Escenario

La actriz Sidse Babett Knudsen brilla en la Berlinale con el thriller carcelario ‘Vogter’

COBERTURA. La actriz danesa encarna a una funcionaria de prisiones ante un gran dilema ético, un thriller carcelario dirigido por Gustav Möller

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Los actores Dar Salim, Sidse Babett Knudsen y Sebastian Bull en la presentación del filme

Los actores Dar Salim, Sidse Babett Knudsen y Sebastian Bull en la presentación del filme

EFE/EPA/CLEMENS BILAN

La actriz danesa Sidse Babett Knudsen, que saltó a la fama con la serie Borgen, encarna a una funcionaria de prisiones ante un gran dilema ético en Vogter, un thriller carcelario dirigido por Gustav Möller que ha mantenido alto el nivel en el penúltimo día de competición en la Berlinale.

La película gira en torno a la relación entre Eva, la funcionaria, y un joven (Sebastian Bull) al que transfieren como preso peligroso a la prisión donde ella trabaja y que tiene algo que ver con su pasado, que no se desvela hasta el final.

Hay una contradicción gigante en el corazón del filme y es que en nuestra parte del mundo queremos que las cárceles sean lugares de rehabilitación, de perdón y segundas oportunidades pero también de castigo y destrucción”, señaló Möller.

“La película explora esa paradoja irresoluble”, agregó el director, que se dio a conocer con The guilty en 2018.

Si aquel filme se desarrollaba en un espacio único, una centralita policial de emergencias, Vogter apenas abandona el interior de la prisión, concebida como metáfora del “espacio mental” de Eva y de su viaje psicológico.

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A mi y a mi coguionista (Emil Nygaard Albertsen) nos gusta trabajar con restricciones, poner límites te obliga a ser creativo para encontrar soluciones y a no caer en lo convencional”, aseguró.

Para documentarse visitaron prisiones y hablaron con empleados y con personas que han estado presas. “Todos nos hablaban de esa sensación de improductividad, pueden transcurrir días sin que pase nada y de repente estalla la violencia”, señaló.

Parte de la tensión del filme se sostiene en la relación de poder que se establece entre la vigilante y el preso. “La primera parte es un poder literal y en la segunda aparece el poder emocional que nos lleva a un modo más surrealista de contar la historia”.

Möller mencionó uno de los testimonios que recabaron de un funcionario real que les confesó que había comenzado en ese trabajo porque “quería ayudar” pero que se había rendido porque no había tiempo ni recursos.

Cuando le pregunté porqué seguía ahí me dijo que no quería abandonar a sus colegas, lo comparó con ir a una guerra”.

Para Knudsen es una película que plantea “más preguntas que respuestas” y en la que “todo se plantea en torno a dualidades y contradicciones”.