“La gente ama los dulces y de ahí se desprende un dulzor único de entretenimiento, además de que amamos conectar con las mascotas”, expresó el actor Hamlet Ramírez en una charla con Crónica Escenario, al referirse a la obra El Hámster del Presidente, la cual se presenta en el Teatro Helénico.

Esta historia sucede en un país chiquito donde las personas aman los dulces y su presidente usa un abrigo muy largo con 117 bolsillos en los que guarda cosas extremadamente importantes. En el bolsillo cerca de su corazón vive Genaro III, un pequeño hámster que unas veces es adorable, otras caprichoso y gruñón. Genaro es el secretario particular del presidente, así como el encargado de ayudarlo a relajarse y tomar buenas decisiones. Cuando Genaro huye, el presidente cae en crisis; solo Ruy, un niño muy aplicado, y Romina, su astuta hermana menor, podrán ayudarlo a salvar los dulces del país.

El Hámster del Presidente tiene lugar en un país similar a México, pero donde los dulces son importantísimos. ¡Hasta la bandera tiene gomitas en vez de un águila y un nopal! En esta obra las niñas y los niños conocerán de una manera ágil, fresca y divertida el valor de levantar la voz y la oportunidad que tienen para transformar lo que no les gusta.

Es una adaptación hecha por Saúl Enríquez de uno de los cuentos infantiles más célebres de Juan Villoro. Se trata de una obra llena de baile, música, hámster e imaginación, donde se fomenta la importancia de la empatía y de levantar la voz para cambiar las cosas que no están bien.

“Es un retrato clave para todas las familias, está muy olvidado el público infantil, y esta propuesta que viene acompañada del maestro Villoro, es algo enriquecedor a nivel cultural y de entretenimiento”, expresó.

Hamlet señala que, a través de obras como está, se tiene el poder de darle voz a los niños, y así de manera pertinente, ir creando una sociedad más participativa y que el público joven incluso, pueda adquirir esas mismas cualidades y contribuir a mejorar en todos los sentidos.

“Es un despertar de la conciencia que debemos hacer, justificadamente siempre, fomentar como ciudadanos este tipo de historias y darnos cuenta de la inteligencia que tienen los niños, darnos cuenta que su visión va más allá. Si nos ponemos a pensarlo, ellos son el futuro de este país”, mencionó.

“Un teatro y una historia como esta, es el lugar ideal para celebrar las grandes ideas y cosechar quienes somos o serán en un futuro. La velocidad del pensamiento es tremenda y las exigencias cada vez son más; y eso parte de lo que Villoro nos dejó mediante cada una de sus enseñanzas”, agregó.

Una propuesta con la que piensan atraer a las nuevas generaciones a las salas de teatro, y en las que además, promueven un contenido inteligente mediante una historia, la música y con una producción que cautive a cada uno de los presentes.

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