Escenario

'Armaggedon' de Valgur: Canciones con semblante de ternura radical

RESEÑA. El disco es un performance, una invitación hacia la alegría y felicidad, bailando entre el dolor y la desgracia para llegar a ello

música

El dueto Valgur.

El dueto Valgur.

CORTESIA

Oaxaca, un sitio maravilloso y lleno de misticismo por donde se le vea y escuche. Aunque a decir verdad, algo como lo que está atravesando, a nivel musical, por nuestros sentidos originario de ahí, es algo sin precedentes.

El Armaggedon y revolución de ideas sociales viene en par dentro de una resonancia magnética de frescura a cargo de los hermanos Valdivieso Gurrión; Elizabeth y Hugo, quienes nos muestran un mundo que nos incumbe dentro melodías armoniosas y amables, pero letra con contexto social denso.

Armaggedon es la segunda producción discográfica de Valgur tras un amplio recorrido en directo de varios de sus temas por la capital mexicana, así como algunos estados de la República, en los que han ido adquiriendo más experiencia y una calidad cada vez más resaltable.

Dentro de éste segundo material, los contrastes son palpables entre lo dulce y cálido de su sonido, y justamente lo inquietantes que pueden llegar a ser las líricas de los temas puntales y profundos a los que tocan. Es decir, si bien a resumidas cuentas Valgur son música pop, no es un pop común y convencional simplemente echado al aire.

Lee también

Una Noche de Brujas V apresurada con Margaritas Podridas, El Shirota y más

ÁNGEL SANTILLÁN
Margaritas Podridas encabezaron el cartel de la noche

Del free jazz en un intro distorsionando y dando pie al Lo-fi y Synthpop, llega “Bola Oro”, uno de los últimos sencillos y, de una, también uno de los mejores temas en español del 2023. Toda una marcha de ritmos ochenteros que bien podrían resumir gran parte del concepto de Armaggedon.

Y no se diga de “Máscara de niña”, la canción que bien podría ser la representación auditiva a la bella portada del álbum en ánime creada por el ilustrador Luis Campos. Una canción que sí bien suena adorable, claro que esconde un trasfondo oscuro en su letra a pluma de Elizabeth.

Mucho de eso mismo se antepone sobre el solo de sax, cajas de ritmo y secuencias de “Muñeca mecánica”, un contexto frívolo al qué Elizabeth se contrapone, más que como artista, como una representación femenina en una metáfora qué crea conciencia.

El placer es sin duda una meta gradualmente bien lograda a manos de la producción de Hugo, pero es el dolor forma parte la fórmula creativa de Valgur; porque para lograr la felicidad se necesita el sufrimiento, el caos; de eso habla un poco “Hijos del caos”, el primer sencillo qué abrió camino a esta nueva era de los hermanos Valdivieso. 

Portada de 'Armaggedon' de Valgur.

Portada de 'Armaggedon' de Valgur.

CORTESIA

El transcurso de Armaggedon en lo musical es simplemente bello ante todo el conjunto de elementos y mezclas de sonidos, como aquel inicio muy de trash-metal en “Virgen del apocalipsis” donde Tessa Ia colabora con su voz; una intervención de la Radio Zapandú a mitad de “Desbarajuste”, que a su vez esta misma se enchufa con “El Castillo de la Pureza” en colaboración de Denise Gutiérrez (y que, por el nombre, no sé si tenga algo que ver con la obra cinematográfica de Arturo Ripstein en 1972), misma que es una de las piezas más interesantes del álbum.

La pieza final que da nombre a esta segunda entrega del dúo es una oda de baile vaporwave y funk. Armaggedon es una dualidad entre la producción sublime y llena de vida con aparatos análogos y digitales por parte de Hugo, y una pluma e interpretación de Elizabeth sobre temas sociales a los que se debe prestar más atención.

Armaggedon es un performance, una invitación hacia la alegría y felicidad, bailando entre el dolor y la desgracia para llegar a ello. Las palabras son tacto y se acompañan de emociones para repercutir en quien escucha el disco. Eso es Armaggedon y Valgur. Son ternura radical.