, y no es que el videojuego esté mal en sí, sólo que no había supervisión de adultos y muchos niños de esa época crecimos creando un mundo alterno”, destaca Molina.

En la obra de teatro aparece Thea, una niña de once años que perdió la capacidad para comunicarse con el mundo, sus días transcurren inmóvil frente al televisor y conectada a una vieja consola de videojuegos de 16 bits, único recuerdo que tiene de su padre que era programador de dichos aparatos

“Uso el argumento del viaje del héroe. Thea tiene que recorrer un camino donde debe encontrar tres gemas que le van a permitir recuperar la memoria y ser consciente de que debe regresar al mundo real, madurar y superar el abandono de su papá. Me remito al viaje del héroe que se da en un videojuego como Zelda”, indica.

Molina expresa que abordar la soledad e indiferencia de los adultos hacia los niños es importante y más en un contexto donde la pandemia masificó las horas frente a computadoras.

“No es que los videojuegos sean malos, lo que busqué es hablar de la falta de interés, de la apatía del adulto, de cómo dejan delante de la consola y no le ofrecen otras alternativas a sus hijos que les permitan madurar de otra manera con la interacción social, el amor, el expresar afecto y la inteligencia emocional”, señala.

16 bits tendrá funciones hasta el 31 de octubre, los sábados y domingos a las 13:00 horas, en el Teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María La Ribera, Metro San Cosme).