Escenario

José María Serralde, de la Orquesta Filarmónica de la CDMX: “Hay un abandono profundo de los cine conciertos”

ENTREVISTA. El Director Operativo invitó a las instituciones a estrechar lazos con las orquestas para reavivar los proyectos como el que darán este domingo musicalizando 2001: Odisea del espacio en el Auditorio Nacional

cine y música

Imagen de la Orquesta Sinfónica de la CDMX.

Imagen de la Orquesta Sinfónica de la CDMX.

CORTESIA WARNER BROS. / Edgar Rubio

Durante el marco de la celebración del 45 aniversario de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), este domingo 10 de septiembre sucederá un evento sin igual con el apoyo del Southbank Centre de Londres, el BFI (British Film Institute) y de Warner Bros., al conjugarse la magia de una joya de la ciencia ficción, 2001: Odisea del espacio, con la espectacular interpretación de esta orquesta en el Auditorio Nacional. En Crónica Escenario charlamos con José María Serralde, Director Operativo de la OFCM que promete ser un concierto que busca acercar la cultura a toda la población a través de la música y el séptimo arte.

“La idea la teníamos desde hace como año y medio, nació gracias a la visión de conciliar a la Orquesta Filarmónica con la celebración del 55 aniversario de la película y la programación que creamos para este año, donde decidimos regresar a los cine conciertos que habían sido habituales en el pasado. Nos interesa mucho este tipo de eventos porque podemos alcanzar públicos de forma transversal”, mencionó de inicio Serralde.

Teniendo como antecedente el exitoso montaje hecho con la música de Ennio Morricone y Nino Rota en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, la sugerencia de tomar 2001: Odisea del espacio como la ambiciosa nueva meta era natural. “Se había ideado desde el 2017 a propósito del aniversario del filme derivado de la restauración minuciosa de los materiales fílmicos, trayendo al siglo XXI esta obra maestra de Kubrick”.

Además, el directivo agregó: “El rompecabezas se juntó con el centenario del nacimiento de György Ligeti, compositor húngaro considerado como enfant terrible en los sesentas. Una de las sorpresas que ofrece esta presentación es el montaje por primera vez en México de Lux Aeterna y el Requiem, ambos de su autoría, con un coro y orquesta. Eso es un plato fuerte que se suma a la vivencia de esta proyección en la pantalla”.

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Fotograma de ‘2001: Odisea del espacio’.

La fiesta de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México promete ser en grande, siendo 2001: Odisea del espacio sólo una pequeña probadita de lo que tienen pensado. “Tenemos el proyecto de Shostakovich 11, una sinfonía que la filarmónica la tiene como uno de sus caballos de batalla. Pero la versión de Scott Yoo es, sin temor a equivocarme, una de las experiencias sinfónicas que viven en su vida pues todas las audiencias reaccionan ante el poder de la misma. Durante el mes de la tolerancia, en noviembre, integraremos esta melodía de manera completa, con los cuatro movimientos, sumándole al solista Jae-Hyuck Cho a nuestra formación”, señaló Serralde.

“También, en nuestro poderoso concierto de aniversario, realizado esta vez el 21 y 22 de octubre, repetiremos la Octava Sinfonía de Anton Brucknner, que logró ser uno de los momentos cúspide de la pasada edición del Festival Cervantino y que esta vez la repetimos como parte de nuestra ceremonia”, dijo.

“Asimismo, están los conciertos septembrinos conducidos por Rodrigo Elorduy así como un ciclo de dos fines de semana de Brahms, primero con Abigel Kralik, violinista húngaro estadounidense que nos acompaña con estas sinfonías. Además, está de nuevo el ciclo de Vete de Pinta con la Filarmónica que tendrá como sede el barrio de Tepito en un espacio público el 11 de noviembre, esto logrado gracias a la iniciativa conjunta del Gobierno de la Ciudad de México y lo repetimos en sala el día 12. Es una temporada muy especial donde tendremos buenas noticias y hemos echado la carne al asador para celebrar como se debe”, complementó José María.

La intención de la Orquesta es seguir explorando vías para que la cultura y la música sigan creciendo en el público. “Nos gusta estar a la saga de los públicos transversales”, indicó el Director Operativo de la OFCM. “Los cine conciertos son únicos y son proyectos de gran envergadura. Existen alianzas con las que buscamos entender que las audiencias están ahí, tan solo tenemos que localizarlas”, comentó.

