Escenario

‘Al filo del abismo’, un filme incapaz de provocar temor

El filme de Howard J. Ford cuenta con un guion que no desarrolla a sus personajes, fallando en crear un thriller que mantenga al espectador en la tensión de la persecución

corte y queda

Foto detrás de cámaras.

Foto detrás de cámaras.

Cortesía

Los thrillers de supervivencia suelen revelar sus cartas de manera bastante clara. Pones a una persona bajo cierto peligro inminente en un lugar inesperado, el/ella tiene que hacer lo imposible para escapar hasta que, al final, se enfrenta a los perseguidores y toma un poco de venganza ante aquellos que buscaban hacerle daño. Una fórmula bastante simple que, de ser bien ejecutada o dirigida, puede resultar entretenida o incluso sorpresivamente atractiva.

Sin embargo, si alguna pieza de esta fórmula probada no funciona del todo, resulta complicado poder sentir el miedo, temor o amenaza que el protagónico pase. Tal es el caso de Al filo del abismo, del realizador Howard J. Ford; con un guion que no intenta desarrollar a sus personajes y va directo al punto, fallando en crear un thriller que mantenga al espectador en la tensión de la persecución.

La historia se centra en Kelly (Brittany Ashworth), una joven que decide emprender un viaje a las montañas con su mejor amiga para escalar y tratar de superar ciertos fantasmas del pasado. Pero lo que sería un viaje de placer se vuelve en una carrera por sobrevivir cuando presencia el asesinato de su acompañante por parte de unos niños ricos que buscarán atraparla y eliminarla, acabando así con la única testigo de aquel crimen. Sin otra salida, Kelly y sus persecutores no tendrán más opción que escalar la montaña y procurar no morir en el intento.

El realizador de la cinta se caracteriza por una filmografía en la que la acción irregular suele ser una constante. Aquí, trata de explotar el vértigo a las alturas y los riesgos de una escalada bajo presión con miles de obstáculos; pero falla en generar un adecuado desarrollo de la protagonista —mientras pasa las de Caín—, su relato de supervivencia se va diluyendo hasta volverse algo anecdotario o hasta intrascendente.

Foto:

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Resulta mucho más interesante lo que intenta hacer con el cuarteto de ricachones, dirigidos por Josh —un psicopático Ben Lamb—, un villano arrogante que se dedica a intimidar a sus ‘mejores amigos’ para conseguir lo que quiere a como dé lugar, generando una tensión en las diferentes posturas de este peculiar grupo, convirtiéndose en una subtrama que le roba escena a la guía principal del thriller: la lucha de Kelly y su aparente empoderamiento.

No todo es tan malo en Al filo del abismo, pues hay elementos que destacan gracias a la cámara de Vladimir Ilic, quien con su talento para la fotografía muestra grandes panorámicas de paisajes y abismos que pueden causar cierto vértigo por momentos, sin embargo, todo se rompe por la falta de consistencia en el guion, que va dando tumbos como si no pudiera llegar jamás a la cima.

Si bien, Brittany Ashworth da todo lo que puede para hacer el papel de la presa humana algo interesante, lo predecible del relato y el mal uso de los efectos especiales no ayudan en nada. Su contraparte, Ben Lamb, es quien tiene mejores guiños a una locura que va aumentando conforme avanza la escalada; al grado de caer en lo ilógico no sólo de su parte, sino de sus compañeros, que son bastante torpes para no percatarse de esa demencia inherente que consume a Josh, mucho menos se atreven a ponerle un alto a sus actitudes que van de lo tóxico a lo salvaje.

Hay secretos que ocultan ambas partes de la persecución pero son oportunidades perdidas ante un thriller irregular que definitivamente no aguantaría ninguna escalada. Es así que la película resulta ser una anécdota llevada a más, como esos relatos de aventura que cuentas en una fogata, muy similar a una cinta Serie B cuya premisa se vuelve redundante.

Al filo del abismo es, en suma, una cinta que busca entretener a ratos, sintiéndose como una extraña mezcla entre 127 Horas (Boyle, 2010) y Venganza del más allá (Fargeat, 2017), buscando llevar esta historia de supervivencia por rumbos no tan vistos, pero que cae en sendos clichés del género que le quitan emoción a la persecución; dando como resultado un fallido thriller cuyo pecado principal es la poca imaginación para explotar de buena forma la fórmula.