‘Desaparecer por completo’, una experiencia cinematográfica sensorial
ENTREVISTA. Luis Javier Henaine, director detrás de esta propuesta, y Teté Espinoza, coprotagonista del filme, nos dan detalles de la película que compitió en festivales como Morelia y Mórbido
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Fotograma de 'Desaparecer por completo'.
Después de su paso por festivales como Morelia o Mórbido, llega a cines el estreno de Desaparecer por completo, una historia que mezcla la sensación del thriller con el folclore mexicano de la brujería. En Crónica Escenario charlamos con Luis Javier Henaine, director detrás de esta propuesta, así como Teté Espinoza, coprotagonista del filme estelarizado por Harold Torres. Esto fue lo que nos contaron.
En el filme Harold da vida a Santiago Mendoza quien es el mejor fotógrafo de nota roja de la Ciudad, pero su profesión lo ha vuelto insensible e incapaz de mostrar afecto con nadie. Una noche, Santiago intercepta una llamada de emergencia y a pesar de las advertencias de la policía, se infiltra en una misteriosa y perturbadora escena de un crimen. Al poco tiempo, Santiago comienza a sufrir un misterioso padecimiento que le hará perder, uno por uno, los cinco sentidos. Sin saber qué tiene o por qué, Santiago deberá encontrar una cura a este mal, antes de que el mundo que conoce, desaparezca por completo.
“La intención de esto era contar la película desde el punto de vista de Santiago, estar con él todo el tiempo y todo lo que veamos en la película tiene que ser a través de sus ojos para que eso que le sucede después me funcione y esté ligado y entonces la gente pueda entender lo que está pasando”, planteó de inicio Henaine sobre la premisa de su tercer largometraje. “Si me hubiera puesto a ver otros personajes alternos o paralelos al relato, no sé si hubiera funcionado tanto”.
Y es que una de las partes fundamentales de Desaparecer por completo es la experiencia sensorial que atraviesa Torres. “Con el sonido quise hacer lo mismo y que también desde que lo leí dije, voy a hacer esto, pero salió Sound of metal y me ganaron la idea y les quedó cabrón. A pesar de ello decidí seguir por el mismo camino, no importa, pues mi cinta se trata de alguien que se queda solo, otra cosa totalmente distinta. Desde un inicio les dije a los encargados del diseño y la mezcla de sonido lo que quería”, señaló Luis Javier.
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“Hubo ciertas resistencias, probamos muchas cosas para ver cómo funcionaba y al final los convencí a ellos y al productor, Pablo Zimbrón, de hacerlo. Además, los primeros sentidos que pierde Santiago era un poco más complicados por lo que ahí jugamos a acercarnos más para fijarnos en estos detalles donde Santiago está utilizando los sentidos bien, como disfrutando de su café, su cigarro, del olor, de lo que sea. Luego ves la contraparte cuando empiezan a fallar estos sentidos como ya no lo siente”, añadió el también director de Solteras.
La combinación entre thriller y terror evoluciona poco a poco en el relato, aunque para Teté Espinoza, no le tocó estar mucho en esos momentos, salvo por una escena en específico. “La verdad es que cuando leí por primera vez el guión, había más sangre para mí en ella y eso me puso muy nerviosa. Pero al mismo tiempo me emocionó”, explicó.
“Después le quitaron un poco de ello y me puso muy triste. Pero finalmente sí vimos esa escenita en donde ella está ensangrentada ya que le pasa algo. Fue muy padre el trabajo en equipo de los efectos especiales y el maquillaje para hacer sentir que es real lo que vemos”.
Espinosa interpreta a Marcela, que se vuelve clave para el desarrollo del arco de Santiago, interpretado por Harold, con quien tuvo un gran compañero de trabajo. “Es súper generoso, amoroso y respetuoso, pudimos trabajar perfectamente, incluso en las escenas de la intimidad. No hubo absolutamente ningún problema para poder comunicar al espectador que están pasando por una situación difícil como pareja. Entonces hubo mucha plática al respecto tanto con Luis Javier como con él y la verdad todo suma para que los personajes puedan verse más naturales en una relación real”, enfatizó la veracruzana.
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Asimismo, Henaine apuntó que no fue tan sencillo el poder crear ese balance de thriller y terror. “Fue un trabajo muy exhaustivo con la diseñadora de producción, pues desde un inicio justo queríamos lograr retratar la realidad de México. Es muy interesante porque mis películas anteriores, lo había retratado desde otro lente, mucho más colorido, incluso un poquito fantástico, por así decirlo. Aquí quería realmente ver lo que es este país y su realidad día a día”.
“A la hora que estábamos haciendo escenas como la del mercado de Sonora, recuerdo que querían hacer un mercado en otro mercado, poner unas tienditas ahí en otra locación. Pero no, insistí en que teníamos que ir al mercado porque tenía que sentirse, porque además es una cosa de energía, algo que cuando llegas ahí, lo sientes de inmediato. Solo pudimos filmar en la noche y mantuvimos algunos de sus locales abiertos”, recordó el cineasta.
“Pero una de las cosas que más nos costó trabajo fue el ritual que aparece en el filme de manera que no se viera chafa, que sí nos creamos que es un chamán, que tenga elementos que no cayeran en lo burdo o la broma. Vimos muchos rituales en YouTube, hay miles ahí de satanistas, no satanistas, de brujos de acá o de Catemaco. Tomamos muchas referencias de ello observando qué nos gustaba y nos parecía bueno. Hicimos como una mezcla de cosas, pusimos unos diálogos con un especialista en lenguas indígenas”, agregó.
