Escenario

Emerald Fennell y ‘Saltburn’, una comedia sobre la aristocracia que “crea simpatía por su lado perverso”

ENTREVISTA. Es uno de los filmes protagonistas de la temporada de premios de Hollywood y su directora junto al productor Josey McNamara nos dan detalles de su llegada a México

cine

Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

Cortesía

Una de las cintas más esperadas de este año es, sin duda, Saltburn, el segundo largometraje de Emerald Fennell (Hermosa venganza) que trae una crítica hacia la aristocracia además de temas como la búsqueda de la aceptación y los límites que cruzamos para obtenerla en medio de un ambiente elitista.

En Crónica Escenario pudimos charlar con la directora y guionista de este proyecto, así como el productor Josey McNamara sobre este prometedor proyecto con la mordacidad característica de su autora.

Ha sido muy emocionante poder estrenar la cinta en cines, así es como la pensamos, como una experiencia en este cuarto oscuro rodeado de gente extraña, lo cual ya es una dinámica fascinante”, reflexionó la nominada al Emerald Fennell.

“En cada proyección nos ha ofrecido reacciones diversas, desde gritos, disgusto, chillidos, gente retorciéndose y jadeando, toda una montaña rusa de emociones. Cuando puedes sentir esa respuesta visceral de la audiencia es algo muy especial”, añadió.

McNamara compartió el sentir de Emerald: “Se siente como un largo viaje para llegar al fin a esto. Cada semana se acerca el momento para que toda la gente mire la cinta y francamente es emocionante ver a la gente saliendo de la sala teniendo conversaciones y reacciones de todo tipo, ha sido un proceso muy divertido”.

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Parte de lo impresionante de Saltburn es el gran elenco con el que cuenta, algo de lo que también ofreció detalles la realizadora. “Lograr armar un ensamble así es similar a una cita pues estás en búsqueda de química, de ese elemento de sorpresa. Me gusta conocer primero a los actores, charlar con ellos y ver si podremos lograr pasarla bien, si tendremos una confianza mutua para meternos por completo en la piel de los personajes. Y esa es la primera etapa de todo”, enfatizó la realizadora y guionista británica.

Además, hablamos de histriones que tienen un talento supernatural. Barry Keoghan es alguien a quien, mientras miras más de cerca, más lejano está. Es brillante y hace de Oliver ese individuo enigmático y complicado”, agregó, alabando la labor de su protagonista.

Lo impredecible del actor y su fuerza fueron un reto para la también guionista y productora oriunda de Hammersmith. “Fue emocionante porque él tiene un talento específico que pocas veces se ve. Con Barry, buscas constantemente las texturas en todo lo que realizaba. Siempre está en contra de la corriente. Si bien todos tenemos nuestras idiosincrasias y respondemos a nuestra manera, amando o rechazando cosas que son desagradables. Todo eso lo proyecta él sin miedo a nada y es una virtud extraordinaria”.

fotograma del filme.

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Si bien Keoghan es quien lleva la batuta de todo, alrededor de él están Rosamund Pike, Jacob Elordi y otros que lograron sorprender incluso a Josey. “Quedé impresionado con la dedicación de todos. Creo que ellos entendieron bien lo que Emerald quería decir en el filme y cómo destila su visión a las personas. Todos entendieron lo que buscaban hacer así como las partes donde podían empujar o presionar. Nunca tuvieron miedo a hacer o intentar algo, fueron bastante maleables para ver lo que la cinta necesitaba de ellos”.

Asimismo, ambos hablaron de la paradoja que presenta el filme ante la búsqueda de aceptación y las políticas se poder personal que chocan entre sí. “Nuestra vida siempre tiene esa indagación por ser aceptados por otros que jamás nos darán ese punto. Eso es parte del ser humano. Todos en algún momento nos abocamos a esa necesidad de aceptación”, dijo la cineasta.

En ello, nos mostramos constantemente esquivos y cambiables. Y creo que, ya sea por el poder de la seducción, la forma en que te presentas en ese proceso así como cuando buscas congraciarte con alguien más, tienes que mostrarte dinámico. Buscamos siempre complacer y esa dinámica de poder me interesa mucho pues me parece que ahí radica la raíz de nuestra sociedad”, manifestó Fennell.

La guionista confesó que, a pesar de la personalidad problemática del protagonista, es un personaje que nació de algo muy personal. “Oliver es alguien con quien me relaciono muy bien. Creo que se anunció a sí mismo como un amigo imaginario para mí hace unos años atrás. Estaba ahí presente todo el tiempo y no podía sacarlo de mi mente. Recuerdo que terminé de escribir el guion durante el COVID porque el filme también habla de ver constantemente algo pero no ser capaz de tocarlo y cómo eso te afecta”, comentó.

Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

Cortesía

“Vivíamos en un mundo donde justamente eso nos pasaba a través de monitores o pantallas que explotaron un lado voyeurístico en todos. Oliver representa a todos nosotros, si bien es un paria, es motivado por el amor, el deseo y todo eso que nos atrae pero también quiere quitarse una picazón imborrable. Y él se rasca hasta llegar al hueso y lastimarse. Fue personificar todo lo que yo sentía en su momento”, confesó.

