La cultura es un territorio fértil para el desarrollo de nuestra sociedad. Y uno de los festivales que más ha aportado al crecimiento de la industria audiovisual del país es, sin duda, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés), reafirmando que, durante 25 años, ha sido un factor determinante para el crecimiento y consolidación de la cultura cinematográfica.

En plena ceremonia de inauguración de este 25 aniversario del GIFF, certamen que ha servido para consolidar y abrir paso a las carreras de muchos artistas tanto nacionales como internacionales, la directora del festival, Sara Hoch, se mostró muy agradecida con todos los que han formado la historia de esta fiesta del cine.

“Gracias por acompañarnos en esta celebración de 25 años. Agradezco a todo el equipo GIFF de este año, así como a los que han estado desde el primero y a lo largo de este cuarto de siglo. Yo sólo soy una portavoz de muchísimos colaboradores que han sumado algo al festival. También agradezco al estado de Guanajuato, San Miguel, Irapuato y León que han formado nuestra historia de cine en este lugar”, comenzó afirmando Hoch.

Asimismo, Sara enfatizó de forma nostálgica uno de los lemas más importantes de esta fiesta cinéfila y el alcance del mismo. “Hace 25 años gritamos ‘Más cine por favor’ y lo hicimos con coraje, mucha emoción y espíritu de querer hacer y ver cine, de poder compartir nuestras historias en momentos que eran sumamente complicados, tiempos en que los auditorios estaban llenos porque no teníamos trabajo. Un cuarto de siglo después podemos decir que por fin tenemos una industria cinematográfica, sana y con mucho trabajo. A veces es difícil poder juntarnos así porque están grabando o trabajando en algún proyecto pero eso no disminuye el gran esfuerzo que se hace para estar aquí por parte de todos, en esta celebración”.

“El GIFF ya forma parte de un retrato que muestra el trabajo en equipo de un cine que nos tocó vivir. Es una muestra del hambre por trabajar en conjunto y levantar juntos a esta industria. Estoy llena de gratitud de poder formar parte de la historia del cine mexicano aquí en Guanajuato. Muchas gracias a todos”, declaró finalmente la directora del Festival Internacional de Cine de Guanajuato.

Después de los actos protocolarios de las autoridades estatales así como de un bello video retrospectivo que repasó la historia de esta fiesta desde que comenzó como Expresión en Corto hasta lo que es ahora, la ceremonia que contó con invitados como Roberto Sosa, Ramón Medina, Arcelia Ramírez y Kristyan Ferrer, continuó con el merecido homenaje por los 50 años de carrera artística de la maestra Adriana Barraza.

De manera sorpresiva, Alejandro González Iñárritu mandó un mensaje grabado al festival que sirvió como introducción para rendir tributo a la actriz. “No tienes idea el gusto que me da que esta noche el GIFF te celebre tus primeros 50 años de carrera artística y que de inicio a los próximos 50 que te quedan aún para darnos. Te mereces esta Cruz de Plata, espero te sientas muy orgullosa y te aplaudan mucho”, mencionó el realizador.

“He tenido el privilegio de dirigirte en dos proyectos que han sido experiencia maravillosas, profesionalmente y humanamente. En todo sentido he aprendido de ti pues tienes una sensibilidad, una observación y bagaje muy grande con el que activas todos los botones emocionales para representar la gama compleja que somos. Destaco la forma y respeto que tienes por tu trabajo, cómo comunicas tus ideas y la integridad que tienes con todos los que trabajamos alrededor de ti. He sido testigo y privilegiado de tu trabajo, te estimo muchísimo, te hecho de menos y quisiera estar ahí dándote un abrazo y celebrándote como mereces. Tómate un mezcal de más por mi que yo me tomaré uno por ti. Muchas felicidades”, agregó el director que no pudo asistir debido a que aún está enfocado en su más reciente filme, Bardo.