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Estos eventos atraen a los cinéfilos porque las partituras cinematográficas suelen tener una orquesta y queremos que se haga evidente. Buscamos que el público con el que no hemos establecido un diálogo, algo que hacen todas las orquestas en el mundo y estarnos buscando más espacios para que nuestros intérpretes puedan vincularse al quehacer cultural de otras maneras. Queremos no sólo sostener sino que queremos viajar a través del territorio simbólico con el cine y otros géneros, que pronto estaremos anunciado”, expresó.

Aprovechando la charla, José María no dudó en señalar que, para que se dé un cine concierto involucrando a algunos clásicos del cine mexicano, es muy complicado. “Para que eso suceda, la comunidad cinematográfica mexicana tiene que ocuparse de su música. Básicamente hay un abandono profundo de ello por lo que la respuesta tajante a querer hacer algo al respecto es no, a menos que las instancias involucradas arreglen su música y ésta esté lista para el atril de nuestra orquesta”.

“Cuando los compositores mexicanos pongan su música sinfónica a disposición de nuestras orquestas en catálogos y bien editadas para su ejecución, podremos considerarlo. Es ponerse a trabajar en ello para que después los productores, la AMACC, el IMCINE y las instancias puedan corresponsabilizarse de la proyección y la música del cine porque, aunque existen iniciativas interesantes donde incluso participo, la dimensión que se necesita para lograrlo es mucho mayor”, aseveró el directivo.

“Ojalá todos y todas las responsables hubieran preservado los materiales de sonido de las cintas e imagen en su mejor calidad. Lo digo sin temor, pues eso facilitaría que pudiéramos ejecutar una proyección de Nosotros los pobres o Macario con su fantástica banda sonora pero lamentablemente las partituras están perdidas. Se tendrían que reescribir las composiciones por la falta de cultura y cuidado es algo que se perdió así que, no, tristemente, no se puede lograr. Pero ojalá, si no se hizo en el pasado, se pueda alcanzar una preservación adecuada de la música en los filmes nacionales. Esto es un llamado para ponernos las pilas en ello”, apuntó firmemente Serralde.

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Retomando la proyección en el Auditorio Nacional, el directivo no escondió la trascendencia de este filme dentro de la historia. “La obra de Kubrick, para el canon de musicalización cinematográfica, es todo un parte aguas. Su filmografía, hasta antes de 2001, seguía lo establecido por las producciones estadounidenses. Pero Stanley, ya como director consolidado, tiene una libertad que MGM le da”, expresó.

“Originalmente, la cinta tendría música compuesta por Alex Nord pero en uno de los caprichos de la genialidad tóxica del realizador, decide no incluirla. Esa decisión rompió con lo usual para rehacer y crear un precedente para siempre en cuanto a cómo se usa la música en el cine pues esta no es una composición hecha para una película, sino que se incluye a partir de un canon sinfónico. Y la experiencia en vivo será erizante”, añadió.

Y es que, a nivel personal, 2001: Odisea del espacio es un filme que marcó al Director de Operaciones de la OFCM. “Crecí profesionalmente viéndola múltiples veces. La primera vez fue en un cineclub en una copia hace muchísimos años. La forma en la que yo la vi era, literalmente, como una suerte de deber ser en cuanto a la musicalización del cine”, expresó.

“La forma en que me ha acompañado la película es tan grande y eso no lo tomo en vano. Para mí es un canon y hasta ahora, revisándola de manera crítica, es una obra significativa del cine donde, me queda claro, que creó una revolución en las artes hasta el día de hoy al ofrecer una experiencia sensorial que va más allá de todo”, confesó.

Más de nueve mil personas presenciarán este clásico el 10 de septiembre, escuchando voces y efectos sonoros a través del sistema de sonido del Auditorio Nacional y en el momento en que el repertorio sinfónico de la cinta entre a lugar conforme a la visión de Kubrick, los más de 96 intérpretes de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México se sumarán a los 64 cantantes del ensamble coral Cuicatl, todo concertado por el director invitado Brad Lubman, uno de los elegidos para estar a cargo del podio para concertizar bien la imagen con la música en un espectáculo fuera de este mundo.