Una dupla interesante que se cierne en el panorama de Saltburn es la de Fennell con Carey Mulligan. “Ella es una persona extraordinaria y muy talentosa. Le envié este guion en plan de amigas y hablé con ella al respecto cuando me pidió que quería ser la pobre Pamela sin importarle que solamente saldría en tres escenas”, expresó.

Gracias a la confianza que tenemos, pudo hacer un papel de comedia ácida brillante cuya pequeña intervención resulta determinante porque es objeto de burla. Es tratada de forma abominable y sabe que no tiene a donde ir así que padece la indignación de esa mofa diariamente. Es el factor humano colateral en esta familia retorcida”, afirmó.

“Definitivamente Carey tiene un don para el humor por el que no se le da crédito suficiente. Además ella también se entregó a su papel, cambiando su apariencia y algunos pequeños detalles que resaltaban la personalidad de su rol. Es admirable que busque salirse del drama y busque opciones como ésta que la hacen romper moldes. Y coincido en que ella y Emerald tienen casi una conexión telepática que las hace entenderse de perfecta manera y eso se percibe en la pantalla. Es un placer poder trabajar con esta gran mancuerna”, ratificó McNamara.

Imagen de la directora.

Imagen de la directora.

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Hablando de personajes importantes, no podemos olvidar la locación de la mansión de Saltburn. “Fue de lo primero que hablamos después de que leí el guion. Fuimos afortunados en dar con este lugar que no se había visto antes y que se sentía original para la audiencia en términos de lo que han experimentado previamente”, recordó Josey.

Afortunadamente Emerald se dedicó a encontrar esta casa donde pudiéramos fluir orgánicamente pues nos permitió involucrarnos de lleno con la familia, desarrollar sus personalidades y para que el crew también pudiera conocerse mientras filmábamos. Con ello todos entramos en el sentimiento de la historia, permitiéndonos sentir los momentos de tensión en la misma para actuar y reaccionar de forma debida”, siguió.

A ello se suma el diseño de vestuario y producción que acompaña a cada una de las personalidades de los protagonistas, detalle fundamental para la visión de Emerald. “Todos los pequeños detalles, desde los hilos sueltos hasta las manchas de ceniza forman parte de cómo cuentas tu relato”, aseveró la británica.

Al hacer una película puedes ser muy específico y expresivo con los recursos que tienes. Todos esos factores son coprotagonistas que nos cuentan algo del relato, son como armas que tienes a tu disposición. Aquí, el vestuario de cada uno es determinante pues todo gira alrededor de las apariencias, presentaciones y la aceptación. Cada pedazo de tela, bufanda, saco o cualquier pieza define lo que cada rol es y enfrenta”, explicó.

Pero es esa mirada crítica y retorcida de la aristocracia lo que caracteriza ahora a Saltburn, algo que, en palabras de su directora, no fue tan complicado de capturar. “Hay una especie de aspecto fascinante y único en el sistema de clases británico que se caracteriza por ser resbaladiza. Existe una razón por la que muchas de nuestras más grandes cintas hablan de esa aristocracia, son casi como un subgénero que interroga todos los aspectos de la misma que están constantemente en intersección pero lo que hago es cuestionar nuestra relación sadomasoquista con las casas, las personas y todo lo que usualmente amamos de esa aristocracia que tanto amamos”, expresó.

Sabemos lo que son y deseamos formar parte de ello, muchas veces sin importar el costo pero llegar ahí te desarma. Ellos roban tu poder de una forma interesante, a través de amor y encanto, mostrando una luz brillante hasta que se aburren de ti y te abandonan. Es una comedia de modales satírica que solamente funciona de manera emocional a través de las formas seductoras que crean esa simpatía por el demonio. Con ello no quiero decir que la aristocracia sea diabólica en sí, pero si creo que todos tenemos un lado perverso”, expuso Fennell.

Finalmente, Emerald aprovechó para agradecer el interés de Margot Robbie, quien coproduce Saltburn con LuckyChap, casa productora que este año también sumó un gran éxito en su historial con Barbie.

Ella estuvo involucrada también en Hermosa venganza y creo que junto a Josey y Tom han hecho un gran trabajo. Ellos han probado, sobre todo este 2023, que cintas subversivas, complicadas e inteligentes pueden ser muy populares. Recuerdo que mucha gente quería cambiar mi ópera prima y hacerla más comercial pero Margot y Josey fueron tajantes al apoyarme con el proyecto tal cual era. Y ella es alguien llena de energía que es capaz de construir un palacio rosa hermoso en las ascuas de Hollywood”, comentó.

McNamara, socio de Robbie, hizo hincapié en la forma de apoyar a los creativos y sus relatos. “Siempre procuramos apoyar sus visiones y estamos comprometidos a hacer lo que ellos tienen en mente sin cambiarlo. Estamos conscientes de que no siempre seremos los apropiados para algunos pero si es así, invertiremos en ello para asegurarnos de que resulte todo como debe ser, respetando las motivaciones de todo”, dijo.

“En este caso, con Emerald entendimos que todo tenía un sentido y los personajes eran relacionables emocionalmente con la audiencia. Buscamos siempre crear proyectos que sigan provocando charlas de aquí a 10 años, no queremos hacer historias olvidables”, concluyó.

El filme es protagonista de la temporada de premios actual y puede verse en México desde este 22 de diciembre.