Posteriormente, un video donde se mostró una recopilación de su medio siglo de carrera, que causó una ovación de un minuto por parte de los asistentes, fue el perfecto acto introductorio para que Barraza tomara el escenario y ofreciera un emotivo discurso para luego recibir la Cruz de Plata del GIFF y la Medalla de la Filmoteca de la UNAM.

“Gracias por darle al cine mexicano y mundial esta apertura tan hermosa al haber sido y seguir siendo cuna de todos los que vienen, de los que ahora están soñando justamente con que algún día serán cineastas. Felicidades a este gran festival, a Ernesto y a Sara, una fuerte y gran mujer que es un gran ejemplo para todos”, inició dedicándole unas palabras al festival.

“Cincuenta años es mucho tiempo, sé que muchos de ustedes ni siquiera tienen la mitad. Muchas gracias por estar este momento conmigo, por considerarme digna de tener este homenaje para ayudarme a cumplir cinco décadas de carrera donde no me queda más que mostrar gratitud a mis maestros, desde los primeros en Toluca, así como a todos los directores con los que he trabajado, no sólo a Alejandro cuyas palabras me han conmovido tanto, a ese ser humano que conocí en Amores perros y que aún no era el laureado y reconocido realizador que ahora es”, añadió.

La muestra de gratitud continuó por parte de la primera actriz que hizo de ésta su noche. “Agradezco a todos, desde el primero que me vio en teatro pasando por aquellos en cine y televisión hasta el día de hoy porque no creo que ningún actor pueda llegar a buen puerto sin su mano. Luego se nos olvida cuando nos va muy bien o a veces maldecimos cuando nos va mal”, dijo en tono de broma, “pero quiero reconocer a todos los que me llevaron de la mano y me hicieron descubrir que podría trabajar de otra manera. A partir de lo que hice en su ópera prima y lo que me enseñó como director que después me llevó a Babel, donde sin el trabajo que hice de su mano en esa cinta, no estaría aquí en frente de ustedes, pues eso fue lo que me ayudó a hacer más cosas frente a la cámara y dejar un poco el papel de estar detrás de ella”, rememoró emocionada Barraza.

“Agradezco a los que me enseñaron y sobre todo a los que nunca me voltearon a ver porque en un momento dado, me enseñaron a salir solita de donde estaba y decidir que no me hundiría, algo que creo nos pasa a todos. A todos aquellos amigos, productores que han creído en mí y me han acompañado para llegar hasta donde uno puede. Finalmente ofrezco este gran momento a mi esposo, con el que he estado de la mano por 20 años enfrentando todo tipo de situaciones en esta vida, a mi hija y mi nieto que son el corazón de mi corazón y sin ellos mi vida sería muy poca cosa. También lo dedico a mis alumnos, jóvenes que piensan, sienten y tienen el deseo enorme de que un día su trabajo estará en la pantalla, a mis compañeros por haberme mirado, por que nuestros personajes se encontraron en muchas historias. Muchísimas gracias”, manifestó al borde de las lágrimas Adriana.

“La semilla de la actuación es escucharse en la palabra, en el corazón y comunicarse, sin eso no hay nada. No queda más que decir que la lección que me ha dejado esta carrera es que sin disciplina, sin pasión o estudio no se logra nada. Lo que le da un seguimiento a mi trabajo es la persona que soy hoy. Todos los días me gano el respeto de todos, no hay posibilidad de hacer nada si uno no tiene disciplina, amor y trabajo. Con mi corazón afirmo que el cine siempre está con uno así que pido más cine por favor y si es mexicano, mejor”, concluyó la galardonada actriz.

Como cereza del pastel a una velada llena de recuerdos y emociones, se presentó el cortometraje animado de Samuel Kishi Leopo, con una pequeña introducción por parte de su hermano y así dar por iniciada la vigésimo quinta edición del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, en donde esperamos ver más cine, por favor.

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