Uno de los grandes méritos para lograr ese balancees gracias a su director de fotografía. “Al final Glauco tuvo la buena idea de hacer un dolly circular que hace que todo esté siempre en constante movimiento. Eso fue lo que hizo que, de alguna manera, captara muy bien el momento. Cuando Ricardo (Aguado-Fentanes), guionista original del proyecto, vio la película por primera vez, me dijo que reflejaba exactamente lo que a él le pasó. Todo eso fue por pura investigación”, afirmó.
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Aunque pareciera algo lejano, la brujería es algo que resulta mucho más común de lo que se cree en México. Pero a veces, hay cosas muy extrañas detrás del mismo. A pesar de ello, Henaine se sumergió en la investigación de este tipo de fenómenos. “Fue en lo que me clavé más, a mí siempre me ha intrigado mucho el tema y le tengo cierto respeto. Me interesa mucho pero a distancia, no es algo en lo que esté metido. Curiosamente, cuando tú empiezas a trabajar en algo, la vida te pone en situaciones y en contacto con gente que tiene algo que ver con esos temas. Cuando empecé a desarrollar este proyecto, me topé con amigos que resulta que están metidos en este tema, que tenían historias sobrenaturales que me contaron y que me costó creer. Había vivido toda mi vida sin haber estado en el tema”, recordó.
Si bien no hubo anécdotas escabrosas en el set, Luis Javier compartió algunas anécdotas que sus allegados habían vivido. “Una vez fui a dejar a un amigo a su casa y me dijo: ‘ven, te quiero enseñar algo’. Entonces, me mostró como afuera de su edificio había una cazuelita con un pollito muerto y un papelito con un liquidito ahí raro. Entonces me dice ‘esto es brujería, es un trabajo de alguien del edificio’. También me contó otra historia de un conocido que en un ritual energético se quedó ciego. A lo largo de todo este tiempo con todas estas historias, pues cada vez creía más”, acotó.
“Personalmente he ido, por curiosidad meramente, a lecturas y cosas así, que si el tarot, que si la limpia de esto, que si el otro. Si bien hay muchos farsantes, hay quién sí tiene esta capa. Y me han dicho cosas que no hay manera que supiera. Entonces, es algo muy interesante, leí bastante, y vi entrevistas. Hice bastante investigación ahí sobre este tema que desconocía mucho antes”, añadió el cineasta.
A su vez, Teté menciona que, aunque no era fan del terror ni de cintas de este tipo, no quiere decir que no crea en estas situaciones extra normales. “No soy escéptica a esos temas. Me lo han dicho varias veces, pero no es así, sino todo lo contrario. Solo he decidido alejarme porque sí creo y me parece que cada vez que te acercas más, abres puertas. Son otros mundos que si tú vas y entras, pues encuentras. Entonces, prefiero marcar mi distancia y vivir el mundo que me gusta vivir. Pero soy actriz, me gusta la ficción y por supuesto que también le entro a este tipo de relatos”, aseveró.
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Algo que justamente atrajo a la actriz de esta historia es que se aparta de los clichés habituales y muestra algo muy mexicano al respecto. “Creo que es importantísimo porque esta historia no es un cliché o una copia del thriller y el terror que vemos la mayoría de las veces en los cines donde simplemente hay un fantasma que te espanta y que te hace la vida imposible y que te mata, o que entran a las casas embrujadas y te hacen la vida de cuadritos. Nuestra película se aleja de todo eso porque toma este amarillismo, el morbo que tenemos como cultura mexicana y lo explora”.
“Todo el tiempo estamos viendo nuestros puestos de revistas con imágenes bastante fuertes. Para mí eso es pornografía, pero lo compran y a la gente le gusta. Pasa también en la televisión, existe mucho amarillismo y nota roja que nos define mucho como cultura. Por otro lado está la magia, lo sobrenatural y específicamente la brujería, que también es parte de nuestra cultura y a pesar de que hay mucha gente que no cree en eso, yo sí creo y eso es parte de la magia”, confesó Espinoza.
Pero a pesar de no ser escéptica, la joven actriz sabe pintar la línea entre los peligros que hay más allá de nuestra realidad. “La gente que sabe o que en algún momento, como yo, decide mejor no abrir puertas, creo que nos define. Todos conocemos y hemos recurrido a ello. En algún momento nos han leído las cartas o la mano, nos pasan la ramita o un huevo para las limpias. Es algo que existe en nuestra cultura a lo que solemos temerle todo el tiempo”, declaró tajante.
Finalmente, Luis Javier y Teté hablaron del miedo a perder los sentidos y cuál de ellos les aterrorizaría más no tener. “Para mí como director claro que es la visión, pues no sabría qué hacer. Aunque ya hay una cinta con tintes cómicos de Woody Allen que habla del dilema de un cineasta que está perdiendo su vista, no sé qué haría si de repente no pudiera percibir lo que me rodea con la vista”, expresó el cineasta.
“Para mí, todos son muy importantes porque si pierdes el oído o el tacto, el equilibrio físico ya no es el mismo. Ni que decir de lo visual. Pero creo que me inclino por el sentido del tacto, pues el no poder sentir nada ha de ser espantoso. Al menos si pierdes la visión, escuchas y puedes empezar a sentir por medio del oído. Tocas, sientes y te imaginas lo que ya conoces”, meditó la actriz. “Pero el sentido del tacto, perder y no sentir nada como las texturas de las cosas, pues es como ya no estar. Por eso por ahí va la película de Desaparecer por completo, porque él, al perder los cinco sentidos, tiene que reaccionar rápido, porque si no el mundo que él conoce va a esfumarse totalmente”, concluyó.
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